Con motivo de la intensa jornada de celebración por el Día del Bibliotecario, la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí (BNCJM), recibió el sello 85 aniversario de la fundación de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), entregada a su director, el crítico y teatrólogo Omar Valiño y, Emelinda Medina, al frente de la organización sindical en la BNCJM, de manos de Katia Rodríguez, secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC), en ceremonia celebrada en la galería El reino de este mundo.
Igualmente, el grupo de trabajadores de ese centro rector de un patrimonio documental y bibliográfico inigualable a nivel de país, recibió, a propuesta del Secretariado Nacional del SNTC y teniendo en cuenta sus resultados relevantes, la condición de Colectivo Distinguido Nacional, recibido también por Valiño.
Así mismo, dado ese inmenso caudal patrimonial referente para Cuba y el mundo, la comisión cubana de la Unesco, en la persona de su presidenta, Dulce María Buergo, entregó el certificado que acredita en el registro Memoria del Mundo, de América Latina y el Caribe, la Colección Julián del Casal, de la BNCJM.
Compañeros con 20, 25 y más años de trabajo en el sector de la cultura –en este caso del centro homenajeado–, recibieron la Distinción Raúl Gómez García que los acredita en reconocimiento a sus méritos en su labor, actitud ejemplar y consecuente con los principios revolucionarios. Katia Rodríguez impuso la medalla a Marta Herrera Sánchez, Antonio Rodríguez, Deborah Gil Guerra y Migda Rosa Estévez.
El día del Bibliotecario se celebra el 7 de junio, en homenaje al nacimiento –1812– de Antonio Bachiller y Morales, prolífero periodista, historiador, abogado y bibliógrafo, considerado el padre de la rama bibliográfica cubana y fue celebrada por primera vez en 1950, a propuesta del periodista César García Expósito.
Como un documento valioso también de la memoria, irrepetible desde la visualidad, fue considerada la obra del pintor cubano Adigio Benítez Jimeno al inaugurarse en la velada la exposición personal La poesía de las formas y color, en homenaje a su centenario (1924-2024). La muestra fue curada por su hija, Surnai Benítez Aranda, museografiada por ella misma y Denys San Jorge. Reúne piezas de la colección del Consejo Nacional de las Artes Plásticas (CNAP) y familiar que van del período de 1970 hasta los 2000. La familia del extinto artista visual, viuda e hijas, estuvieron presentes en la apertura.
Daneisy García, presidenta interina del CNAP, recordó las varias acciones desplegadas, además de esta exposición, para conmemorar el centenario de Adigio Benítez, incluyeron un panel sobre su vida y obra, realizado en el Museo Nacional de Bellas Artes, “fue interesante ver todas sus aristas como creador… vimos a ese Adigio ilustrador del humor político que desarrolló para varios medios de prensa y como Premio Nacional de la Enseñanza Artística en su labor de profesor del Instituto Superior de Arte.
El famoso cuadro Soldador, comanda la muestra en perspectiva con otros lienzos que dan una idea del amplio diapasón temático abordado por el creador, casi todos vinculados con elementos de la sociedad cubana, tales como el ambiente tropical y ese particular colorido que inspira en el cuadro, la denuncia social desde la pseudorrepública y la construcción de la nueva sociedad posrevolucionaria, la cubanía y su mezcla racial, entre otras, según comentó Surnai.
Refirió el origen de la nominación de la exposición, ‘’mi padre consideraba la necesidad de trasmisión de valores positivos”, dijo, en medios del caos mundial que vive la sociedad contemporánea, “para él la pintura tenía que ser como la poesía, que fuera una metáfora que apelara al humanismo”, agregó.
Recordó, a propósito de la celebración próxima del Día de los padres, que su progenitor fue un hombre que no solo fue padre de sus hijas, sino de sus alumnos, entregado a la cultura y a las causas justas, concluyó.
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