África Nuestra


africa-nuestra

La Habana: Capital del Cine Africano (1985-1986)

Como parte del programa del VIII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, celebrado del 3 al 17 de diciembre 1986, se presentó en el cine La Rampa una Muestra de Cine Africano; la mayor de su tipo realizada en nuestro continente, hasta esa fecha.

La referida retrospectiva abarcó una selección de la producción cinematográfica africana del periodo 1962-1986, con películas dirigidas por realizadores igualmente africanos, de 16 países: Níger, Senegal, Costa de Marfil, Egipto, Mauritania, Camerún, Congo, Argelia, Marruecos, Sudáfrica, Túnez, Etiopía, Burkina Faso, Malí, Ghana y Mozambique.

Fueron proyectadas en dicha ocasión, un total de 56 películas; de las cuales 44 correspondían a ficción, 11 documentales y 1 dibujo animado.

Hablar de acciones transcurridas 30 años atrás, no constituye solamente un ejercicio nostálgico, que en alguna medida los es; sino la confirmación de la vigencia de uno, como mínimo, de los tantos objetivos que las animaron: facilitar a nuestros investigadores, historiadores, etnólogos, docentes, estudiantes, artistas, críticos, cinéfilos y público en general, un encuentro audiovisual con África; imperativo por la importancia de África y su cultura, en la formación de nuestra identidad y nación.

Se ha repetido con frecuencia que, ver una vez vale más que oír cien veces; a lo que se suma la capacidad potencialmente integradora del cine como género aglutinador de todas las artes y tecnologías, habidas y por haber; así como la especial sensibilidad y capacidad de los realizadores, directores de fotografía, camarógrafos y guionistas dedicados a este noble oficio, para penetrar en ángulos de la realidad, vedados para otras manifestaciones.

Las ideas originales que comenzamos a manejar en 1984, por similares razones a las citadas en los dos párrafos anteriores, dimensionaron el encuentro entre cineastas de África y América Latina, así como del Caribe mismo; y de hecho entre África y América, y también un poco más allá de nuestras respectivas fronteras continentales.

La referenciada Muestra de Cine Africano (1986), estuvo precedida y luego acompañada de imprescindibles investigaciones bibliográficas y de terreno; contactos, negociaciones, viajes a África y espacios de reflexión.

Como coordinador (1) de la Muestra y del Encuentro que la precedió, al igual que de las actividades asociadas a la misma en el periodo 1984-1987, tuve entonces el privilegio de participar de forma activa, en las acciones siguientes:

  • Contactos y negociaciones con el Comité Africano de Cineastas (CAC) y la Federación Panafricana de Cineastas (FEPACI); y por ese amable intermedio con las Cinematecas de Argelia y Francia, a todos los cuales debo reiterar nuestro agradecimiento por su decisiva contribución al éxito de la Muestra y de las demás acciones que señalo en lo adelante.
  • Investigación sobre el cine africano que, en forma de ponencia a mi firma, se circuló en 1985 entre los cineastas cubanos y del resto de América Latina y el Caribe; y que posteriormente con el título de El Cine Africano, fue publicada por la revista Cine Cubano, en su edición No. 115 / 1986, páginas de la 30 a la 35. Caso de interés de los lectores, el texto íntegro de la misma, pudiera publicarse próximamente en este mismo espacio, como África Nuestra (II).
  • Encuentro de Cineastas de África y América Latina, en el Palacio de las Convenciones de La Habana, los días 9 y 10 de diciembre de 1985, en ocasión del 7mo. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, celebrado del 2 al 16 de diciembre del propio año 1985, que contó con la participación de una nutrida delegación de cineastas africanos.
  • Seminario sobre la situación actual del Cine en África, Asia, América Latina y Europa Occidental, en el Palacio de las Convenciones de La Habana, los días 13 y 14 de diciembre de 1985, igualmente en ocasión del 7mo. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
  • Viaje de trabajo para visionar en las Cinematecas de Argelia y Francia, la totalidad de la producción cinematográfica africana, desde su nacimiento y hasta 1986. En esta acción estuve acompañado del realizador cubano Guillermo Orlando Rojas, recordado por sus películas Una Novia para David y A veces miro mi vida, entre otras obras de su autoría. Como resultado de esta labor, y por consenso de ambos, quedó conformado el programa definitivo de la Muestra de Cine Africano, responsabilidad que me encomendaron, por decisión unánime, la Presidencia del CAC y el Secretariado General de la FEPACI, finalizado el citado 7mo. Festival.
  • Muestra de Cine Africano, en el Cine La Rampa, los días comprendidos del 5 al 16 de diciembre de 1986, en el marco del VIII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, celebrado del 3 al 17 de diciembre. El programa de la misma aparece en el catálogo del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano 1979 -1988, páginas 134, 135 y 136. Caso de interés de los lectores, el referido programa, pudiera publicarse próximamente en este mismo espacio, como África Nuestra (III).
  • Mesa redonda sobre el Cine Africano, en el Hotel Nacional de Cuba, el día 6 de diciembre de 1986, como parte del programa correspondiente al VIII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano; que contó con la participación de importantes cineastas de la citada región.
  • Seminario La mujer en el mundo audiovisual, en el VIII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, con la participación de la realizadora y etnóloga senegalesa Safi Faye, la cual presentó su ponencia: Breve mirada al África.
  • Encuentro de Cineastas de América Latina y África, en el Festival Panafricano de Cine de Ouagadougou, Burkina Faso, 1987. Al mismo asistí como Director de Relaciones Internacionales del ICAIC, acompañando a los cineastas Santiago Álvarez (Cuba) y Fernando Birri (Argentina); ambos, figuras cimeras del cine de Nuestra América.

Juntos por primera vez

Hermanados por la Historia, y aunque ya de cierta manera nos conocíamos y se conocían parcialmente en ambas orillas, las producciones y realizadores de referencia; materializábamos en La Habana a tal dimensión, un memorable Encuentro de Cineastas de África y América Latina, que tuvo como sede el salón principal del Palacio de las  Convenciones, los días 9 y 10 de diciembre de 1985, en ocasión del 7mo. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, celebrado del 2 al 16 de diciembre del propio año 1985, que contó con la participación de importantes cineastas africanos, entre los que se encontraban el crítico, historiador y realizador Paulín Vieyra (Senegal), presidente del Comité Africano de Cineastas (CAC), considerado como el Padre de la  Cinematografía Africana; Gastón Kaboré (Burkina Faso), realizador y secretario general de la Federación Panafricana de Cineastas (FEPACI); Jean Michel Tchissoukou, realizador (Congo); Naceur Ktari, realizador (Túnez) y secretario general de la FEPACI en la región Norte; Rasmane Ouedraogo, realizador (Burkina Faso); Mengistu Yihumbelay, realizador (Etiopía); Jacques Benhanzin, realizador (Benín) y secretario General de la FEPACI en la región Oeste; Moustapha Alassane, realizador (Níger); Lionel N. Gakabe, realizador (Sudáfrica) y secretario general de la FEPACI en la región Sur.

“Por primera vez, una nutrida delegación de cineastas africanos asistió al Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Representantes de Senegal, Nigeria, Mozambique, Ghana, Etiopía, Burkina Faso, Benín, Túnez, Sudáfrica, Angola y Argelia tuvieron un amplio contacto con la obra y con los creadores del séptimo arte en nuestro continente.”

“La presencia de la delegación africana al Festival propició la obtención de hechos concretos, como lo son, el inicio de una estrecha colaboración para lograr una mayor difusión del cine de América Latina en África, y viceversa; y la certeza de estar ya en condiciones de actuar de conjunto, en un frente común para liberar al cine tercermundista de los actuales mecanismos de dependencia económica y cultural.” (2)

El 7mo. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, fue un marco más que apropiado para la realización del citado encuentro, estando signado por un acontecimiento excepcional: el discurso de clausura fue realizado por el Líder Histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, a la fecha Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba.

Otra nota relevante resultó la constitución, durante el 7mo. Festival, de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, presidida por el Premio Nobel de Literatura, el escritor y cineasta colombiano Gabriel García Márquez.

Notables delegados de América Latina, el Caribe, Estados Unidos de América, Europa y Asia, participaron igualmente en la edición del Festival 1985, entre los cuales menciono, con el perdón de haber podido olvidar a otros igualmente importantes, a los siguientes: Harry Belafonte, Jack Lemon, Robert de Niro, Treat Williams, Christopher Walken, Haskell Wexler, Gian María Volonté, Jerzy Kawalerowicz, Miguel Littín, Ely Menz, María Rojo, Fernando Birri, Santiago Álvarez, Julio García Espinosa, Tomás Gutiérrez Alea, Humberto Solás, Geraldo Sarno, Paul Leduc, Jorge Sanjinés, Orlando Senna, Susú Pecoraro, Ulises Estrella, Mario Benedetti, Rassoul Labuchin, Diego de la Texera, Ambros Eichenberger, Erwin Gyertian, Kiushiro Kusakabe, Mercedes Sosa.

Cine Africano en La Habana 1986

Como adelantaba, la Muestra de Cine Africano se presentó en el Cine La Rampa, los días comprendidos del 5 al 16 de diciembre de 1986, en el marco del VIII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, celebrado del 3 al 17 de diciembre.

He detallado en estas propias páginas, la información que confirma su dimensión e importancia; pero debo destacar que para la presentación de la misma viajaron igualmente a nuestro país, un representativo número de cineastas africanos, entre lo que destacan Paulín Vieyra; Gastón Kaboré; Med Hondo, realizador (Mauritania); Boudjema Kareche, director de la Cinemateca de Argelia, el cual nos brindó todas las facilidades en Argel para visionar los filmes africanos, y en correspondencia con nuestra selección, aportó la mayor parte de las copias en 35 milímetros, de las películas programadas; Ferid Boughedur, crítico y realizador (Túnez); Enmanuel Sanón, realizador (Burkina Faso); Safi Faye, realizadora y etnóloga (Senegal).

Una Mesa redonda sobre el Cine Africano, acompañó a la Muestra.

Deseo reiterar también mi agradecimiento a la Cinemateca de Francia, por su amable acogida en París y por el aporte de las copias en 35 milímetros de sus fondos, que definitivamente seleccionamos.

De igual forma a la Cinemateca de Cuba, en especial para mis queridos amigos, lamentablemente fallecidos; Héctor García Mesa y José Arias, Director y Especialista, respectivamente; que prepararon el programa y con la eficiente colaboración de los otros miembros de la citada institución, construyeron la complicada logística necesaria a tan extensa muestra, que incluía la traducción simultánea al español de una buena parte de las películas.

El VIII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, fue un espacio igualmente apropiado para la realización de la Muestra, estando marcado por importantes acontecimientos, entre los que destacan, la presencia del Líder Histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, a la fecha Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, en la apertura del Festival; y de igual forma en las inauguraciones de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños y de la sede de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano.

Resulta destacada, además, la presencia en este Festival del Premio Nobel de Literatura, el escritor y cineasta colombiano Gabriel García Márquez, así como de otras personalidades del cine y la cultura, entre los cuales mencionamos, con el perdón de haber podido olvidar a otros igualmente importantes: Harry Belafonte, Francis Ford Coppola, Sydney Pollack, Gregory Peck, Jorge Amado, Nelson Pereira dos Santos, Fernando Birri, Luis Alcoriza, Silvia Pinal, Pedro Armendáriz, Santiago Álvarez, Julio García Espinosa, Tomás Gutiérrez Alea, Humberto Solás, Pilar Miró, Juan Antonio Bardem, Francisco Rabal, Francisco Lombardi, Martha Jean Claude, Kazuo Yamada, Octavio Getino, Julie Christie, Susú Pecoraro, Miguel Littín, Ely Menz, Marcela Fernandez Violante, Sumiko Haneda, Luiz Carlos Barreto, Manuel Barbachano Ponce, Ambros Eichenberger.

En paralelo a la publicación del presente trabajo, entraré en contacto con Luciano Castillo, actual director de la Cinemateca de Cuba, a los efectos de conocer cuáles de los títulos africanos presentados entonces, se conservan aún en sus fondos, con la propuesta de intentar repetir la Muestra de Cine Africano en beneficio de las nuevas generaciones de los sectores que fueron sus destinatarios originales y de todo nuestro público.

No se puede hacer Cultura sin Cultura

¿Cómo se logró realizar todo este empeño?

Contábamos en todas las regiones geográficas señaladas, con intelectuales e instituciones con un amplio dominio y profesionalidad demostrada.

Para los que deban afrontar en el futuro retos similares, les revelo que únicamente la dedicación al trabajo y la capacitación sistemática de todos estos factores, constituyeron las piezas claves del éxito alcanzado; desplegándose una operación en términos de Marketing, Relaciones Internacionales y Comunicación, sin precedentes conocidos.

Al respecto, este artículo incluye a continuación los principales apuntes de la investigación sobre África y su Cine, que realicé a la altura de 1984 -1985, para apoyar la actividad ejecutiva desplegada entonces y que he actualizado a la fecha.

El lector puede comprender, que nos hemos apoyado en una bibliografía manejada en nuestra época de estudiante en la Escuela de Historia de la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Habana y en el ejercicio profesional como Licenciado en Historia, pero que no la relaciono en esta versión, por razones obvias; citando como notas, fundamentalmente, los elementos tomados de la prensa nacional cubana, como una alerta ante su importancia, como otra fuente disponible para encontrar puntos medulares, en variados temas.

África Nuestra

“El estudio de la historia es útil, aleccionador y productivo cuando se entiende en términos de proceso complejo, a través de la interacción de factores económicos, sociales y culturales, presentes todos en el comportamiento de las clases sociales y en el universo recóndito de las subjetividades.” (3)

“Solo a través de la historia podremos enfrentar con éxito la avalancha cultural que el imperio trata de imponer al mundo, y con especial énfasis, en su nueva estrategia de dominación contra esta isla irredenta, rebelde y soberana.” (4)

“Escribir es una forma de ser útil si consideras que nuestra sufrida humanidad debe ser más y mejor educada ante la increíble ignorancia que nos envuelve a todos, con excepción de los investigadores que buscan en las ciencias una respuesta satisfactoria. Es una palabra que implica en pocas letras su infinito contenido.” (5)

¿Por qué África?

“…Se cree que África proviene del latín aprica (soleado) o del griego aphriké (sin frío) …” (6)

El Decenio Internacional de los Afrodescendientes (2015 – 2024); la celebración del Día Internacional de Recuerdo a las Víctimas de la Esclavitud y la Trata Trasatlántica de Esclavos (25 de marzo), establecidos por la Organización  de Naciones Unidas (ONU); el aniversario 130 de la abolición de la esclavitud en Cuba; la celebración de la salida de la cárcel hace 26 años, el 11 de febrero de 1990, del fallecido líder sudafricano Nelson Mandela; el Día de África (25 de mayo), conmemorativo de la creación de la comunidad de estados africanos mediante la OUA, actualmente con el nombre de UA (Unión Africana); así como la ejecución en fecha reciente de una nueva acción altruista de Cuba en África, esta vez en la batalla contra el Ébola, y otras razones de orden histórico, obligan a  retomar con una fuerza mayor la temática de las raíces Africanas, a partir de su presencia entre los factores determinantes en la formación de nuestra Nación y por ende de la Cultura; y muy particularmente de la Cultura Popular Tradicional cubana; asunto que abordaremos desde las páginas de la propia Historia, sus experiencias colectivas, y la añadidura de vivencias personales acerca de acciones profesionales realizadas en y con el Continente Africano.

Pretenden estas líneas además alertar del peligro que representa toda subvaloración o sobrevaloración de este importante componente.

De igual forma destacar la múltiple y compleja HUELLA del mestizaje multidireccional, dejado por las diferentes Etnias y Culturas, de las que somos deudores.

ÁFRICA además de sus enormes reservas de recursos naturales, es a todas luces la región con la mayor diversidad Étnica y Cultural del Planeta Tierra; dígase entre otros aspectos, idiomas en uso, lenguas maternas, dialectos, música, danzas, artesanía, comidas y religiones con una marcada diferencia entre Norte y Sur; o sea África del Norte y África Subsahariana, esta última conocida como África Negra; separadas ambas por el eje geográfico en que se constituye el Desierto del Sahara, con nueve millones, cien mil kilómetros cuadrados de extensión (9 100, 000).

Dentro de cada uno de estos dos polos, existen marcadas diversidades de igual índice, con orígenes remotos; y trabajos recientes colocan a África, muy puntualmente el Sur de África, como la cuna y punto de partida migratorio – evolutivo de la especie Humana.

África está integrada a la fecha por 55 países, con sus respectivas banderas, aunque sólo 54 de ellos forman parte de la UA (Unión Africana).

Al uso cotidiano cubano, así como a todos los españoles se les denominó gallegos; todo lo africano se asocia involuntariamente con el África Subsahariana, lo que es de especial preocupación porque trasciende en no pocas ocasiones a otros ámbitos que necesitan de un tratamiento riguroso.

¿Cómo se comunican los africanos?

En el citado espacio geográfico viven, según datos del 2013, un total de mil ciento once millones de habitantes (1, 111,000), que hablan un total de 17 idiomas, de los cuales once corresponden a Lenguas Maternas del África Subsahariana, reconocidas todas como Idiomas Oficiales.

Destacar el tema idiomático es contribuir a la comunicación con África en el presente, porque esta balcanización es una de las barreras que se presentan para su propio desarrollo.

El balance idiomático actual por países, es el siguiente:

  • Doce países africanos reconocen como Idioma Oficial único al francés. Estos son: Benín, Burkina Faso, República del Congo, Costa de Marfil, Gabón, República de Guinea, Malí, Níger, República Centro Africana, República Democrática del Congo, Senegal y Togo.
  • Doce países africanos reconocen como Idioma Oficial único al inglés. Estos son: Botsuana, Gambia, Ghana, Liberia, Mauricio, Namibia, Nigeria, Sierra Leona, Sudán del Sur, Uganda, Zambia y Zimbabue.
  • Siete países africanos reconocen como Idioma Oficial único al árabe. Estos son: Argelia, Egipto, Libia, Marruecos, Mauritania, Sudán y Túnez.
  • Cinco países africanos reconocen como Idioma Oficial único al portugués. Estos son: Angola, Cabo Verde, Guinea – Bissau, Sao Tomé y Príncipe y Mozambique.
  • Un país reconoce como Idioma Oficial único al español: Guinea Ecuatorial.
  • Un país africano reconoce como Idioma Oficial único, a una Lengua Materna Subsahariana: Etiopía – amárico. 
  • Uno de ellos tiene como Idiomas Oficiales de validez paralela, a dos idiomas de sus colonizadores: Camerún – francés / inglés.
  • Cuatro países tienen como Idiomas Oficiales de uso paralelo, al árabe y un idioma de su antigua Metrópolis: Comores – árabe / francés; Chad – francés / árabe; República Árabe Sarahuí – árabe / español y Yibuti – francés / árabe.
  • Dos de ellos tienen como Idiomas Oficiales simultáneos, al árabe y a una Lengua Materna Subsahariana: Eritrea – tigrinya / árabe y Somalia – somalí / árabe.
  • Tres reconocen como Idiomas Oficiales al francés y a una Lengua Materna Subsahariana: Burundi – kirundi / francés; Ruanda – francés / kinyarwanda y Madagascar – malagasy / francés.
  • Seis tienen como Idiomas Oficiales al inglés y una Lengua Materna Subsahariana: Kenya – swahili / inglés; Lesoto – sesotho / inglés; Suazilandia – inglés / siswati; Sudáfrica – inglés / afrikaans; Malawi – inglés / chichewa y Tanzania – swahili / inglés.
  • Un país africano tiene tres Idiomas Oficiales de vigencia paralela, de los cuales uno es el creole y los otros dos son el francés y el inglés, que es el caso de Seychelles, cuyo nombre oficial es República de las Seychelles, a lo cual debemos añadir la particularidad de que el creole es una combinación de lenguas africanas con el francés y el español; mezcla que nació en el Mar Caribe y se trasladó de forma excepcional, a este territorio insular de África. Con esta observación adelantamos elementos de la intercomunicación histórica excepcional de ida – vuelta de África con América Latina y el Caribe.

El balance idiomático continental, es como sigue:

  • En 20 países africanos se habla el francés.
  • 20 el inglés.
  • 13 el árabe.
  • 5 el portugués.
  • 2 el español.
  • 1 país habla el creole.
  • 12 países hablan un total de once Lenguas Maternas Subsaharianas.

Suman, además, cientos de dialectos a nivel de regiones y tribus, a tenor de la extendida presencia de fronteras vivas; cuyos datos no se encuentran a nuestro alcance, en este momento.

¿Cuáles fueron los primeros contactos con África?

Con independencia de la imprescindible información anterior y de otros elementos que aporto en el curso del presente trabajo, muy seguramente lo que pudiera ser de un mayor interés para el lector, es la recapitulación y necesaria relectura, de cuándo y cómo se estableció la conexión entre África y Cuba, donde no están a la vista los posibles antecedentes Prehistóricos y/o Precolombinos, por carecer aún los estudios científicos en curso, de precisiones a tomar en cuenta.

El primer contacto conocido, ocurrió el sábado 27 de octubre de 1492, siglo XV, y en el mismo momento y hora del célebre “descubrimiento de Cuba”, por parte de la expedición del marino genovés Cristóbal Colón, en su primer viaje.

A bordo de la Pinta, la Niña y la Santa María y en las misiones que le sucedieron, vinieron tripulantes de origen Andaluz y de otras regiones próximas al Sur de España, los cuales eran étnica y culturalmente portadores de los elementos distintivos del África Norte, resultado de los más de siete siglos que duró la ocupación de una buena parte del territorio de la actual España, por los árabes.

SANGRE AFRICANA, árabe - bereber, corría por las venas de la mayoría de nuestros “descubridores” y de los primeros colonizadores.

Cronológicamente llegaron después, aunque en una pequeña cantidad y procedentes de la Península Ibérica, esclavos originarios de los pueblos africanos de piel oscura, trasladados a Cuba como parte de la servidumbre doméstica de sus respectivos amos.

Otra corriente migratoria africana arribó paulatinamente en los albores del 1600, siglo XVII, desde las Islas Canarias, los conocidos isleños o canarios como indistintamente se les conoce aquí; de población originaria aborigen guanche, entroncados con los antiguos árabes – bereberes del Norte de África; porque  las citadas islas están ubicadas geográficamente en África, frente a las costas de lo que hoy es Marruecos, y vivían integrados en su contexto africano, hasta finales del siglo XV, en que luego de casi un siglo de heroica resistencia por parte de los guanches, fueron finalmente conquistados por la Corona Española.

A pesar de su temprana presencia en Cuba y de su significativo aporte al proceso de desarrollo económico, social, cultural y político que da lugar a la formación de nuestra Nación; no se cuentan con datos estadísticos sobre su migración a nuestro territorio, en los primeros siglos de la colonización, porque las legislaciones vigentes en la época señalada, prohibían la presencia de los originarios de las Islas Canarias en el Nuevo Mundo, por lo que se trasladaban por la vía marítima establecida, de obligada escala logística en el Archipiélago Canario, como polizontes o con identidades cambiadas.

Las evidencias indican que Guanabacoa, resultó por diversas razones, pero fundamentalmente por su proximidad al puerto de La Habana, un lugar prioritario de destino, a partir de los primeros años del siglo XVII, de los laboriosos inmigrantes canarios; artífices del florecimiento del territorio citado, sobre la base de sus progresos en la producción agrícola: tabaco, frutos menores, ganadería y azúcar.

La presencia de los isleños se extendió cuantitativamente a otras regiones del país, desde mediados del siglo señalado y en una proporción superior en los subsiguientes.

Esclavos Africanos a la vista

Ante la progresiva extinción de los aborígenes de la isla de Cuba, comenzaron a llegar esclavos africanos procedentes del África Subsahariana, como parte del implacable tráfico de mano de obra esclava, que tuvo a nuestro país como uno de sus destinos en América, durante los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX.

La HUELLA aborigen en Cuba, es objeto de una indagación por separado, ante la complejidad del asunto; toda vez que de una forma u otra están en apariencia subyacentes en la mezcla inicial, pero los resultados indican que están mucho más presentes de lo que podemos apreciar a simple vista. (7)

Guanabacoa constituyó un asentamiento de esclavos africanos, motivado fundamentalmente por el crecimiento de la producción de azúcar de caña, en ese momento modelada de forma parecida a la raspadura actual; pudiendo señalarse que a la altura de 1750 y desde años antes, la Villa de la Asunción de Guanabacoa estaba bordeada por un cinturón de al menos 21 ingenios azucareros, sus respectivas plantaciones de caña de azúcar y las dotaciones de esclavos, que hemos calculado en un cuantía total aproximada a las 25,000 almas esclavizadas, incluyendo los destinados a los servicios domésticos y de la construcción.

La Villa de la Asunción de Guanabacoa tuvo, en la época anteriormente citada, su “Valle de los Ingenios” un siglo antes que Trinidad, y que cualquier otra región de Cuba.

La Trata de Esclavos Africanos, solamente en los primeros 25 años del siglo XIX, trasladó vivos a nuestras costas, un millón de personas.

Es necesario recordar, para evitar anacronismos geográficos e históricos, que el mapa de África de los siglos XVI al XIX, y quizás un poco antes, muy especialmente el del África Subsahariana, que está indisolublemente ligada a la Trata de Esclavos, en nada se parece a la configuración actual, descrita por países en el presente artículo, cuya nueva fisonomía está marcada de forma sucesiva por el Tratado de Berlín de 1895, que determinó el reparto de África entre las principales  potencias coloniales de la época: Inglaterra, Francia, Alemania, España, Portugal y Bélgica; con un reacomodo de fronteras como resultado de las dos Guerras Mundiales y finalmente por el largo proceso de descolonización, a partir de la lucha de los movimientos de liberación del continente citado, a la altura de los años 60 del pasado siglo XX.

El Golfo de Guinea y los territorios adyacentes en tierra firme y ríos navegables como el Níger, todos al alcance de las posibilidades navales, tecnológicas y de transportación terrestre de la época, se convirtieron en epicentro de la Trata de Esclavos Africanos, con destino a América.

Desde el punto de vista legal, el Emperador Carlos V (Carlos I de España), autorizó la Trata de Esclavos Africanos a partir de 1552, lo que significa que esta actividad se realizaba desde una época anterior, porque las leyes siempre viajan a la zaga de los hechos que juzgan.

La navegación interoceánica a vela, imperante en la época, se apoyaba de forma prioritaria en las corrientes marinas, y en el caso específico  del viaje Europa – África Occidental – América - Europa, la vía expedita nacía en la Corriente de las Canarias, conectándose con la Corriente de Guinea para arribar al Golfo de Guinea, área donde cargaban los esclavos; y a partir de entonces remontar la Corriente Ecuatorial del Sur, que partiendo del señalado Golfo de Guinea, atraviesa el Océano Atlántico, y bordeando a Cuba por el sur, se conecta en el Golfo de México con la Corriente del Golfo (Gulf Stream), que en el Estrecho de la Florida, remonta el Atlántico, con destino a Europa, donde muere a la altura de España, Portugal e Inglaterra.

Estas corrientes marinas, que no son exclusivas del mar y océano indicados, facilitaron igualmente otra ruta para el comercio esclavista con América que, partiendo del Sur del Golfo de Guinea, surca igualmente el Atlántico, pasando directamente frente a las costas de lo que hoy es Brasil.

Los patrocinadores del Comercio Triangular apoyaron fundamentalmente su gestión, en las condiciones de navegación anteriormente enumeradas; por lo que partiendo de Europa, fundamentalmente de Inglaterra, cargaban aguardiente y  otras bebidas alcohólicas; así como textiles, bisuterías, armas blancas y  elementos de similares géneros, para cambiarlos por esclavos africanos  en el Golfo de Guinea, los cuales transportaban a los diferentes territorios de América, donde eran “comercializados” a cambio de oro, plata, cueros, tabaco, azúcar de caña y productos afines; y con esta carga cerrar el ciclo nuevamente en Europa.

Estos factores geográficos apuntados, y la vía económica y rápida que facilitó vencer las limitaciones tecnológicas de esa etapa, fueron predominantes en la presencia de esclavos del África Subsahariana en América, y por tanto en Cuba, y con ellos el legado de sus diversas Etnias y Culturas.

Subrayo la palabra aguardiente (8), porque las bebidas alcohólicas se manifiestan como un elemento coincidente en las políticas de colonización, desde tiempos remotos y hasta la fecha.

Nuestros aborígenes y sus descendientes fueron “enseñados a beber”; señalando los cronistas de entonces, los efectos nocivos que causaban en ellos el uso del alcohol.

Es evidente que el aguardiente, así como los otros productos mencionados para iniciar el ciclo del Comercio Triangular, fueron utilizados también para permear estructuras tribales africanas, sumándolas como colaboradores, en la ejecución de este mecanismo esclavizador.

No nos puede desviar del enfoque correcto del tema, el decir que las sociedades desarrolladas, calificadas como Primer Mundo o Mundo Desarrollado, padecen hoy por igual la pandemia del alcoholismo, lo que pudiera ser un efecto boomerang, que merecería un estudio particular.

Los especialistas en el tema relativo a la presencia africana en América y particularmente en el caso de Cuba, han clasificado cuatro importantes grupos migratorios, e igual número de regiones geográficas de procedencia, de la masa de esclavos africanos.

Ordenados de Norte a Sur dentro del mapa geográfico de África, estos fueron los siguientes:

  • Los Carabalí (Esclavos Carabalí). Para una mejor orientación geográfica en el presente, la región de procedencia estaba comprendida del sureste del rio Níger hasta lo que es hoy Camerún. De este grupo étnico, surge la religión Sociedad Secreta Abakuá.
  • Los Lucumí (Esclavos Lucumí). Región Yoruba, actual Nigeria. De ellos surge la Santería o Regla de Ocha.
  • Los Arará (Esclavos Arará). Región del Antiguo Dahomey, hoy Benín. Grupo con características familiares – religiosas especiales, que tienden a una comunicación limitada con el entorno.
  • Los Congos (Esclavos Bantú). Región que hoy ocupan el Congo, Angola, Tanzania, Zambia, Zimbabue, Mozambique y Namibia. De este grupo surge el Palo Monte.

La significativa impronta africana

¿A qué elementos podemos atribuir el especial impacto e impronta multidireccional positiva, de la forzada presencia de esclavos africanos, en Cuba?

A mi juicio existen como mínimo cuatro importantes factores fundamentales, surgidos de la dinámica del propio proceso de esclavización: La composición jerárquica-intelectual- profesional, para decirlo de alguna manera comprensible, de la masa de esclavos africanos; el proceso múltiple de “selección natural”, al que sobrevivieron solamente los más fuertes, física y mentalmente, durante la salvaje ejecución de su captura y traslado a nuestra tierra; el sistema mágico-religioso originario de que fueron portadores y la proeza de trasladar, salvar y transmitir por vía oral, los elementos fundamentales de las Culturas originarias de las diferentes regiones Africanas que representaban: danzas, cantos, música, artesanía, cocina, literatura oral y ética.

El proceso de captura y esclavización en la región apuntada, contó con la capacidad de penetrar, de una forma u otra, en la profundidad de los territorios aledaños al Golfo de Guinea, lo cual hizo que la composición de la masa de esclavos, resultara en tendencia similar a las estructuras de las tribus y poblaciones de las que procedían.

Lo anterior refuerza el criterio de que otra de las fuentes de obtención de esclavos en la zona, eran las guerras y conflictos internos, donde los vencedores “comercializaban” a los vencidos, reafirmado por el hecho de la llegada de reyes, reinas, príncipes, princesas, sacerdotes, jefes militares, guerreros, armeros, intelectuales, artistas, artesanos, etc., de piel oscura, pero ahora convertidos en mano de obra esclava.

Cuando analizamos el pasado lejano en el tiempo, debemos evitar los anacronismos que pueden producirse por una valoración muy volcada en el presente; porque los significativos niveles de instrucción existentes en África en los siglos XVI al XIX, al menos en las poblaciones y tribus del área aledaña al Golfo de Guinea, cuyo legado cultural en Cuba, da testimonio irrebatible; no pueden ser medidos con el sentido académico contemporáneo; lo cual tampoco puede hacerse siquiera en el caso Europeo, porque el concepto de escuelas y niveles dentro de la enseñanza, no se consolidó hasta los albores del siglo XVII.

Conocemos de una de las más lúcidas experiencias pedagógicas al respecto, con la fundación de la Orden de las Escuelas Pías, en 1617, por parte de San José de Calasanz (1557-1648), pionero de este empeño; fundador también de la primera escuela popular gratuita, precursor de la sistematización de la escuela primaria con grados, programas, horarios, personal docente, etc., abriéndola “a la cultura humanística y ciencias positivas”.

Los reyes europeos y de otras regiones, recibían entonces su instrucción por vía de preceptores y métodos que hoy nos parecerían primitivos en extremo.

No se puede explicar de otra forma, que esa masa de hombres y en menor medida mujeres, de piel oscura, llegados a Cuba con la pestilencia de un viajero internacional de aquellos tiempos; por demás encadenados y desnudos; y luego sometidos a trabajos forzados, con un día de descanso en el año, el famoso Día de Reyes; pudiera ir recuperando paso a paso su libertad por la vía del cimarronaje, que requiere de conocimientos específicos de orientación, sobrevivencia, agricultura y arte de la guerra; pero también comprándola a sus propios amos por fuertes sumas de dinero (9) que lograban lícitamente con el dominio de oficios como la sastrería, herrería, brujería, y la aplicación de la medicina natural, entre otros.

Como un paso superior en esta dirección resultó su participación como combatientes del naciente Ejercito Libertador Cubano; porque en temas de oficios y formación, por las razones anteriormente expuestas, superaban como promedio y en nada se parecían a la composición física e intelectual de las otras corrientes migratorias.

El arribo vivos a nuestros puertos, de los que pudieron soportar la dura travesía en confinamiento, hace que la composición de los esclavos africanos sea la más fuerte y sana, biológicamente hablando, de entre todas las corrientes migratorias que confluyeron aquí.

Para creyentes o no hay una verdad, y es que las diversas religiones afrocubanas de las que fueron portadores originarios, tienen cada una de ellas un sistema de adivinación que incursiona simultáneamente en el pasado-presente-futuro, único de su tipo en el mundo.

Verdadero o falso, calificativo que dejo a juicio del lector, no puede obviarse el hecho de que el creyente logra en su consulta a las deidades del Panteón Afrocubano, situarse en las tres dimensiones del tiempo, que le permiten afrontar con una mayor eficacia, su propia realidad y destino.

El optimismo y objetividad resultante de esta percepción, ha permeado todo nuestro ámbito social, reflejándose de manera positiva hasta el presente; siendo uno de los pilares en la manera en que los cubanos hemos podido enfrentar, con no pocos éxitos, pasajes bien difíciles de nuestra Historia; incluyendo las consecuencias del Bloqueo (Embargo) de los Estados Unidos de América y de nuestros propios desaciertos colectivos y personales.

La forma brutal e indiscriminada en que fueron desarraigados de sus respectivos territorios, condicionó que prácticamente todos los elementos de la Cultura Africana llegaran a nuestras costas en los corazones, las mentes y los recuerdos de los que pudieron sobrevivir, a un no menos salvaje traslado oceánico.

Como es conocido, una buena parte fallecía en la travesía, a causa de enfermedades, hambre, sed y despiadadas arbitrariedades, siendo arrojados al mar; provocando una abrupta y segunda o tercera ruptura de los lazos tribales, étnicos, familiares, jerárquicos, religiosos y de todo tipo, que pudieran haberse conservados relativamente después del proceso de captura, lo que resultó un golpe adicional y un reto mayor, a la preservación del legado de que eran naturales portadores.

Todos estos factores de signo adverso, si los vemos desde ángulos puntuales y en su interacción con las otras corrientes migratorias citadas, no menos dañadas por la fractura de la composición familiar y la llegada de desbalanceadas cifras entre hombres y mujeres; facilitaron por imperativos de las leyes biológicas y también por la vía del abuso sexual a que fueron sometidas fundamentalmente las esclavas africanas, un mestizaje sui géneris y de hecho generador de un complejo proceso de transculturación, integración y sincretización simultánea de doble vía, que los fundió inseparablemente a TODOS, en una naciente etnia y cultura Cubanas, y en una sola Nación: CUBA.

La raíz africana, no más importante que las otras que nos formaron como País, tuvo el especial privilegio de haber sido aceptada en un alto por ciento, por el concierto de las otras Etnias y Culturas originarias, a la hora de los aportes al Crisol donde se fraguó nuestra identidad.

Ella misma, si la analizamos con detenimiento, tuvo la capacidad de adaptarse a nuestra geografía y realidad; haciendo atractivos, en medio de tanto odio y violencia, que es la esencia del proceso esclavizador, los elementos que la componían: Danzas, Cantos, Música, Artesanía, Cocina, Literatura y Ética.

Encontró por la misma razón, en los otros componentes, aspectos importantes tales como la sistematización de la liturgia religiosa y la apropiación compartida de atributos y espacios de culto; el perfeccionamiento de los oficios; la escritura de la que carecía y la construcción de instrumentos musicales que referenciaban los timbres africanos, pero estructuralmente diferentes, en apariencia.

En el caso particular de Cuba, no respondió el esclavo africano con una violencia extrema al proceso de esclavización, y manifestó una atinada tolerancia histórica de visión futurista, en comparación con lo ocurrido en otras regiones de América; fenómeno al que contribuyeron los Padres Fundadores de la Patria, facilitándole el camino de la Libertad en el campo de batalla, mediante las reglas honorables del proceso emancipador cubano, llegando muchos de ellos y sus descendientes, a los altos rangos militares del Ejército Libertador y así sucesivamente en el decursar de la Revolución Cubana, iniciada por Carlos Manuel de Céspedes en La Demajagua, que se aproxima a su 148 Aniversario.

¿Cómo pudieran llegar a ser evaluados los horrores de la esclavitud?

Como un crimen irreparable.

En el periodo comprendido entre los siglos XVI al XIX, arribaron a los territorios del Continente Americano, unos 15 millones de esclavos africanos, provenientes del África Subsahariana; operación que tuvo como saldo inicial la muerte de aproximadamente 13 millones de Hombres de piel oscura; 6.5 millones aniquilados en el proceso de captura y otros tantos fallecidos en la travesía oceánica, que fueron arrojados al mar.

En igual periodo, sobrevivieron en el traslado a Cuba, 3 millones de esclavos.

Para fortuna de las Ciencias Sociales y Económicas de todos los tiempos, presentes y futuros, el legado científico de Carlos Marx y Federico Engels, nos hace comprender con mayor claridad la condición social del Hombre, dígase de la Especie Humana.

Este Hombre, ha pasado por diferentes estadios en su desarrollo evolutivo, y la Esclavitud es uno de ellos.

No podemos abandonar, sin embargo, los sentimientos muchas veces contradictorios, que padecemos todas las generaciones, cuando intentamos asomarnos al pasado, buscando luces para el presente y futuro.

Tomo nota, a modo auto reflexivo, de una de estas contradicciones, encerrada en la Especie Humana a la que con sobrado orgullo pertenecemos; donde por una parte constituimos el resultado superior evolutivo de las especies que habitan el Planeta Tierra y por otra la más temida y mortífera.

“El cuerpo humano contiene más de 96,500 kilómetros de vasos sanguíneos, algo que sería suficiente para envolver la Tierra dos veces, y en 30 minutos produce la cantidad de calor suficiente para hacer hervir cuatro litros de agua. Además, dentro del ombligo hay miles de bacterias que forman un ecosistema equivalente al tamaño de la selva tropical y los huesos son tan fuertes como el granito. Finalmente, las conexiones entre neuronas de nuestro cerebro se asemejan a la estructura del universo”. (10)

“Esta vez el Fondo Mundial para la Naturaleza de Rusia (WWF) ha confeccionado una lista de los 13 animales más temidos del mundo. Sin duda se trata de una ingeniosa forma de atraer la atención sobre estas especies y más allá de su ferocidad, recordar que el hombre sigue ocupando el puesto cimero.”

El hombre: Tala bosques, elimina especies enteras, emite gases tóxicos de efecto invernadero, contamina el aire y el agua. Sin duda, es el ser más terrorífico de la Tierra.”

“A lo largo de 3,5 millones de años de historia de la vida – aseguran los autores de la pesquisa -, nuestro planeta ha pasado por varios eventos de extinción masiva, que se caracterizan por caídas dramáticas en la diversidad de especies.”

“A diferencia de las extinciones masivas previas, causadas por factores como el cambio climático natural o colisiones de asteroides, la actual es motivada exclusivamente por la actividad de una sola especie: los seres humanos.” (11)

El largo camino de la Libertad

La abolición de la esclavitud en nuestro país, resultó de un largo proceso que se inició con el gesto emancipador liderado por el Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, en el ingenio La Demajagua, el sábado 10 de octubre de 1868; confirmado por el propio Céspedes, mediante el “Decreto de la abolición de la esclavitud en Cuba”, del domingo 27 de diciembre del propio 1868; y posteriormente ratificado en la Constitución de Guáimaro de 1869, “aboliendo la esclavitud y proclamando la igualdad entre los hombres”, con alcance para las áreas liberadas; y mucho más tarde por las Autoridades Coloniales Españolas a la altura del año 1886, que cumple su 130 Aniversario.

Nuevos “esclavos” afrodescendientes provenientes del Caribe

En la medida que se avanzaba en la abolición de la esclavitud, se dio progresivo paso a la llegada de braceros descendientes de africanos, provenientes de las vecinas islas del Mar Caribe, fundamentalmente Haití y Jamaica, que se asentaron en los territorios de las que hoy son las provincias de Guantánamo, Holguín, Santiago de Cuba, Granma, Las Tunas, Camagüey y Ciego de Ávila; en un proceso que tomó considerable auge, en la primera mitad del siglo XX.

Ellos fueron portadores de nuevos procesos sincréticos de regiones de África con Europa: Francia e Inglaterra, fundamentalmente; lo que aporta nuevos matices, coloridos y timbres al legado africano en nuestro país, originarios de un modo caribeño que se integró con especial celeridad al panorama nacional.

Baste recordar que, de la misma región, llegaron también en 1791, a la zona Oriental de Cuba, acompañando a sus dueños franceses, un número de esclavos africanos, fundamentalmente servidumbre doméstica; a raíz de la rebelión de esclavos, que dio inicio a la Revolución de Haití y la posterior y temprana independencia del citado país.

Presencia de emigrantes ibéricos, franceses, chinos, árabes, japoneses y estadounidenses

De forma paralela a las diferentes migraciones africanas anteriormente señaladas, una permanente corriente de inmigrantes provenientes de la Península Ibérica, se mantuvo arribando de forma constante a Cuba durante todo el periodo colonial; a lo que se sumó la concentración de tropas españolas en nuestro territorio, ante la creciente pérdida de territorios coloniales por el proceso independentista en América, y finalmente por el empeño de la Corona Española de conservar a Cuba, a toda costa.

Paradójicamente una nueva oleada de inmigrantes españoles llegó a Cuba después de nuestra mediatizada independencia, alcanzando en el primer cuarto del siglo XX, la cifra de un millón de personas.

Llegaron también franceses a la zona Oriental de Cuba, provenientes de Haití, a raíz de la Revolución de Haití de 1791.

El jueves 3 de junio de 1847, desembarcaron en el puerto de La Habana, a bordo del bergantín de bandera española Oquendo, los primeros chinos; en esta ocasión engañados y convertidos automáticamente en esclavos; proceso migratorio que, con otras características, continuó a lo largo de la primera mitad del siglo XX.

En igual periodo del siglo XX arribaron árabes, provenientes fundamentalmente de Oriente Medio, a los que se sumaron alrededor de la Primera y Segunda Guerras Mundiales, en menor cuantía, japoneses y estadounidenses.

El Ajiaco

Como azúcar en el agua, con el mismo sabor dulce de esta metáfora, se disolvieron paulatinamente TODOS en el Crisol de una nacionalidad cubana, única e irrepetible, confirmando la existencia del célebre “Ajiaco” étnico-cultural a que hizo documentada referencia el Sabio e Historiador Cubano Fernando Ortiz.

Los que localizamos evidencias de este milagro, debemos detenernos en la vida y obra de tres grandes artistas de fama nacional e internacional, todos nacidos en Guanabacoa y pertenecientes a factores étnico-culturales originalmente diferentes, pero que no sólo la Historia, Cultura y la tierra natal los unió en sólida amistad, sino que fueron sustancia nutrida y nutriente del mestizaje referenciado.

Hablamos de Ernesto Lecuona (1895-1963), Rita Montaner (1900-1958) e Ignacio Villa (1911- 1971), conocido este último en el medio artístico, como Bola de Nieve.

La Cultura Cubana tiene en ellos, además de figuras cimeras de muy alto vuelo personal y artístico, las metas cumbres que pueden ser trazadas sobre la base de una acertada planeación, ejecución y promoción de la Cultura.

¿Cómo curar la discriminación racial y cultural?

Muchos se asombran dentro y fuera de nuestras fronteras cuando algunas organizaciones e intelectuales cubanos hablan de la discriminación racial.

El racismo aplicado a los Hombres de piel oscura, es una reminiscencia de la esclavitud; porque el comercio negrero fue acompañado, en la mayoría de los casos, por una fuerte ideología racista: los negros eran considerados seres inferiores, tratados frecuentemente como animales, carentes de derecho y por lo tanto valorados jurídicamente como cosas. El debate estuvo inicialmente centrado en si los individuos de piel oscura tenían alma humana, cuya balanza se inclinó a negarlo rotundamente, puesto que en caso afirmativo esta actividad sería considerada ilegal por la Iglesia Católica de entonces.

Recomiendo como privilegiado balón de ensayo a Guanabacoa, una de las más completas muestras del fenómeno multiétnico y multicultural abordado, por lo que ha sido mi objetivo prioritario como Metodólogo de Cultura Popular Tradicional en el territorio, impulsar las investigaciones y con ese apoyo evidenciar y colocar en su justo lugar las HUELLAS de los elementos que nos integran localmente: aborígenes, canarios, españoles, africanos, chinos, árabes y finalmente la migración interna proveniente del Oriente del país, que contiene en grado superlativo la riqueza del importante componente caribeño, otro complejo proceso de mestizaje y sincretización donde se suman nuevas raíces africanas, provenientes de otras áreas del citado continente, pero también inglesas, francesas, holandesas e hindúes; produciendo una nueva criatura de dimensiones tales, que en ocasiones nos resulta difícil de entender, pero portadores de una energía y voluntad que mucho ha aportado a lo que hoy somos.

Como recordarán, en el 2012 celebramos el Día Mundial de la Diversidad Cultural (21 de mayo) con la Huella Canaria en Guanabacoa, a lo que le siguió en el 2013 la Huella China; en el 2014 la Huella Árabe; y en el 2015 la Huella Aborigen. En el 2016 será la Huella Africana, acompañada de un resumen de lo realizado en estos cinco años; y en el 2017, como un reto mayor, nos proponemos la Huella de las Migraciones del Oriente del país, con la temática: “Presencia del Caribe en Guanabacoa”.

Desde mi punto de vista, esto debe contribuir a desmontar una buena parte de los prejuicios acumulados durante siglos, en los dos sectores contemporáneos generadores de discriminación: los discriminadores y los discriminados; que en no pocas etapas y ocasiones intercambian estos maléficos roles.

Enfoquemos África como lo que es, un amplio conglomerado de etnias y culturas, fuertemente agredido por la acción concertada de las potencias coloniales y de sus propias dinámicas sociales internas.

Hagamos prevalecer lo cubano, como real síntesis de todo lo acontecido en los últimos 524 años apenas transcurridos en nuestra breve Historia, lo que no debe ser una simple estrategia política, sino verdad irrefutable.

Con el apreciable aporte del desarrollo de la ciencia, hoy el ADN nos permite tomar el camino de conocer nuestros ancestros, con mayor certeza.

“La conferencia magistral Cuba: color de la piel, mestizaje étnico e identidad genética, de la Dra. Beatriz Marcheco Teruel, del Centro Nacional de Genética Médica (CNGM), - que sirvió para inaugurar la Convención Internacional de Antropología y el XII Simposio de Antropología Física Luis Montané - (Palacio de las Convenciones Marzo 2015)…reveló las peculiaridades del mestizaje en nuestro archipiélago y el origen de nuestros ancestros y, sobre todo, corroboró la certeza martiana de que no hay razas y aquella del acervo popular: ´En Cuba el que no tiene de congo, tiene de carabalí´.”

“De esta forma, utilizando marcadores genéticos, arrojó que el 72 % de los genes de la población cubana actual proviene de ancestros europeos, el 20 % de africanos, y el 8 % de ancestros nativos americanos.”

“Por ejemplo, las personas de piel blanca tuvieron alrededor del 7 % de genes de origen africano, las mestizas un 25 %, y las de piel negra alrededor de un 65 % ...”

“En… la muestra se reveló que el 39 % de la información genética que se trasmite por las madres procede de ancestros africanos, el 36 % de una madre nativo americana, y el 26 % de mujeres europeas.”

“… el 81 % de los genes transmitidos por la vía paterna son de origen europeo, el 18 % de origen africano y solo un 0.5 % de genes nativos americanos.”  (12)

Se desprende de lo anterior que los desbalances entre hombres y mujeres que marcaron el proceso hispano de “descubrimiento”, colonización, trata de esclavos y neo colonización republicana, hizo que la ley del más fuerte en unos casos y el desequilibrio biológico causado, condicionó que los vientres donde se procrearon los nuevos habitantes de Cuba, y de hecho el de nuestros antepasados, fueran mayoritariamente los de las esclavas africanas y las aborígenes.

 

 

Notas:

(1) En el periodo citado ocupé las responsabilidades, que se enumeran a continuación. En el ICAIC: Jefe del Departamento de Promoción Cinematográfica hasta 1985. En 1986 fui designado Director de Relaciones Internacionales del ICAIC. En el Festival: Miembro Fundador del Comité Organizador del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en la etapa 1979 – 1988.

(2) Revista Cine Cubano No. 115 /1986. Página 29

(3) Dra. Graziella Pogolotti. El gato con botas. Juventud Rebelde, La Habana, Domingo 24 de enero de 2016, Página 5.

(4) René González Barrios. Comunicación, historia y cultura: un nexo poderoso. Granma, La Habana, viernes 12 de febrero de 2016, página 2.

(5) Fidel Castro Ruz. La realidad y los sueños. Granma, La Habana, jueves 13 de agosto de 2015, página 2.

(6) Granma. Sección Hilo Directo. La Habana, viernes 13 de marzo de 2015, página 6.

(7) Nota del Autor: Guanabacoa fue fundada como “Pueblo de Indios”, por acuerdo del Cabildo de La Habana, el 12 de junio de 1554, en un esfuerzo por concentrar a los aborígenes que habían milagrosamente sobrevivido a la embestida colonizadora, en esta parte de la Isla de Cuba.

(8) “Pero la prevención y educación de salud sobre el alcoholismo debe enfocarse también a la reconstrucción de ciertos estereotipos arraigados en un gran número de personas.”

“El alcohol no es una droga”, se escucha decir. Pues sepa usted que sí lo es, en tanto esta sustancia modifica el funcionamiento del Sistema Nervioso Central, produce cambios en la personalidad y la conciencia, y su consumo prolongado puede crear la necesidad progresiva de consumir cantidades cada vez mayores, para sentir los mismos efectos; además de que aparecen molestias físicas y psíquicas cuando se suprime dicho consumo.” Lisandra Fariñas Acosta. Derribar mitos: ser responsables. Granma, La Habana, viernes 10 de octubre de 2014, página 16.

(9) A modo de ejemplo, Juan Gualberto Gómez, eminente intelectual y revolucionario cubano “… Nació libre de padres esclavos que compraron su libertad antes de su nacimiento, el 12 de Julio de 1884 en el ingenio Bellocino, en la provincia de Matanzas.” Pedro Antonio García. “Juan Gualberto Gómez: el delegado del Delegado”. Granma, La Habana, jueves 5 de marzo de 2015, página 2.

(10) Granma. Sección Hilo Directo. La Habana, martes 4 de noviembre de 2014, página 4.

(11) Patricia Cáceres. Los 13 animales más temidos del mundo. Juventud Rebelde, La Habana, viernes 7 de noviembre de 2014, página 4.

(12) Lissy Rodríguez Guerrero. De congo y de carabalí. Granma, La Habana, miércoles 11 de marzo de 2015, página 3.

 


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte