BALLET NACIONAL DE CUBA: 75 AÑOS (II)


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Ballet Nacional de Cuba: 75 años (II)

Dos importantes hechos pueden cerrar los antecedentes de estas historias: el estreno del primer ballet compuesto por un músico cubano, y el efímero Antes del alba.

Con música del compositor Eduardo Sánchez de Fuentes, el ballet Dioné se estrenó en 1940 con Alicia (Unga) Alonso y Fernando Alonso, quienes ya bailaban en los Estados Unidos en comedias musicales y proyectos como el American Ballet Caravan. El coreógrafo fue el búlgaro Georges Milenoff, entonces Director de la escuela de ballet de Pro Arte.

Mención detallada como antecedente requiere el ballet Antes del alba. A pesar de haber tenido una o dos representaciones en 1947 también en el teatro Auditórium, este sería el ejemplo más evidente de las aspiraciones de Alberto (coreógrafo), Fernando y Alicia en conformar una identidad cubana para un ballet nacional: desarrollado en el ambiente de un solar habanero en tiempos de carnavales, Chela, una mujer viuda, enferma y pobre, se debatía entre los fantasmas de amores y fracasos, la falta de recursos para subsistir y personajes de la mitología afrocubana –como los íremes abakuás. Ante la imposibilidad de resolver su precaria situación económica y de salud, Chela decide quitarse la miserable vida mediante el fuego. Para las señoronas burguesas, “ballet” era sólo cisnes y princesas, Chopin y Chaikovsky, decorados fantásticos y ambientes edulcorados, no la realidad que vivía la mayoría de la población cubana y que ellas desconocían ex profeso.

Para colmo Alicia Alonso, la principal estrella del ballet en América y una famosa figura en la arena internacional, sería la protagonista. Era imposible que asumiera la Chela tísica y desahuciada que pedía Alberto.

La propia Alicia declaró: “A mí vinieron a hablarme algunas señoras de la Directiva de Pro Arte (…) y me preguntaron si yo me atrevía a hacerlo y les dije que sí (…). Cuando se supo que (…) incluso tenía que bailar una rumba, vinieron de una manera muy imponente a decirme que no bailara aquello, que con el prestigio que yo tenía de bailarina clásica (…) cómo me iba a exponer a bailar ese ballet donde había una (…) columbia. (…) ellas consideraban que eso dañaba mi prestigio”.

Siendo la columbia una variante de la rumba ejecutada por hombres, Alberto contrató al rumbero Chambas, de las playas de Marianao, para que en las noches le enseñara a Alicia a bailarla. Estas “lecciones” serían clandestinas en el Auditórium, teatro prohibido a los negros, ¡color de la piel de Chambas!

Esta y otras tantas osadías darían la fe de los propósitos del coreógrafo en encontrar una personalidad identitaria para un ballet nacional. Pero los directivos de Pro Arte estaban muy lejos de semejantes objetivos. Quizás fue este uno de los detonantes para que los Alonso tomaran otra decisión.

Este trabajo continuará


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