El pasado fin de semana el Teatro Karl Marx se llenó de energía y emoción con el esperado concierto de Buena Fe y el talentoso cantante venezolano Omar Acedo. La velada, que reunió a un público entusiasta y apasionado, fue un verdadero homenaje a la música de dos naciones hermanas: Cuba y Venezuela.

Desde el primer acorde, se hizo evidente que la noche sería mágica, bajo el auspicio de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem). Con un escenario sencillo pero elegante, los músicos se unieron en una sinfonía que resonó en cada rincón del teatro. Durante dos horas, el público disfrutó de un repertorio que incluyó canciones antológicas de Buena Fe, como “No juegues con mi soledad”, “Todos nacimos ángeles” y “Catalejo”, así como de Omar Acedo, quien deleitó a los asistentes con su inconfundible estilo.

Los músicos se unieron en una sinfonía que resonó en cada rincón del teatro.

La conexión entre los artistas y el público fue palpable, creando un ambiente de hermandad que trascendió fronteras. En un momento especial del concierto, se rindió homenaje a las canciones icónicas de Cuba y Venezuela, evocando la memoria de grandes compositores como Alí Primera y Silvio Rodríguez. Los músicos, que sonaron en perfecta armonía, lograron crear una atmósfera íntima y cálida, donde cada nota parecía contar una historia.

La conexión entre los artistas y el público fue palpable.

La fusión de ritmos y letras que celebran la vida, la amistad y la identidad cultural fue un recordatorio poderoso de que la música tiene el poder de unir a las personas, sin importar las distancias. Sin duda, este concierto quedará grabado en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de asistir.

Fotos: Cortesía de la Egrem