Regresa abril y con él la danza para bailar todo lo posible. Abril es el mes de la danza. No solo aquí donde pareciera que el baile nació intrínsecamente atado a la vida cotidiana de las cubanas y cubanos de ayer, de hoy, de siempre. Del mítico areito, síntesis de las manifestaciones culturales aborígenes, al explayado modus bailante del presente. No solo aquí en tierra de son, de changüí, de rumba, de timba, papalote, caringa, salsa, perreo, ballet, folklore y contemporánea danza. También, en gran parte del mundo occidental se celebra durante el mes de abril sus estilos distintos de ser en danza.
Del teatro Caribe en la Isla de la Juventud al Guaso guantanamero, se prevé una programación variada y de alcances distintivos. Artistas amateurs y profesionales, estudiantes de las academias vocacionales y de los niveles medio de danza de todo el país, junto a la compañía IsaDanza de la Universidad de las Artes en su sede habanera, estarán en teatros, calles, plazas y comunidades. Sin dudas, nuestra mejor danza como hija de enlaces, de acoplamientos, de uniones y resistencias, también de apuestas por parecerse cada vez más a las maneras de hoy, esas que posibilitarán nuevos encuentros y conquistas de los públicos a lo largo y ancho de la isla.
Cuba baila, sí. Aquí la danza va y viene, está y se escurre entre las agitaciones de sus bailes. Entre los privilegios de sus ritmos, muchos originarios otros allegados. Es así como se ha armado la historia añeja y la de hoy en nuestra danza escénica. Ballet, danza folklórica, contemporánea, fusión, espectacular y la urbana que viene cobrando notoria fuerza, integran un catálogo con más de cien agrupaciones profesionales y otras tantas del movimiento de artistas aficionados.
En el más allá y dentro del más acá de esas zonas que le son propias a la danza como práctica artística, gravita el cometido y responsabilidad social de ella en la educación cívica y cultural de los pueblos. Hoy más que nunca nos corresponde seguir tejiendo redes hermosas y generosas entre los seres humanos y el día a día de la existencia. Y también, ese garbo acompañará el quehacer de este abril para danzar todo lo posible.
El siglo XXI se abre a la cultura en medio de un panorama artístico signado por la ambigüedad, la disolución de las fronteras entre los géneros y las manifestaciones del arte. La fragmentación de la realidad, la indagación sobre lo desconocido, la atención a “lo diferente”, a esas prácticas dancísticas que han estado situadas en las márgenes del “objeto danza”, unido a la emergencia de las tecnologías de la información y la comunicación que han permitido una expansión de los hechos y de las formas de hacer en la danza, hoy vienen mostrando una mezcla y cruces indivisos. La hibridación, la convergencia entre estilos que antes era imposible conectar, el derrumbe de la dicotomía culto/popular en asunción de lo global o masivo, significan franjas de innovación en el mapeo cultural universal de la danza.
Así, Cuba baila en la totalidad de sus escenarios, de los posibles, físicos, reales e igual, en la virtualidad, los imaginales e imaginables más allá de lo tangible. Danzar en abril 2024 es comunión de formas y maneras, de antojos y certezas, de danza escénica y digital. Justo ahora, la profesora, bailarina y realizadora argentina Silvina Szperling dicta en la Escuela Internacional de Cine, su esperado taller “Danza-tec”, provocación creativa en el terreno del arte y la academia donde el cuerpo es tomado en interacción o interfaz con alguna de las tecnologías que vehiculan la danza actual. Videodanza, interactividad, net.art, instalaciones, etc., desde el paradigma de la crítica experimental. Instancia que resitúa las maneras de reflexionar y comprender la danza misma. Una perspectiva de rigor que se pone en juego para presentar una danza que produce cuerpos heterogéneos, que no recurre a movimientos codificados ni sujetos a un conjunto de pasos prefijados ni a poses o movimientos ajustados en tiempo y espacio de manera cerrada.
El taller “Danza-tec” es antesala del XVIII Festival Internacional de Videodanza DV Danza Habana, Movimiento y Ciudad que ocurrirá del 26 al 28 próximos. Desde las pantallas de importantes centros de arte y cultura de la Habana Vieja, como son el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, la Sala de la Diversidad, Habana Espacios Creativos y la Sala Alfredo Guevara, circularán decenas de obras de artistas interdisciplinares y multiculturales que hacen de la danza para la cámara una forma expansiva del danzar de los cuerpos desde el indetenible universo de la producción audiovisual. Especial será la habitual noche del Festival en Fábrica de Arte Cubano donde se celebrarán los diez años del Premio TECNOLOGÍASQUEDANZAN con una muestra importante de los proyectos que han logrado este lauro y que gracias a él se concretaron en obras.
La edición XXVII del “Festival Internacional de Danza en Paisajes urbanos: Habana Vieja, ciudad en movimiento”, prepara el gran set del centro histórico habanero para recibir a colegas de Cuba y del mundo entre los días finales de abril. La programación general del evento reafirma su carácter comunitario de la acción sensible alrededor de la danza. Desde este perfil, se propone un acercamiento más directo y la participación de diferentes proyectos del Programa Social Infantil y Adolescente de la Oficina del Historiador de la Habana, así como la realización de acciones culturales y educativas (encuentros metodológicos, talleres de formación vocacional) y la muestra de resultados artísticos. Desde su fundación, la maestra Isabel Bustos y su compañía Danza-Teatro Retazos (anfitriones del Festival), han mantenido el trabajo social con niñas, niños y jóvenes de la comunidad a través de talleres y otras modalidades que permiten el conocimiento y la práctica creativa de la danza y las expresiones de las artes visuales y aplicadas. Al favorecer el vínculo activo del arte como vector de transformación y relacionamiento social, emanar la convivencia solidaria, armoniosa y la formación vocacional apreciativa de las artes; responden a las perspectivas que movilizan las proyecciones de la festividad, de conjunto a la amplia muestra de compañías profesionales llegadas de todos los lugares de Cuba y de muchas zonas del mundo, bajo el concepto “Comunidad Danzante”.
Abril en Danza 2024, de igual modo, junta compañías establecidas y nuevos proyectos de creación en torno a la danza folklórica y tradicional, en todas las provincias del país; mientras que la capital acoge la jornada “Los Días de la Danza”. Organizada por el Centro de Danza de la Habana se propone una muestra selectiva de las compañías que están bajo su dirección. Se verá mucha danza, diferentes géneros, distintas poéticas, con el deseo, tanto de artistas como espectadores, de acudir a una de nuestras más plurales citas danzarias. Momento de homenajes a compañías, instituciones, maestros y artistas de la danza. Estrenos, reposiciones, ensayos abiertos al público, a la crítica y encuentro entre creadores, serán actividades centrales del evento desde el Teatro Nacional de Cuba, el Centro Hispanoamericano de Cultura y el Prado Habanero.
Entre el 25 al 29 de abril, la segunda jornada “Danzar en Casa”, desde Ciego de Ávila nos invita a reverenciar los bailes campesinos de esta región central; sitio de privilegio donde todo el pueblo revive con nuevos bríos una larga tradición como si fuera el primer día. Venida de las fiestas de los Bandos de Majagua, la competencia de los bandos Rojo y Azul, recoloca el Zapateo de Majagua, Anda Pepe, Doña Juaquina, la Chindonga, la Culebra, el Rabo del Macho, el Zumbalé, el Papelón, la Guanajá, los Sapitos, la Culebra, el chivo Capón, la Chismosa y otras tantas reinvenciones iniciadas por Manuel Morán, en esa comarca avileña. Hacia el cierre del evento, la celebración del 29 de abril, Día Mundial de la Danza, se concibe el homenaje al maestro francés Jean Georges Noverre, por sus aportes universales a la historia de la danza.
Camagüey anuncia el concurso coreográfico “Habitando Espacios”, esta vez de manera presencial y con gran participación de estudiantes y profesionales de toda Cuba. Certamen que estimula el desarrollo creativo de jóvenes con interés en la coreografía, al tiempo que les ofrece canales de socialización y confrontación, difusión, promoción e intercambio oportuno para entrenar y medir el dominio de las “reglas de la composición coreográfica”: ajuste entre propuesta temática y la forma dancística elegida, los diseños coreográficos y visuales (vestuario, luces, escenografía), ejecución técnica e interpretativa, musicalidad, innovación, etc.
Bayamo, Santiago de Cuba, Guantánamo, desde el oriente cubano; en Sancti Spíritus, Cienfuegos y Villa Clara (con “La Fiesta de la Danza”); en Matanzas, Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque, Isla de la Juventud y La Habana, se danzará en teatros y espacios públicos. La danza regresa a la calle; como nunca antes, el cuerpo se ratifica como vector elocuente del espacio que lo acoge y, entre caminos y adoquines, entre polvos y avenidas, entre graderíos y lunetas, ahora se levanta para que su danza se torne múltiple e implicancia de nuestras comunidades vecinas y distantes. De esta manera, la danza compone una trascendencia cultural que va más allá del baile mismo.
Es cierto, aquí en esta tierra nuestra se dice que la danza suele darse simultánea a ese mover del cuerpo con intenciones tan precisas como casuales. Volviéndose parte esencial de nuestra vida, muy a pesar de esa condición permanente que implica el sucesivo cambio en las reglas movientes de su juego espectacular y social. Aquí y ahora, el danzar se ha re-instalado como expresión de nuestro ser contemporáneo; con todo y más, la mítica frase: “Cuba es una isla que danza”, ya está de retorno en este abril 2024 para danzar todo lo posible
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