Con una amena intervención del maestro Jesús Cabrera, fundador de la televisión cubana, a la que consagró 65 años de su vida, dio comienzo el evento teórico de la 39 edición del Premio Caracol de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, que el próximo sábado 11 entregará los lauros en las diferentes categorías y especialidades.
Rosalía Arnáez, presidenta de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), dio la bienvenida a los asistentes y aseguró que el evento como de costumbre debía caracterizarse por «una discusión abierta, sincera de los problemas que atañen a la calidad de la realización audiovisual»; seguidamente presentó a Chucho Cabrera, tan admirado por sus colegas y por el público cubano.
A partir de un recuento de sus experiencias, anécdotas, interpretaciones y reflexiones, Cabrera, doctor Honoris Causa del Instituto Superior de Arte (ISA), construyó una historia de la televisión nacional desde sus inicios hasta el año 80, no sin dar criterios acertados de las producciones televisivas actuales y de la organización y efectividad de las estructuras que rigen el Instituto Cubano de la Radio y la Televisión (ICRT).
Comenzó por caracterizar a dos personajes, a su juicio imprescindibles cuando del surgimiento de la televisión cubana se trata: Gaspar Pumarejo y Goar Mestre, con los cuales trabajó y a los cuales enfrentó, en medio de la pugna sistemática entre ambos.
En su relato también recordó creadores muy reconocidos como Cuqui Ponce de León, Pedraza Ginori, Marcos Miranda, Loly Buján, Eduardo Moya, Marcos Behemaras, entre otros.
A continuación, un panel moderado por la periodista y escritora Soledad Cruz, e integrado por Jorge Alonso Padilla y Elena Palacios, abordaron el tema “El drama llevado a la televisión”.
Padilla sostuvo que la causa esencial de la ausencia regular de dramatizados de calidad en la programación televisiva cubana se debe a que los directores no cuentan con guiones efectivos que son la columna vertebral de cualquier producción de esta naturaleza.
Se manifestó que los guiones deben reflejar la realidad y las circunstancias actuales con toda la diversidad y riqueza que las caracterizan a través de historias de personajes que sean humanos y creíbles, y de un tratamiento adecuado de los problemas sociales.
Padilla aseveró: «Sin guión no hay televisión»y subrayó que aunque esto es casi un axioma en muchas ocasiones no se cumple y se apela desafortunadamente a la improvisación; hizo mención asimismo a la falta de preparación de algunos conductores; se evidenció en sus palabras que otro factor de gran incidencia es la falta de bagaje cultural de los asesores.
También llamó la atención acerca de la falta de confianza de algunos directivos en los guionistas, lo cual, opinó, ha coartado la creatividad y conducido «a la autocensura o a la retirada de los mismos».
La reconocida directora Elena Palacios por su parte, quien en palabras de Soledad Cruz encara el trabajo audiovisual con audacia y apoyándose en códigos contemporáneos, declaró:
«Me molesta muchísimo que todo se le achaque a la falta de recursos (…) me parece que esa es una excusa, ahora mismo lo puedo afirmar (…) tenemos un banco de guiones inservible y lo puedo decir con toda propiedad, eso demuestra que hay un trabajo que viene haciéndose mal desde hace años».
Enfatizó en que es necesario replantearse la aprobación de los guiones y de qué manera se va a estimular a los guionistas sin estandarizar, atendiendo a su prestigio y a su calidad creativa.
Por otra parte recordó que a principios del presente siglo existió una amplia producción de dramatizados en condiciones aun más difíciles que las actuales, y sin embargo en estos momentos esa producción se encuentra absolutamente deprimida.
Palacios culminó su análisis advirtiendo: «otra importantísima reflexión es determinar quiénes van a dirigir, en manos de quiénes vamos a poner los escasos recursos que tenemos para no destinarlos a productos que no funcionan en la pantalla porque no están visualmente actualizados y porque los enfoques en algunos casos son totalmente fallidos».
Pedro de la Hoz, periodista, escritor y vicepresidente de la UNEAC, abrió el debate: «a veces no se reflexiona lo suficiente acerca de cuál es el papel de una televisora pública como lo es la nuestra (…) creo que es un déficit teórico y conceptual que no solo pasa por los dirigentes del organismo sino por todos los que debemos determinar qué hacer y qué pasos debemos dar».
Argumentó luego que en un modelo de televisora como el que debemos tener sí hacen falta los espacios dedicados al teatro y a los cuentos clásicos de la literatura cubana y universal. «Yo creo que para eso no hacen falta tantos recursos lo que hace falta es pensamiento y establecer prioridades artísticas, conceptuales y políticas».
La periodista Paquita de Armas convocó a una mayor promoción de los espacios de calidad dentro de la programación diaria de los diferentes canales, a lo que algunos de los que intervinieron sumaron la importancia de las reposiciones de los buenos programas.
Luego del debate se realizó la presentación del programa cero del espacio producido por la sección de crítica de la UNEAC y RTV Comercial como respuesta a un reclamo de los dos últimos congresos de la UNEAC y de los eventos Caracol.
Luego de mucho tiempo, se ha logrado esta propuesta dirigida fundamentalmente a la crítica televisiva; se estructura a partir de una mesa de opinión con la participación de un conductor que va desarrollando el tema con los invitados, que serán conocedores de los medios, escritores, periodistas, críticos y a la par se van mostrando imágenes del asunto tratado así como criterios del público televidente.
Se espera que próximamente se incluya en la parrilla de programación del ICRT, como un aporte a las diferentes figuras que rigen el proceso de producción de la televisión y como una manera de ayudar a conformar un público cada vez más entendido en cuanto a la calidad de los materiales audiovisuales.
Esta primera sesión de trabajo del evento teórico de la 39 edición del Premio Caracol contó con la presencia de Roberto Smith, presidente del Instituto Cubano de Arte e Industrias Cinematográficas (ICAIC), Waldo Ramírez, director general de la Televisión Cubana y Pedro de la Hoz, vicepresidente de la UNEAC,
En la tarde se realizó un homenaje a «Los que hicieron nuestra televisión», entre ellos Germán Navarro, Erick Kaupp, Abel Ponce y Silvano Suárez.
Publicado: 3 de noviembre de 2017.
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