“Hablad en las plazas, en las universidades, en todas partes,
De ese general de América,
Que se llamó Augusto César Sandino.
Usadlo contra el Panamericanismo
Del silencio y que resuenen nuevas voces
De juventudes alertas abiertas en las atalayas,
Pues la lucha de Sandino continúa”.
Miguel Ángel Asturias.
Acertados y justicieros, muy justicieros los versos anteriores escritos por el inolvidable poeta y escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias, a la memoria del patriota y revolucionario nicaragüense, más bien conocido como General de Hombres Libres, Augusto César Sandino, del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional. Y, junto a él, el aliento emancipatorio y antimperialista de los pueblos de nuestra América y, en especial, centroamericanos.
Entre 1927 y 1933 Sandino estuvo al frente de la lucha de resistencia nicaragüense contra el ejército de ocupación de Estados Unidos en Nicaragua. Su valiente y tenaz estrategia guerrillera logró la expulsión de las tropas estadounidenses de su país. Mas, el Imperio logró crear casi al término de la expulsión de sus infantes, la llamada Guardia Nacional al frente de la cual estuvo su mercenario Anastasio Somoza quien, finalmente, ordenaría el asesinato de Sandino.
Sin embargo, la lucha de ese General de Hombres Libres, de ese Héroe Nacional de Nicaragua, trascendería años después con la fundación del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) por el también líder guerrillero Carlos Fonseca Amador, quien supo reivindicar junto a otros compañeros, la memoria de Sandino.
En julio de 1912, a los 17 años, presenció la primera intervención de las tropas estadounidenses en Nicaragua, frente a una sublevación liberal conservadora en contra del mandatario Adolfo Díaz, el que contaba con el apoyo de los Estados Unidos.
En 1921 hirió de bala a Dagoberto Rivas, hijo de un destacado conservador del pueblo, a causa de unos comentarios que había hecho sobre su madre. Huyendo de la ley y de una posible venganza de la familia de Rivas, Sandino viajó a la costa Caribeña de Nicaragua y después a Honduras, donde trabajó como empleado en un ingenio azucarero. En 1923 emprendió viaje nuevamente, esta vez hacia Guatemala, donde trabajó en las plantaciones de la United Fruit Company, y finalmente a Cerro Azul en Veracruz (México), donde fue empleado por empresas petroleras establecidas en esa región.
Durante su estadía en la nación azteca formó parte de diversos grupos revolucionarios. Así se convirtió en un ferviente defensor del antimperialismo, en particular, de la resistencia contra la ocupación imperialista de Nicaragua.
Al respecto Sandino fue, ante todo, un antimperialista y un luchador por la Soberanìa de su país, y por la justicia social. Estuvo vinculado a movimientos y líderes latinoamericanos revolucionarios y de izquierda; con gran influencia de la Revolución Mexicana, de carácter agrarista y nacionalista. Asimismo se relacionó fraternalmente, con el reconocido revolucionario salvadoreño Farabundo Martí, y con sus contactos con otros movimientos y partidos del continente.
Somoza García gobernó de manera dictatorial durante 22 años, con breves períodos en los que imponía un presidente títere y contando siempre con el respaldo de EE. UU. Esto le permitió acumular una enorme fortuna y gracias al crecimiento de la economía global posterior a la Segunda Guerra Mundial (en la que llegó a declarar la guerra a la Alemania nazi), le fue posible dar un gran impulso a las actividades agro exportadoras, que beneficiaron a los grandes productores del país y del Imperio, y no a las clases populares.
Por otra parte, Anastasio Somoza García fue baleado en un acto público el 21 de septiembre 1956 por el joven poeta Rigoberto López Pérez. Al frente del país quedaron, sin embargo, sus hijos Luis Somoza Debayle como presidente, y Anastasio Somoza Debayle como jefe director de la Guardia Nacional. Ambos continuaron las “enseñanzas políticas de su padre”.
En 1961, el luchador y guerrillero revolucionario Carlos Fonseca Amador, junto a otros combatientes, fundaron el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), como un movimiento de oposición armada a la dictadura de los Somoza y sus allegados, logrando en 1979 derrocar al hijo menor de Somoza García (Anastasio Somoza Debayle), dando lugar a la Revolución Nicaraguense. Gobernaron Nicaragua hasta 1990 y nuevamente a partir del 10 de agosto de 2007, gracias a un proceso electoral de amplio apoyo popular con la dirigencia del también luchador revolucionario y líder guerrillero Daniel Ortega Saavedra.
Sin lugar a dudas que la gesta libertaria y el legado de Sandino suscitó la admiración de muchos intelectuales contemporáneos y posteriores, tanto en Hispanoamérica como en el resto del mundo. Particularmente en Latinoamérica, donde su figura se erige como ejemplo inclaudicable de la lucha por la independencia y autodeterminación de los pueblos.
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