Christophe Barratier: “El cine nos mantiene jóvenes”.

Desde 1998, año en que visitó por vez primera nuestro país, la presencia de Christophe Barratier se ha hecho asidua en La Habana, una vez que junto a Nouredine Essadi es fundador del Festival de Cine Francés, el más importante evento del séptimo arte que anualmente la nación gala realiza fuera de sus fronteras.

Guitarrista de formación clásica, su acercamiento al cine, en el que ha sido guionista, actor, director y productor, lo hizo de la mano de su tío, el también actor, director y productor Jacques Perrin, gran amigo de Cuba fallecido en 2022, al que el Festival rinde homenaje en esta edición que concluirá el próximo domingo.

“Su muerte es algo que me entristece cada día más. Vino tres veces al Festival, pues tenía mucha afición por el evento y me complace mucho ver que, desde la Cinemateca de Cuba, Luciano Castillo y Antonio Mazón le hayan dedicado palabras tan emotivas”, confesó al Periódico Cubarte Christophe Barratier, quien este año presentó aquí su más reciente película, “El tiempo de los secretos” (2022).

En esta, como en “Los chicos del coro” (2003) y “La guerra de los botones” (2011), el foco de atención recae sobre esas etapas cruciales de la existencia humana que son la niñez y la adolescencia. Acerca de esta predilección suya a la hora de contar historias, señaló:

“Quizás va con mi naturaleza. Me interesa mucho ese periodo en los niños; las relaciones entre padres e hijos; la etapa del crecimiento.

A veces me pregunto por qué hago estas historias, pero es algo que descubro después. Cuando hago una película, un casting, trato de no responderme inmediatamente a todo”.

Lo que sí tiene claro Barratier es el método a seguir durante los castings con estos grupos etarios. A ellos –ha dicho- no se les puede pedir, como a un actor profesional, que sean contrarios a su naturaleza; un “contraempleo”, como se le define en ese medio.

“Un niño nunca es un actor. Hay que tomarlo por su naturaleza en el momento en que uno lo elige”, aseveró.

El próximo año, el Festival de Cine Francés en Cuba celebrará un cuarto de siglo de su existencia, acontecimiento acerca del cual Barratier reflexionó:

“Necesitamos mucho coraje y determinación para continuarlo porque, por ejemplo, es bastante difícil ahora, con solamente tres vuelos semanales desde Francia hacer venir una delegación de actores y, además, cuando venimos a Cuba es complicado ir después a los Estados Unidos porque uno se convierte un poco en “terrorista”.

También tenemos problemas técnicos en las salas de cine. Estamos trabajando con algunas instituciones para resolver esta situación que, para mí en lo personal, no es un problema; tengo suficiente pasión y convicción para afrontarlo, pero para algunos directores puede resultar desagradable ver sus filmes en malas condiciones.

Pero, bueno, estamos aquí para resolver todo y el año que viene vamos a hacer un poco más vigilantes sobre las condiciones de proyección, pues nos gustaría ofrecer filmes con la mayor calidad técnica posible.

Sin embargo, es muy agradable cuando venimos a Cuba ver que no envejecemos. Los amigos que conocemos hace 25 años no envejecen. Somos todavía mucho más jóvenes que el resto; es el cine que nos mantiene en estas condiciones”.