Dicen que el profeta preguntó al humilde discípulo, recién incorporado a su séquito de alumnos, cuál sería el epitafio para ser recordado en caso de que la hora del sacrificio llegare; y el discípulo, mostrando todo el respeto y la solemnidad que el momento requería, afirmo: “… murió gozando con el Conjunto Casino…”. Indefectiblemente el discípulo era cubano.
Con tal premonición he accedido a escuchar el CD doble Conjunto Casino: Mi ritmo Caliente, del sello discográfico BIS MUSIC; que fuera producido por René Espí y Mayra García y que recoge parte importante de los grandes éxitos de una de las orquestas emblemáticas de la música cubana de todos los tiempos: El Conjunto Casino, conocidos como “los campeones del ritmo”.
Esta es una producción que parte de un estudio riguroso del repertorio de esta agrupación, con un criterio de selección cuya amplitud intenta cubrir todo el espectro musical de una época dentro de la música cubana que, aunque ha sido más que justipreciada, aún deja espacios para que se sigan encontrando nuevos elementos que sorprendan.
Como toda producción discográfica que tiene su base en grabaciones de época, el gran valor artístico está en saber hacer coincidir historia con buen gusto y organicidad creativa; y este es tal vez el gran acierto de este disco. No haber dejado nada al azar. Aquí se recorren todas las etapas del Casino, se escucha su constante evolución musical determinada por los diversos arreglistas que tributaron con su talento y el amplio espectro musical que abarcó su repertorio.
Rumbas, sones, guarachas, boleros, mambos y pregones. ¿Alguien quiere más? Pudiera preguntarse quién escribe estas notas; y respondería a coro: sí; queremos más. Queremos –y puede que necesitemos— volver a revisitar ese hacer para poder entender fenómenos posteriores dentro de la música cubana como el Conjunto de Roberto Faz, o Los Latinos, o Rumbavana y su impronta en los años sesenta, setenta y parte de los ochenta; así como para entender el trabajo de Adalberto Álvarez, e incluso, para entender fenómenos musicales con los que hoy convivimos como es el caso de los puertorriqueños Gilberto Santa Rosa, Víctor Manuelle y el neoyorican Marc Anthony; pues ellos son los hijos de un periodo posterior a la “era matancerizante” dentro de la salsa y que se puede definir con la “casinomanía” al sustituir las trompetas por trombones. (Escuche y compare).
Si agrupaciones como el Conjunto Casino no hubieran existido, la orfandad se hubiera extendido por la música del mediterráneo caribeño.
Apegados al respeto del sonido original de las grabaciones, validando la sobriedad y el buen gusto en la formulación del diseño y empaque, Mi ritmo caliente puede ser el vehículo idóneo para que las puertas a un posible encuentro de coleccionistas de música cubana se abran próximamente; con una excusa de tal magnitud los productores comenzarán a reincorporar en el gusto colectivo un sonido y una era de la música cubana que no se resiste a ser superada por el tiempo.
Dicen, no me crean, que esta noche en Jericó, sonaran las trompetas del Casino y que sonará de lo lindo; yo no me pienso perder el acontecimiento.
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