Así declaró el multipremiado Carlos Acosta, devenido escritor, director de compañía y actor, en conferencia de prensa celebrada en el Hotel Nacional a propósito del estreno, en el contexto del 40 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, del filme Yuli, de la directora española Iciar Bollaín, basado en la autobiografía Sin mirar atrás, del bailarín cubano.
Yuli, coproducción España-Cuba-Gran Bretaña-Alemania, llega al Festival precedido de muy buena energía; la primera se la aporta Carlos Acosta, el primer bailarín negro que logra triunfar en el Royal Ballet de Londres y que antes de eso ya se había convertido en uno de los orgullos nacionales cubanos; en segundo lugar la magia de su historia de vida, que es muy popular, en tercer lugar la garantía de calidad creativa de su directora Iciar Bollaín, y por último, pero igual de importante, con el guión de esta cinta el escocés Paul Laverty ganó el premio de esta categoría en el prestigioso Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en España en el presente año.
Por eso el interés del público, por eso los organizadores del festival decidieron hacer una segunda proyección a continuación de la programada y por eso, es fácil vaticinarlo, se espera tenga un interesante recorrido cinematográfico.
Paul Laverty, confió en el encuentro que prefería la ficción o los protagonistas muertos; «y el gran problema con Carlos Acosta es que está muy, muy vivo, pero leí su libro y me encantó, en el que está mezclada, su vida, su familia y Cuba».
La realizadora de Yuli, Iciar Bollaín, a quien propuso Laverty para este trabajo, expresó que la sedujo esta historia tan bella, la relación tan intensa de Carlos con su padre, esta vida tan especial «de un niño que sin querer ser bailarín termina siendo una gran estrella» y añadió: «el hecho de que descendiera de esclavos negros y terminara bailando en el corazón de Londres, esto es una patada en el corazón del establishment y de todos los tabúes».
También comentó que le gustaba mucho la idea de hacer una película sobre Cuba y que se considere a la misma como una cinta cubana «es el mejor premio, el mejor regalo que nos pueden dar».
El periodista y crítico Joel del Río, moderador en esta ocasión, elogió la dirección de actores del filme, la naturalidad de los mismos, y específicamente catalogó de extraordinaria la actuación de Santiago Alfonso.
La directora fundamentalmente trabaja por lograr que los actores, sobre todo los que no tienen esta formación, como Santiago y Carlos, sientan confianza en ella; «creo que cuando los actores están confiados dan mucho de sí»; agradeció a la par a los actores de experiencia que integran el reparto, como Laura de la Uz, los cuales apoyaron mucho el trabajo de sus compañeros.
La narración fílmica de Yuli se apoya no solo en la acción y los diálogos sino además en la danza, porque pasajes de la vida de Acosta se relatan a través del baile.
En este sentido Iciar manifestó que Laverty estuvo dos semanas observando a la compañía Acosta Danza en sus ensayos como trabajo de investigación para el guión, y tuvo la idea de incorporar, porque no está en el libro, a Carlos Acosta a en el presente, en un teatro de La Habana con sus bailarines, coreografiando su vida y de ahí la película va al pasado, «y Paul me dio el encargo de filmar ficción y danza juntas».
Expuso asimismo que las coreografías son de la autoría de María Rovira, sobre las ideas de Laverty, con música de Alberto Iglesias. El filme cuenta además con coreografías de Carlos Acosta y de Raúl Reinoso, bailarín de la compañía.
Acosta por su parte agregó que la película cuenta una historia universal: el viaje de una familia humilde que logra rebasar los obstáculos. «Una historia que debe dar esperanzas; en un mundo donde hay tantas cosas malas y tantas guerras es importante tener una historia así, porque algún niño, en algún lugar de este planeta se podría ver reflejado en ella. Esta no es una historia mía, es una historia de todos nosotros».
En la vida de Carlos Acosta su padre fue una influencia determinante, fue él quien decidió la carrera de bailarín de la estrella sin que ese fuera su objetivo; Santiago Alfonso es Pedro Acosta, en la película, pero a diferencia de este, él es una leyenda de la danza en Cuba: bailarín, maestro, coreógrafo, director; su dedicación mantuvo durante años la calidad artística del más importante cabaret cubano, Tropicana; Alfonso afirmó en su intervención que la película era «un homenaje a Pedro Acosta, a su fortaleza moral y a su poética ruda pero muy profunda. La película a cada paso está homenajeando la cultura innata, la que nace en los seres humanos».
Alfonso confesó que a sus casi ochenta años no pensó que actuaría en una película, y menos con un personaje tan definitivo en la historia. A la pregunta de cómo logró una actuación que ya ha sido elogiada, dijo que se puso en manos de la directora. «Hemos sido muy bien dirigidos», aseveró el Premio Nacional de la Danza 2006.
La querida y excelentísima actriz cubana Laura De la Uz encarna a la maestra Ramona de Saá, Cheri, quien fue imprescindible en los comienzos y desarrollo de la carrera del bailarín. La actriz narró que antes de rodar sintió mucho temor de no saber interpretar todo lo que significa la profesora en la vida de Acosta; «me sentía incapaz de representar la inmensidad de esa persona. Este es un sueño que me ha regalado la vida y agradezco mucho haber formado parte de este hermoso proyecto», aseguró.
Acosta reafirmó que la osadía es la característica que lo ha llevado a ser lo que es; el afamado bailarín explicó las circunstancias en que comenzó a escribir su autobiografía: un momento de gran depresión en Londres, en que no estaba bailando, el clima gris le restaba energías y se sentía solo sin sus amigos; escribir le ayudó, le permitió viajar con la memoria hacia Cuba, pero el proceso de la escritura se extendió por diez diez años, hasta que finalmente el libro se publicó en el año 2007 en Estados Unidos.
Sobre la preparación de Edilson Manuel Olbera, que interpreta a Carlos Acosta niño, la directora relató que su técnica con los pequeños es no darles el guión sino explicarles las escenas y sus líneas del guión antes de rodar las mismas; «Este niño vino solo al casting; es muy despierto, muy inteligente, con una enorme intuición y estaba deslumbrado con el hecho de ser Carlos Acosta en el filme».
Andrea Doimeadiós interpreta a Bertha, una de las hermanas de Acosta, y reveló en el encuentro que no tuvo necesidad de acudir a herramientas extras para lograr la emoción del personaje pues leyó la autobiografía, y la vida real de Acosta por sí sola la conmovió y le provocó todas las emociones necesarias para desempeñar su personaje.
17 de Julio de 2020 a las 18:09
Que Bella persona. Que hermosa Historia
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