Acompañada de conclusiones polémicas y cuestionables, presentó la Dra. Elizabeth Dore los resultados de su investigación Historias de vida de jóvenes cubanos y cubanas: nudos y alternativas, la cual derivará en un libro que recogerá cinco de las 125 historias recopiladas.
El proyecto investigativo, auspiciado por el CENESEX, fue realizado por la profesora junto a diez investigadores cubanos, durante doce años. Casi mil entrevistas en profundidad efectuaron los estudiosos a 125 jóvenes nacidos entre 1975 y 1985.
Según explicó Dore, no hubo metodología de selección más allá del periodo de nacimiento. Así, los sujetos son diferentes en cuanto a sexo, ideología, color de piel, profesión, religión, orientación sexual, etc. Durante el proceso de entrevistas, se produjo un diálogo abierto, signado por las reglas de anonimato para los entrevistados.
El libro pretende narrar, de una forma otra, la historia de la Cuba postsoviética, pues –según explica su autora- no es, en primera instancia, una obra académica, sino que busca llegar a un público amplio y diferente. Para Dore, quien establece un enfoque generacional, este grupo etario nacido entre mediados de los 70 y 80, fue marcado por la caída del campo socialista y con ello, se produjo la desaparición del futuro prometido. De ahí que la nombre generación postsoviética o generación del shock (del susto o impacto).
“¿Qué es historia oral desde mi punto de vista?”, se pregunta la profesora de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Southampton, Reino Unido. “Es un método o guía para producir fuentes primarias, en este caso, historias de vida recopiladas durante doce años. También muestra actitudes, emociones, subjetividades, experiencias y memorias de las personas”.
“Lo importante es cómo la memoria ha cambiado, cómo se modifican las interpretaciones que la gente hace de sus memorias. Estamos hablando de memorias colectivas de la sociedad, y la historia oral es pasado y presente, pues ambas están reflejadas en esta narrativa”, explicó Dore.
“En el momento de las entrevistas, no solo están presentes entrevistado y entrevistador” –comentó la ponente-, “sino también los fantasmas del estado, de la sociedad, de los lectores o receptores”.
Con respecto a la estructura del volumen, que será publicado en 2017 en Londres, la estudiosa informó que estará organizado de forma cronológica, dividido en los periodos antes y después de los 90. Entre los temas principales destacan la economía, la política, la desigualdad, la liberación, la racialidad, el estado y la sociedad civil.
Algunas de las conclusiones a las que arribó la autora y que desataron no pocas interrogantes, aclaraciones, cuestionamientos y comparaciones entre los presentes, fueron:
- El Nivel de incertidumbre tan grande de esa generación en lo económico, político y social. Antes de los 90 existía la posibilidad de planificar la vida, lo cual fue desapareciendo. Por tanto, se trata de una generación que vive sin mapas ni rutas.
- El espacio público para hablar de esa incertidumbre ha sido limitado y la música ha venido a ocuparlo.
- Se ha creado un terreno fértil para la crisis existencial e ideológica, y el escepticismo, cuestionamiento y/o rechazo de los valores de antaño.
- Debido a la desconexión profunda con su sociedad, muchos jóvenes tratan de irse e insertarse en otra.
- Los que no se sienten desconectados son personas muy politizadas, las cuales mantienen el compromiso de quedarse y participar en el futuro de Cuba.
- A su vez, muchos de los emprendedores -pequeños o medianos- se sienten implicados en el proceso y plantean estar dispuestos a colaborar en las transformaciones que se están produciendo en el país.
En este sentido, el peligro de la tendencia a generalizar podría provocar varios sesgos en la investigación, dado que dentro de un mismo grupo generacional existen no pocas diferencias, dadas por múltiples factores de diversos tipos asociados a la personalidad del individuo, la familia, la posición económica, el contexto social inmediato, el nivel intelectual, la ideología, etc.
Por otra parte, se han generado diversos espacios de discusión de la realidad cubana, dentro y fuera del marco institucional, que van más allá de la música. Pueden ser de carácter espontáneo o con una periodicidad enmarcada, como el Último Jueves de Temas; Dialogar, Dialogar de la Asociación Hermanos Saíz; o La Revuelta, organizado por los propios jóvenes del Instituto Juan Marinello.
Igualmente, llama la atención una conclusión que plantea como principal razón de la emigración entre los jóvenes la desconexión social, cuando Cuba se destaca a nivel internacional, precisamente, por la cercanía y enlace que existe en su sociedad, una de las razones fundamentales que enamora a los foráneos y provoca la nostalgia en aquellos cubanos allende los mares. La razón económica continúa siendo la causa fundamental de la emigración y –a pesar de que ha sido constatada en múltiples investigaciones en los últimos años-, la propia práctica y experiencia da prueba y fe de ello, sin necesidad de recurrir a los estudios sobre el tema.
Sin dudas, fue un debate enriquecedor entre los estudiosos cubanos y la ponente anglosajona, un espacio para contrastar miradas desde afuera y desde adentro, para reflexionar una vez más en cuanto a la coyuntura que estamos viviendo y para arribar a conclusiones colectivas que, muchas veces, pueden resultar más certeras que las individuales.
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