Al set del Estudio Multimedial del Ministerio de Cultura llegó hoy la destacada poeta, dramaturga, ensayista, traductora y editora chicana, Ana Castillo. De la mano de Ana Niria Albo, especialista de este programa de estudio de Casa de las Américas, en el espacio Entrevista del Día conversaron sobre el Taller Latinxs en Casa.
—Ana, ¿qué significa para usted estar en Cuba?
Para mí es un sueño hecho realidad luego de tantos años. Llevo medio siglo como poeta y escritora, y desde aquella época yo sabía de la Casa de las Américas. Es un sueño estar aquí. Muy agradecida de las personas que coordinaron aquí y allá para poder venir”.
—Ana Niria, convérsanos sobre el evento
“El Programa de Estudios, que se fundó en el 2009, responde a una idea de Roberto Fernández Retamar, el anterior presidente de la Casa, poeta y ensayista, que tenía muy clara la importancia de visibilizar la labor de los escritores, artistas e intelectuales de origen latinoamericano y caribeño que residen en los Estados Unidos.
“Es un proyecto que responde también a aquel momento en que un escritor chicano, Rolando Hinojosa, gana el Premio Casa de las Américas y la institución dice «algo está pasando dentro de los Estados Unidos». Y ese algo es que había una población creciente, además de personas de origen latinoamericano y caribeño haciendo arte y literatura, de una manera además contestataria, porque hablar de escritoras y escritores chicanos es hablar de una historia de contestación, de revolución en el lenguaje, en la estética, en casi todo lo que amerita un análisis de la literatura en este caso”.
—Siempre ha habido un enfoque socio histórico desde la cultura. Ana, en el caso de su obra, ¿cómo usted ha reflejado estos temas?
“Desde joven comencé a concientizar el tema. Nacida de una madre indígena mexicana, estaba en Chicago, mis hermanos mayores trabajaron. Hay una población muy grande de mexicanos que vivían allí. Además de eso no teníamos derecho a hablar el español, en el trabajo y en la escuela había mucho prejuicio contra la gente de tez morena, no importa de dónde llegaban ni quiénes eran.
“Cuando me voy a California a trabajar escribíamos en inglés para la comunidad, eso era porque se prohibía hablar el español.
“Yo escribo en ambos idiomas porque mi madre me enseñó a escribir desde chiquita. A pesar de eso seguimos siendo bilingües. Soy de una generación que vio esos cambios, siempre haciendo lo que se puede hacer: siendo maestros, siendo activistas, escribiendo y hablando y siendo muy francos con nuestra posición”.
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