En octubre, en el Trópico, no sólo aparecen los fuertes vientos atraídos por los ciclones. Precisamente La Habana, cada dos años, a finales del décimo mes es azotada por unas brisas que vienen desde la DANZA… Y llegan con los Festivales Internacionales de Ballet de La Habana, que desde este año suma el apellido de Alicia Alonso, con carácter no competitivo, que aparecieron en la inmensa Isla del Caribe en 1960.

Como la 25ta. Edición de este 2016 acaba de finalizar, tuvo lugar entre el 28 de octubre y el seis de noviembre, resulta un instante ideal para recordar la fuerza de ese potente imán que es el Festival. Liderado por una figura clave de la danza universal: Alicia Alonso, la presidenta del evento y  directora del Ballet Nacional de Cuba (BNC), el encuentro ha atraído desde hace 56 años a más de un millar de bailarines, coreógrafos, críticos, periodistas, compositores, directores de orquesta, pedagogos, maîtres, personal especializado y observadores, así como cerca de 70 compañías de todos los continentes que han matizado su historia de un tinte muy particular.

En esta suma positiva de arte, sobresale el estímulo que se le ha brindado a la creatividad de los coreógrafos cubanos e invitados de otros países, representando las más variadas tendencias danzarías contemporáneas, quienes han dejado sus huellas en el Festival con más de 900 obras estrenadas, entre ellas casi 200 de carácter mundial,  y el resto de estreno en Cuba, y para el repertorio del BNC, una decena de ellas.

Cuba, una Isla del Caribe, es, desde hace muchas décadas foco de atención… por la danza clásica. Hay que mirar atrás y subrayar en la génesis de este acontecimiento, la fundación, el 28 de octubre de 1948, del Ballet Nacional de Cuba, en aquel momento Ballet Alicia Alonso. Fue ese trío de ases, integrado por Fernando, Alberto y Alicia Alonso, quien hizo realidad un sueño para Cuba. Una de las claves de este especial nacimiento aquí, de la danza clásica, las entregó, justo un año después de fundada la compañía, José Lezama Lima hacia 1949 cuando sentenció: “…Su arte no es de sorpresas y de aventuras, sino de perfección; además que no presumió de único, para mostrar la curvatura de su distinción como estilo habitado también por su pueblo (…) ¿Cómo usted, Alicia Alonso, pudo hallar esa tradición, hacernos pensar a todos las posibilidades secretas de expresión y de forma que algún día podrán ser estilo, aclaradas por la danza y aseguradas en sus números de ejercicio? (…) Una bailarina como Alicia Alonso nos comprueba que existen entre nosotros miríadas de irisaciones, de metáforas, de reflejos, de ideas, de nacimientos y presagios que pueden tener momentáneamente una evidencia, alcanzando forma y esplendor al ser danzados…”.

La célebre trilogía fundacional se hizo eco, para la incipiente compañía de unas palabras proféticas y sabias de Don Fernando Ortiz cuando dejó muchos años atrás esta advertencia: “ debe darnos un arte con alma de Cuba, pero en su plena y gloriosa integridad nacional traducido a lenguaje de universal vibración (…) y auguramos que lo hará con bellas floraciones, si no reniega de sus profundas raíces ni de su rica savia y sabe airear su frondoso follaje en las más altas corrientes de la cultura contemporánea” (…)

El Nacimiento del Encuentro…

El 1er. Festival Internacional de Ballet de La Habana apareció en el horizonte cultural cubano el 15 de marzo de 1960, destinado a desempeñar un papel de suma trascendencia en el desarrollo y difusión del ballet cubano, surgido con un esfuerzo conjunto del BNC, el otrora Instituto Nacional de la Industria Turística y los organismos culturales del Gobierno Revolucionario que había triunfado en 1959. Entre las compañías que participaron en aquel memorable Festival, que fue inaugurado en el antiguo Teatro Auditórium de La Habana (hoy Amadeo Roldán), se cuentan el Ballet Español de Ximénez-Vargas, el Ballet de Bellas Artes de México, el Ballet Nacional de Venezuela y el American Ballet Theater (ABT) de los Estados Unidos.

Seis años después, entre el 24 de marzo y el 1ero. de mayo de 1966 acaeció la segunda edición del encuentro, donde se dieron cita destacadas figuras de la danza internacional, y al año siguiente, del 4 de mayo al 19 de junio de 1967 reapareció en su tercera edición, inaugurado con una brillante actuación de Alicia Alonso/Azari Plisetski en El lago de los cisnes junto al BNC. De nuevo el evento sería medio idóneo para los intercambios artísticos y amistosos. Amén de los solos, pas de deux, las parejas de bailarines, llegadas de compañías de Rumanía, Bulgaria, Checoslovaquia, otrora URSS, Polonia, Francia y Japón…, muchas de ellas asumieron los papeles principales en obras del repertorio tradicional: Giselle y El lago de los cisnes, junto a los integrantes del BNC, algo tradicional en estos foros a lo largo del tiempo. No cabe dudas de que estos primeros encuentros constituyeron un fructífero período de trabajo, que se inscribe hoy en las páginas de la historia del Ballet Nacional de Cuba, pues en ellas figuran el enriquecimiento de su elenco con las primeras promociones de bailarines egresados de la Escuela Nacional de Ballet, y su consolidación como uno de los conjuntos danzarios de mayor jerarquía internacional.

Los apellidos del Festival Cubano

Después de una ausencia de siete años de los escenarios habaneros, regresó el 4to. Festival, el 20 de noviembre de 1974. A partir de este momento se ha realizado bianualmente hasta hoy, y se abrieron anchas las puertas de diversos teatros de la capital al encuentro. Entre otras figuras llegadas de 11 países, sobresalieron las estrellas italianas Carla Fracci y Paolo Bertoluzzi, entre muchas otras. También, desde este encuentro, cada Festival ha tenido un apellido… danzario, pues se ha dedicado a diferentes temáticas y aniversarios. Por ejemplo, el 6to. Festival enfocó el trigésimo aniversario de la fundación del Ballet Nacional de Cuba, y el trigésimo quinto del debut de Alicia Alonso en el rol protagonista de Giselle. Este evento también puso su énfasis en “el estreno de obras creadas para la compañía por coreógrafos de renombre internacional, tanto cubanos como extranjeros”. El 7mo. resaltó “las relaciones del ballet con las demás artes” y en él, se efectuaron Galas dedicadas al teatro dramático, las artes plásticas, la música, el cine, el folclore y la literatura, así como Galas Especiales por el centenario del natalicio del gran coreógrafo ruso Mijaíl Fokín y al ballet Giselle. La 8va. edición prestó especial atención a “la presencia de Latinoamérica en la creación coreográfica”. Mientras que la 9na. puso en primer plano a “los estilos y los coreógrafos”, abarcando una amplia panorámica de los principales hitos coreográficos del ballet a través de toda su historia. La 10ma. cita fue una gran fiesta del arte y la amistad, con la presencia de centenares de invitados, entre ellos afamadas estrellas y conjuntos danzarios procedentes de las más diversas regiones del orbe, quienes junto al elenco del BNC y otras agrupaciones conformaron una variada programación.

Precisamente, el 16to. Festival se dedicó al aniversario 50 de la fundación del BNC, y llegaron a la Isla centenares de invitados, y entre otras compañías estuvieron el Julio Bocca Ballet Argentino, el Ballet de Zaragoza y el Ballet Español de Murcia (España), el Conjunto Diástasis (Chipre), la Compañía Danza teatro de Turín (Italia), Introdans Ensemble Voor der Jeugd (Holanda), la Kennedy`s Tap Dance Company y The Alvin Ailey Repertory Ensemble (Estados Unidos). Entre los bailarines invitados figuraron estrellas pertenecientes  al Ballet de la Opera de París, el Ballet del teatro alla Scala de Milán, el American Ballet Theater y el New York City Ballet, el Ballet Bolshoi de Moscú, el Ballet Estable del Teatro Colón de Buenos Aires, el Real Ballet Danés, el Ballet de la Ópera de Berlín, el Ballet Nacional Húngaro, el Ballet Clásico de Guangzhou, China; el Ballet del Teatro Municipal de Río de Janeiro y la Compañía Nacional de Danza de México, entre otros. Momentos singulares de este Festival fueron la inauguración del Museo Nacional de la Danza y la celebración del I Concurso Iberoamericano de Coreografía, organizado por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), la Fundación Autor y el Ballet Nacional de Cuba, y que ya va por su octava edición premiando destacadas obras del universo coreográfico de esta región.

Alicia, nombre clave

Entre el 28 de octubre y el 7 de noviembre del 2010, Cuba volvió a acaparar la atención de la danza mundial, al ser sede del 22do. Festival Internacional de Ballet de La Habana, que en esta ocasión subrayó las celebraciones por el 90. Aniversario del natalicio de Alicia Alonso, máxima inspiradora de estas citas de la danza. Más de 200 invitados extranjeros, representando a 21 países, entre los cuales destacaron 6 compañías: el American Ballet Theatre y el Conjunto de Solistas del New York City Ballet, de Estados Unidos; Solodosneodans y la Compañía de Flamenco Antonio “El Pipa”, de España; y el Ballet Nacional del SODRE, de Uruguay, dirigida por Julio Bocca.  Junto a ellas, bailarines y solistas de prestigiosos conjuntos danzarios como el Royal Ballet de Londres y el English National Ballet, de Gran Bretaña; el Ballet de la Ópera de Berlín y el Ballet de Dresde, de Alemania, el Ballet Nacional de Canadá, la Compañía Nacional de Danza y los Ballets des Teatres de la Comunidad Valenciana, de España, el Ballet de Biarritz, de Francia y el Ballet del Teatro Teresa Carreño, de Venezuela, regalaron una amplia gama estilística, característica de estas fiestas danzarías en La Habana.

Podría pensarse que un Festival Internacional de Ballet enfoca solamente los diversos escenarios teatrales donde tiene lugar. Las citas cubanas con la danza, cada dos años, inundan las tablas de diversas instituciones habaneras y de otras provincias del país, y van más allá de sus fronteras para dialogar con el público cubano a través de un ancho lente artístico... Exposiciones de diseño, fotografías, caricaturas, cine, presentaciones de libros, conferencias, música y muchas más se abren al foro, que es un momento donde el arte florece en todas sus manifestaciones motivado por la Danza. Los amantes del ballet estuvieron otra vez de fiesta en este 2016, porque el Festival llegó con sus sorpresas en movimiento…

Bibliografía:

Importante destacar la utilidad, para confeccionar este escrito, del libro Festival Internacional de Ballet de La Habana (1960-2004) Una cita del arte y la amistad, de Miguel Cabrera (Punta Brava, La Habana, 1941), Doctor en Ciencias sobre el Arte e Historiador del Ballet Nacional de Cuba, y que fue presentado con mucho éxito durante el 19no. Festival.