Aliento. Exposición de Zaida del Río y Cristhian González Téllez del Río (+ Galería de Fotos )

Personajes con máscaras, representando el aislamiento, y que revelan todo el proceso de esta etapa que se está viviendo debido a la pandemia de la COVID-19 son expuestas por Cristhian González-Téllez, en tanto Zaida del Río presenta sus mujeres-pájaros que es una máscara también, al decir de la creadora, pero diferente, pues apunta a la libertad, a la amplitud, al vuelo, a la resurrección y a la esperanza de vida.

Aliento: Sueño y Realidad

Virginia Alberdi Benítez

Tras más de quince meses padeciendo una cruel pandemia que mantiene aislados a los habitantes de este planeta, es el arte quien ofrece momentos gratos y alivia tensiones y obsesiones, tanto a los artistas, que sienten la posibilidad de expresar su rico mundo interior a través de sus obras, como al público que recibe con beneplácito esa entrega.

Esto se hace evidente con la exposición en que han trabajado dos prestigiosos creadores cubanos, unidos por el arte y en la vida por un maravilloso parentesco.

Zaida del Río es artista de reconocido trayectoria, cuyas propuestas han enriquecido, desde los años ochenta, galerías, instituciones, museos y espacios privados dentro y fuera de Cuba; sin lugar a dudas, resulta una digna representante del arte cubano actual, una mujer que vuelca sobre telas y cartulinas la exquisita sensibilidad que la identifica.

En esta ocasión, junto a Zaida expone el pintor Cristhian González-Téllez del Río, su hijo, avalado ya por una producción que ha ido madurando durante estos últimos años, con marcada diferencia y una poética más criptica.

Con el nombre de Aliento, ambos, desde sus universos creativos, han expresado su reacción ante el encierro físico, las limitaciones para exponer, la asfixia e impotencia de confrontar sus realizaciones en nuevos espacios, o revisitar algunos con el resultado de ensueños y vigilias. Porque alentar es dar vida, oxigenar este mundo hermoso que cada día está más necesitado del amor y las ilusiones.

Las piezas de Zaida, siempre vivificantes, coloridas, con trazos que definen figuras de personajes arraigados en su mundo como las mujeres pájaros, deidades de diferentes mitologías, rodeados de una vegetación exuberante; pero a su vez cambiante en las propuestas que ofrece. Cada realización de Zaida es una historia, una nueva leyenda escuchada o imaginada por la pintora.

Cristhian amplia en estos últimos años su paleta de colores para rodear y animar los personajes, algunos con mutaciones físicas provocadas en un mundo dañado, pero marcado por la resiliencia, por la acuciante necesidad de sobrevivir a todo coste. Estas alucinaciones contribuyen a mantener las esencias del fabulador que las ha creado, quien mantiene el optimismo de transitar a esta visión cósmica hermoseada en su afán de subsistencia y fabulación, y lleva a sus telas imágenes surgidas del insomnio pandémico, para argumentar su esperanza. Somos testigos del vínculo entre estos seres que pueblan distintos ambientes; peces y aves en animada convivencia con humanos, algunos de los cuales se diluyen en los espacios hasta convertirse en adivinadas sombras casi abstractas.

Un Aliento renovador que lleva a la reflexión. La vida resurge y el arte trae a la superficie lo mejor de las personas, las horas de encierro se convierten en el resultado del más puro arte y conducen a un público ávido de respirar esos alientos renovadores.

Galería de fotos a cargo de Juan Carlos Borjas, Periódico Cubarte