Asuka fue la pieza que abrió el espectáculo debut del Ballet Hispánico de Nueva York en el XXIV Festival Internacional de Ballet de La Habana. También fue la llave para los corazones de los cientos de cubanos que asistieron este sábado 1 de noviembre  al Teatro Mella. El grito de guerra de la simpar Celia Cruz sirvió para titular a la obra, homenaje a esta singular cantante y a la cultura latina.

El coreógrafo Eduardo Vilaro recreó a través de temas musicales antológicos la vida azarosa de la llamada Reina de la Guaracha, marcada por el éxito y también por el dolor. Los bailarines de la compañía estadounidense supieron capturar todo el ritmo y el color de la cubanía, impresa en la voz de Celia, y traducirlo en movimiento.

En el escenario del Mella sonaron Yemayá, Mi amor buenas noches, Cao cao maní picao, Sueños de luna, Pa´ la paloma, y la Guantanamera, amplificadas por un elenco que supo mantener a la audiencia pendiente de sus evoluciones, sobre todo de la bailarina que encarnó el personaje de Celia.

Uno de los momentos más emotivos: Celia iluminada por una luz cenital, rodeada de bailarines, que danzaban sus canciones modernizadas con beats electrónicos.

El público ovacionó al elenco, que se describe a sí mismo como “la principal compañía de danza representativa de la cultura hispánica en los Estados Unidos”, en sus otras tres obras, ejemplos de sincronía, técnica y magnífico desempeño artístico.

Un dueto lleno de complejidad emocional de Cayetano Soto, llamado Sortijas; Sombrerísimo, una coreografía donde su creadora Anabelle López explora el mundo surreal de René Magritte, célebre por sus hombres con sombreros hongos; y El beso, de Gustavo Ramírez Sansano, una mirada a los variados matices de un beso con fondo musical de conocidas zarzuelas españolas; fueron las obras que completaron el programa de la tarde.

El Ballet Hispánico volvió el domingo dos a la escena del Mella para terminar su participación en este 24 Festival, que se extenderá en la capital habanera hasta el próximo día siete y que reúne compañías y bailarines de unos 25 países.