“Después de concluir un
curso de locución que se impartió en el Instituto Cubano de Radio y Televisión
(ICRT), me destinaron para la COCO, emisora de la capital. Allí trabajé un
breve tiempo pero, indudablemente, fue mi primera escuela”, nos cuenta Ángel
Ferrera López. Quien lleva más de cuatro décadas ejerciendo la locución y el
periodismo, respectivamente.
Dueño de una magistral
voz, con sólo 19 años Ferrera descubrió oficialmente el mundo de la radio y en
su momento fue el locutor más joven de Cuba. Maestro de este arte en la Isla,
Ferrera López ha sido distinguido con el Premio Nacional de Locución “Violeta
Casals” 2016, como homenaje a su labor ininterrumpida en nuestros medios de
comunicación. Nacido en La Habana, Ferrera confiesa que su interés por la
locución viene desde la niñez, influenciado por su tío Enrique López, otra de
las grandes voces cubanas.
“Transité muy
esporádicamente por un cabaret y creo que me aportó para enfrentarme a un
público diferente al de un teatro, un acto. El maestro de ceremonias que
también fui durante años me ayudó muchísimo, sobre todo a vencer mi miedo
escénico. En determinados momentos estuve ante decenas de miles de personas y
tuve que vencer el nerviosismo que siempre me acompañó y me acompaña en estos
momentos.
“La televisión también fue
ocasional. Hice FAR Visión, cuando
integré las filas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Creo que todo aporta
en la vida. De todas formas preferí y sigo prefiriendo, quizás hasta el último
aliento, la radio. Ella tiene sus encantos y una magia especial que te hace
adicto para siempre. Es pura imaginación y todos los sentimientos, todo lo que
piensas puedes hacerlo a través de la voz, bastante complicado”, comenta. Al
interrogarlo sobre aquellas cualidades que debe poseer un buen locutor de estos
tiempos, no escamita en afirmar:
Su paso por distintas emisoras
como Radio Reloj, Taíno y Radio Habana Cuba le ayudaron en el ejercicio diario
de enfrentarse ante los micrófonos. En Habana Radio, donde labora hace 18 años,
encontró, según nos dice, su gran pasión:
“Es la consumación de un
sueño. He contado que llegué un día de 1998 convocado por Magda Resik y me
quedé atrapado por esta idea. Yo no vivo en La Habana Vieja, visitaba poco esta
parte de la ciudad. Empecé a entrar en contacto con la obra de restauración y
rehabilitación del Centro histórico y otras partes, obra que lleva adelante el
Doctor Eusebio Leal y después cuando conocí los objetivos de la emisora, la
pasión creció. Me quedé en Habana Radio y creo que también es una escuela de
cultura, de defensa del patrimonio, de la nacionalidad, de la identidad… A
partir de Habana Radio soy un habanero y un cubano más consciente”.
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