En la semana del 17 al 20 de octubre, la Universidad de las Artes de Cuba, agasajó a la Cultura cubana en su fecha, a través de esa savia tan rica que alimenta al creador y su público: el Arte.

Anunciaba entonces el ISA que un grupo de jóvenes artistas y estudiantes de la institución, pretendían con el proyecto P7[1] “encontrarse con sus públicos en escenarios poco convencionales y reflexionar juntos, de camino al trabajo o la escuela, conceptos como nación, idiosincrasia e identidad”.

Conseguir que en un espacio como una ruta de ómnibus, dialogaran acciones tan cotidianas de la vida de un ciudadano, con la creación performática, es uno de las tantas cuestiones plausibles de la “Intervención del P7”.

En este sentido, artistas y coordinadores del proyecto, por parte de la Dirección de Extensión Universitaria del Isa, se refirieron, en entrevista a nuestro periódico Cubarte, a esta peculiar actividad.

¿Cómo surge la idea de Intervenir el P7?

Teníamos como premisa realizar acciones de corte comunitario en los municipios de San Miguel del Padrón y Centro Habana. Pensamos en una acción central para el día 20 de octubre que tuviera una propuesta artística que defendiera nuestros valores cubanos tradiciones desde un formato más contemporáneo. Y así surgió la idea de intervenir artísticamente un ómnibus.

¿Por qué esta ruta, en específico, que abarca municipios como San Miguel del Padrón y La Habana Vieja?

El P7 es la ruta de ómnibus articulados que une en su ruta a ambos municipios. Esto, visualizado desde un discurso de hermanamiento y cercanía, nos motivó a intervenir este recorrido para de algún modo crear un nexo entre las acciones que proyectamos en los dos municipios.

¿Es la primera vez que se realiza este tipo de performance en un ómnibus, en Cuba?

No, en lo absoluto. El sistema de transporte ha sido un fenómeno polémico en nuestro país, y uno de los problemas principales de nuestra sociedad. De ahí que se convierta en un medio por excelencia que permite ser utilizado por artistas en obras que reflejan nuestra realidad. Desde los antiguos “camellos” ya había artistas que pintaban el exterior reflejando la ciudad, la sociedad, elementos de cubanía. Y si indagamos más en la historia del performance, encontramos otros referentes de artistas visuales alrededor del mundo que han intervenido desde autos, hasta los metros con acciones artísticas de diversa índole.

¿Por qué llevar arte a un espacio como este?

Porque es un espacio en el que nos encontramos cotidianamente con problemas de corte económico, cultural y social, que implican a la cortesía, normas de ética y conducta directamente con el individuo. Esto lo convierte en una plataforma donde se modifican las realidades cotidianas del sujeto y se conduce al pasajero a un micro-cosmos, capaz de enriquecer, a través de la agrupación de música clásica -que tocaba temas de gran valor para la música cubana-, monólogos a viva voz, sobre poemas de Nicolás Guillén, bailarines improvisando movimientos danzarios entre las personas…

 Proyectamos algunos cortos realizados por estudiantes de la FAMCA, entre otras acciones que fueron surgiendo. En general, un grupo de jóvenes que logró transformar ese instante que, por cotidiano, se vuelve invisible ante nuestros ojos.

¿Qué anécdotas ameritan destacar en esta primera experiencia?

Son muy diversas. Y van desde un sujeto que sube con una bocina a un alto volumen, escuchando, - y prefiero pensar que escuchaba- un disco de reguetón, hasta una señora que entendió esa presentación como un acto satánico, quien se bajó del P7 y empezó a gritar que “Jesús sí vendría a salvarnos”. Incluso encontramos un “vampiro”. La gran mayoría de las personas que se subieron a ese ómnibus nos felicitaban y compartían la idea de rehacer con frecuencia trabajos de este tipo, que conviertan una añoranza del respeto interpersonal que se vivía en el pasado y sea capaz de fomentar el respeto al espacio ajeno.

¿Cómo se valora el impacto de este proyecto?

¡Positivo! Si hablamos en términos de efectividad, aunque como obra conceptualmente no era complicada, sí fue efectiva y de gran impacto social.

¿Existe la intención de renovar la “Intervención” pero en otras rutas de la ciudad?

 Sí. Se puede llegar fácilmente a las masas, sobre todo a las que más problemas de corte económico-social y cultural, pues este medio de transporte circula por todos los lu gares, las 24 horas del día y hace efectiva la divulgación y propagación de cualquier idea. La necesidad de las personas son las mismas, los problemas y circunstancias de nuestro contexto permiten la viabilidad de proyectos como este, ya sea de corte político, o simplemente acciones que buscan rescatar y defender obras de nuestro patrimonio artístico, fenómeno que será uno de los objetivos esenciales de los artistas de esta generación y otras que le sigan.