Cuando se acercaba el 2015, muchos seguidores de las nuevas tecnologías, incluidos los nostálgicos, esperaban algo especial. No es posible olvidar que al volar en el espacio, en aquella película de 1989, Marty McFly, el joven soñador de Regreso al futuro, le recuerda a su compañero de viaje, el científico loco, Emmet Brown, que el reloj del súper Lorean marcaba las “4:29 del miércoles 21 de octubre de 2015”.

Mientras escribía estas líneas, al parecer algún imitador de aquel científico se convirtió en noticia internacional, mientras estrellaba su auto contra una realidad física que no pudo superar tratando de viajar al futuro. Realmente ni los zapatos autoajustables, aunque alguna empresa trató de fabricarlos, ni tampoco las patinetas voladoras se hicieron presentes, al menos hasta este año recién terminado. Mucho menos los vehículos convertidos en máquinas del tiempo y, por suerte para todos, no llegó a existir la saga decimonovena del Tiburón que trata de engullirse a Marty.

Aunque justo es reconocerlo, las videollamadas que allí vimos, hoy son algo parecido a la realidad diaria.

En tiempos más cercanos, el omnipresente Gartner para estos temas de estadísticas y predicciones, nos ofrecía un 2015 marcado por informática ubicua; Internet de las cosas; impresión 3d; analítica avanzada; máquinas inteligentes; nube informática; infraestructuras definidas por software, además de seguridad y autoprotección.

Justo es reconocerlo, cuando las predicciones se basan en la ciencia real, sin intentar socavar las predicciones de Julio Verne, pues por algo a este lo incluimos dentro de los genios, nos encontramos que Gartner estuvo muy acertado en todo lo propuesto; aunque, también en honor a la verdad, varios de esos pronósticos si bien existen y se desarrollaron, no alcanzaron los niveles previstos.

Sin dejar de pensar en los diferentes entornos sociales del mundo, donde algunas de estas predicciones ni siquiera se sabe cómo leerlas, para qué hablar entonces de poseerlas, creo que la informática móvil —en cualquiera de sus variantes y aplicaciones— alcanzó un alto punto de desarrollo, con todas las implicaciones favorables que ello puede tener para la vida del ser humano.

De igual forma, la amplia cantidad de datos circulando en cualquier dirección ha obligado a desarrollar un trabajo analítico más profundo; y en relación con el tema ubicuidad, la capacidad de guardarlos en un lugar siempre disponible, la famosa nube, ha facilitado la disponibilidad, llevándola a niveles ni siquiera previstos muy pocos años atrás.

La seguridad y su correspondiente protección siguió siendo la asignatura pendiente. La mayor parte de estos desarrollos son caldo de cultivo perfecto para las intenciones malignas, sumando a ello el real desconocimiento que tienen las personas de este tema en particular, a tal punto que, incluso conociéndolo, accionan con una total negligencia sobre lo que poseen o comparten.

No es posible concluir el mínimo resumen de 2015 sin referencia a una noticia muy bien manipulada, la cual llenó cualquier cantidad de páginas: la desaparición de Google. Todo al final no fue más que una reorganización empresarial y a día de hoy, poco más de tres meses después del tan publicitado anuncio, Alphabet no ha logrado penetrar en ningún cerebro consciente de este mundo de unos y ceros. No obstante, siempre vale la pena esperar al análisis trimestral de la compañía del megabuscador, donde es posible que la bolsa de valores sufra algunos temblores, pero casi seguro de muy baja escala, en palabras de los meteorólogos.

Para 2016, los protagonistas serán algunos de los mismos ya conocidos, pero en niveles superiores. De esta forma el big data, la nube, las redes sociales y los equipos móviles, ratificarán la condición de estrellas que ya poseen, aunque es bueno recordar algunos actores que no pueden dejarse en el olvido.

Uno sobre el cual muchos hablan será la explosión, incluso comparada con años recientes, de los presupuestos dedicados a estas tecnologías, y ello se verá reflejado en las industrias productoras, en los generadores de servicios y en los usuarios propiamente dichos, pues no obstante algunas predicciones de ralentización económica, se habla de números de dos cifras de crecimiento en este sector, con la implicación de creación de puestos de trabajo del orden de los seis guarismos, tanto en las actividades directas como en las indirectas. No es posible olvidar este número, ya que esas mismas predicciones, solo ubican en poco más de un tercio la capacidad para cubrir las necesidades laborales de estas nuevas tecnologías.

En cuanto a Cuba, el 2015 no obstante los aumentos de precios de productos de la vida cotidiana, en el plano puramente de las TI se lograron algunos avances. Comenzamos con el Taller sobre Informatización que ofreció muchas propuestas interesantes, las cuales poco a poco se irán implementando. Se hicieron algo más accesibles algunos servicios. Surgieron variantes para el tan solicitado acceso a Internet con un número ya cercano al centenar de zonas WIFI y con presencia en todas las provincias, aunque con un costo para la población todavía alto, pero espero que siga en el camino de la real disminución.

Comenzó el curso escolar ampliando las posibilidades de acceso en los diferentes niveles de enseñanza, un aporte largo tiempo solicitado por alumnos y profesores.

Dadas las reales necesidades de muchos aspectos de la vida cubana y sin olvidar lo que se pronostica en el mundo a este respecto, creo que sigue como asignatura todavía pendiente la formación de especialistas para el sector de estas tecnologías. Desde aquellos años donde vimos aparecer la Universidad de las Ciencias Informáticas y los Institutos Politécnicos de Informática, las cifras de formación continúan en franco declive, tema muy delicado con vistas a un futuro que ya es casi parte real de nuestras vidas.

Se esperaban vientos más favorables luego de los anunciados acuerdos del 17 de diciembre de 2014, pero creo que uno de los pocos que escuchó estos anuncios fue Sourceforge, relajando sus cláusulas prohibitivas a los procedentes de nuestro archipiélago, pues Google nos sigue vetando el acceso a sus páginas de códigos, según ellos libres y, en una gran cantidad de espacios de Internet no se ha borrado el cartelito: "…dado su país de procedencia, las leyes norteamericanas prohíben ofrecerles cualquier servicio..."

También a nivel nacional, las personas utilizadoras de estas tecnologías todavía no poseen la conciencia necesaria sobre el real tema de seguridad, y ese aspecto lo dejan como ajeno o lejano. Asimismo, continúan las carencias sobre un proceso masivo de formación para el uso de estas tecnologías, con una real campaña de alfabetización digital, cada día más imprescindible, incluso en las condiciones actuales de desarrollo del país.

Por esos rumbos andan los aconteceres tecnológicos, y escribiendo sobre algunos de ellos espero encontrarlos en este año que promete mucho. Pondremos nuestro granito de arena para llegar a cumplirlo.