Como ya era tradición entre nuestros próceres en su lucha por la independencia, Julio Antonio Mella también tomó la decisión de fundar un órgano de prensa para la naciente Federación Estudiantil Universitaria. Para él, la revista Alma Mater era un órgano de combate y el muestrario más eficiente de las inquietudes e interrogantes que tenía el estudiantado cubano en relación con el destino de nuestra nación.
Con artículos, crónicas, noticias y semblanzas, Mella fundó el periodismo universitario y estableció el principio de una publicación ágil, dinámica y crítica que pudiera perdurar por mucho tiempo debido a la calidad de sus páginas. Y así ha sido. Desde su creación, este medio impreso constituye forja de futuros escritores, periodistas y dirigentes políticos de este país. Su contenido ha reflejado, desde noviembre de 1922 en que vio la luz su primera edición, los problemas de un movimiento estudiantil que no ha dejado de crecer y expresarse, cual crónica cotidiana sobre la vida universitaria en La Habana y en todo el país.
Surgió hace 99 años
Oficialmente se ha tomado el 17 de noviembre para celebrar la efemérides del surgimiento de Alma Mater; sin embargo, algunos estudiosos sitúan esa fecha cinco días después, ya que en su número inicial solamente se consigna que corresponde al referido mes del año 1922, época en la que tenía lugar una reforma que sacudió durante varios años a la Universidad de La Habana, la cual era, entonces, la única casa de altos estudios del país.
“Laboraremos por la unión de todos los estudiantes cubanos en una Federación que nos haga fuertes y capaces para defender nuestros derechos, para progresar, para aprender cuando jóvenes las conveniencias de la hermandad, de la unión”, así expresaba el editorial sin firma acreditada aparecido en aquella primera edición, pero sabido es —por su estilo de redacción— que corresponde a la autoría del destacado líder creador, hace ahora 99 años, de esta revista considerada como la más antigua de Cuba dedicada a los jóvenes.
Mella escribió varios artículos bajo un seudónimo
Además de administrador, Mella escribió varios textos para Alma Mater, los cuales rubricaba con el seudónimo Lord MacPartland. Muchos de estos escritos estaban dirigidos a incentivar entre los jóvenes la consolidación de una conciencia política y social que les permitiera entender y enfrentar la crisis existente en el país —la deuda externa sobrepasaba los 40 millones de dólares—, agudizada durante el gobierno de Alfredo Zayas (1921-1925), quien estimuló el incremento de la influencia estadounidense y el auge de la corrupción en Cuba.
Vale recordar que el 6 de enero de 1921 había arribado a La Habana Enoch Crowder con el rango de embajador de Estados Unidos, quien llegó con la clara misión de intervenir en los asuntos internos de la política insular. Zayas se convirtió en su más fiel aliado, pasando a ser un mandatario nominal.
Bajo tales circunstancias trascendió la primera etapa de Alma Mater, la cual se extendió hasta junio de 1923, en que dejó de publicarse. Durante ese período adquirió prestigio y respeto. Volvió a aparecer en agosto de 1928, pero su salida duró muy poco tiempo y en septiembre de 1929 inició una tercera época, hasta que en 1930 experimentó significativas transformaciones en su formato y su política editorial sobresalió por la inclusión de enardecidos trabajos firmados por el líder revolucionario e intelectual puertorriqueño radicado en Cuba, Pablo de la Torriente Brau, conocido como el mayor cronista de su época.
Alma Mater tuvo que trasladarse a Tampa
Esta vez con una frecuencia semanal, entre sus redactores igualmente estaba Juan Marinello. Corría entonces el gobierno de Gerardo Machado, quien instaba a las fuerzas de su régimen a hacer uso de la más feroz represión contra obreros, estudiantes, intelectuales y todo aquel que se oponía a su administración. La tortura, el atropello y el crimen se acrecentaron en todo el archipiélago nacional; en tanto clausuró la Universidad de La Habana, que se había vuelto un foco de agitación oposicionista; motivo por el cual Alma Mater tuvo que trasladarse a Tampa.
Tras el derrocamiento de Machado en 1933, la revista volvió a editarse en La Habana, hasta su nueva desaparición en mayo de 1934. En 1952, tras el Golpe de Estado militar del 10 de marzo, previo a las elecciones, perpetrado por Fulgencio Batista, reapareció Alma Máter. Sus textos de denuncia a la cruenta represión y un sistema inconstitucional en un país caracterizado por la corrupción político administrativa, la pobreza, el hambre, el desempleo y el entreguismo al imperialismo norteamericano, motivaron que su salida no fuera sistemática y su realización se realizaba casi siempre en la clandestinidad.
Pasó a ser parte de las publicaciones de la Casa Editora Abril
Con el triunfo de la Revolución, la histórica publicación se convirtió en órgano oficial de la Federación Estudiantil Universitaria. Posteriormente, entre 1968 y 1971 fue vocero de esa organización y de la Unión de Jóvenes Comunistas. Finalmente, en este último año quedó como tribuna del estudiantado universitario integrado a las filas que había fundado Mella.
En 1978 pasó a ser el órgano del Consejo Nacional de la FEU. Su alcance sobrepasó a la Universidad de La Habana, para interesar a los jóvenes universitarios de todo el país. Intelectuales de renombre, periodistas, estudiantes y profesores de los numerosos centros de altos estudios han promovido en Alma Mater lo más avanzado del pensamiento. Actualmente forma parte de las diversas publicaciones de la Casa Editora Abril, con una edición bimensual de 20 mil ejemplares y circulación nacional.
Esta revista refleja y problematiza temas afines a la vida universitaria y a la realidad del país. Difunde, además, logros científicos, deportivos y culturales, tanto del ámbito universitario, nacional como internacional.
Tiene entre sus propósitos potenciar la cultura del debate y dar cuenta de las polémicas universitarias, ser una auténtica voz estudiantil.
Es por eso que abre las puertas a todos los universitarios para que polemicen, compartan sus obras, sugieran sus temáticas, fotografías, inquietudes.
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