Una vez más el espacio cultural mensual Aire de Luz del Centro Cultural Dulce María Loynaz posibilitó el encuentro entre su coordinadora la prestigiosa poetisa Basilia Papastamatíu y un numeroso grupo de amantes de la poesía, al reunir en esta ocasión a dos representantes de distintas épocas y generaciones: a Lina de Feria (Santiago de Cuba, 1945), Premio Nacional de Literatura, y al joven poeta y crítico Lázaro Castillo (Sancti-Spíritus 1 974).
Al realizar la presentación de ambos invitados, Papastamatíu destacó en Lázaro Castillo “el escribir su poesía con la serena actitud de quien se sienta a reflexionar, no a expresar sensaciones o comunicar sentimientos de pasión o de aflicción. Con una escritura calma, equilibrada, es como si se detuviera a pensar en lo vivido, para entregarnos con palabras e imágenes siempre como pensadas, su interpretación de sus experiencias existenciales, de lo visto y de los soñado, de lo amado o padecido, de sus dudas, zozobras y esperanzas”. Todo ello a partir de la demostración de un lenguaje poético fino y expresivo.
En relación con la connotada intelectual cubana Lina de Feria, subrayó en ella que “todos sus poemas los podemos leer como fragmentos de una gran crónica de su propia vida y de la vida de todos, de la existencia humana y del incierto mundo que nos rodea y que nos da vida y muerte, que nos construye y destruye, nos hace amar y agonizar al mismo tiempo. Sus versos son así el testimonio del desgarramiento esencial y permanente en que estamos sumidos en nuestro afán de ser (…) De ahí su fuerza, el estreñimiento que pueden producir en el lector al exponer ese intenso vaivén entre placer y dolor que constituye nuestra vida”.
Tras la lectura de algunos de sus poemas, Lázaro afirmó al numeroso auditorio presente que: “Quizás, mi gusto hacia la poesía se haya iniciado desde niño a través de los libros leídos, luego continuó los estudios de la Literatura española, latinoamericana y caribeña, las que han pasado a ser los grandes objetos de estudio y de lectura en mi vida. En mi caso trato que mi escritura poética llegue a ser pura y con algo de refinamiento. Mas, realmente comencé escribiendo décimas, sonetos… -todo ello lo mantengo guardado en una maleta-, además de lecturas de la Biblia pero en lo fundamental todos esos elementos de la memoria -en especial del abuelo quien mucho me leía-, fueron en definitiva sembrando mi gusto hacia el lenguaje poético (…) Manuscribo primeramente pues estimo me da más fuerza y libertad, consumo muchísimo papel y luego, todo lo paso a la computadora. A partir de todo esto ha partido mi formación como poeta”.
Por su parte, Lina de Feria hizo referencia a la presencia de los continuos atisbos que le da la tremenda visión del mundo actual de cosas que están acabando y que, a mi modo de ver, son una repetición del ciclo -y sí creo que existe una espiral-, que toca fondo y que me obliga a ser en mi poesía mucho más realista, sin perder la belleza del lenguaje y su combinación musical. En poesía el lenguaje es lo primero, siempre me expresó Fina García Marruz, es el que tiene que conducirte a lo que tú proyectas, a lo que tú aspiras comunicar (…) Hay que tener en cierto sentido humildad, algo que un poeta debe tener. El problema no está en creerse, sino en hacerlo. El mundo va muy rápido y su lenguaje es ahora mucho más crudo; ya nadie te habla sobre la belleza de las estrellas o de la luna, se ha perdido lo romántico. Y, por tanto, el lenguaje tiene que ser más crudo pues la realidad que vivimos lo impone”.
Entre los invitados a Aire de Luz se encontraban, entre otros, escritores, artistas, directivos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), y representantes diplomáticos de la Embajada de México en nuestro país.
Lina de Feria (Santiago de Cuba, 1945).- Poeta y ensayista. Entre sus libros de poesía figuran: Casa que no existía, A mansalva de los años, El ojo milenario, Rituales del inocente, A la llegada del delfín y Ante la pérdida del safari a la jungla. Ha merecido importantes galardones como los premios David, de la Crítica, Raúl Hernández Novás y Nicolás Guillén.
Lázaro Castillo
(Sancti-Spíritus, 1974).- Poeta y crítico. Ha publicado los libros de poesía:
Negar cualquier complicidad, Biografía sucia, A la entrada de la noche, La vida
breve e Hilado de las máscaras. Ha obtenido reconocimientos como los Premios
Casatintas, de Poesía Libre de Artesanías Literarias y el Fayad Jamís.
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