Mientras espero en casa, muy disciplinadamente las orientaciones de nuestro Gobierno en torno a la las consideraciones y medidas epidemiológicas sobre el agresivo virus que ataca a la humanidad toda,  he escrito estas líneas sobre el mes de abril, ya histórico para nuestra Cuba Revolucionaria.

Fue en 1891, un 3 de abril, cuando nuestro Héroe Nacional,  José Martí, intervino en la Conferencia Monetaria Internacional, en Washington, y  previó el peligro de una alianza financiera  con Estados Unidos. Trató de convencer a sus colegas, en  aquel momento funcionaba el cubano como Cónsul de la República del Uruguay,  para que no cedieran a las propuestas del vecino del Norte, por ser muy nefastas para la independencia y la soberanía de nuestros países de Latinoamérica. Una visión del Maestro que nos ha guiado y nos guía siempre. Un profeta de la libertad,  que inspiró a nuestro Fidel y sus legendarios hombres a conquistar definitivamente la soberanía de la Patria que nos pertenece, a costa de esfuerzos y valiosas vidas que con grandes sacrificios se entregaron.

Triunfa la Revolución Cubana, y después de crear la Unión de Pioneros de Cuba se funda en  abril de 1962,  la Unión de Jóvenes Comunistas. Los niños y los jóvenes, prioridad máxima para garantizar que se cumpla el sueño de Martí y de Fidel.

Era hermosa época de cantos y victorias. Mi madre entonaba con gran hermosura canciones de Sindo Garay,  yo recuerdo: La tarde, Perla Marina y Mujer Bayamesa, entre otras.  Sindo había nacido un 12 de abril, cuando lo conocí  ya era muy viejito y muy adorado en nuestro pueblo. Había nacido en 1867.

Recuerdo el sabotaje de la tienda El Encanto y la muerte de Fe del Valle. En casa lamentamos mucho el hecho. Fue también en abril en 1961, dos días antes de los ataques a los aeropuertos cubanos. El Imperio se preparaba para la invasión a Playa Girón,  la primera gran derrota del imperialismo en América. Fidel proclamó el 16 de este mes, el carácter Socialista de nuestra Revolución y el 17,  los derrotamos.

Años después en 1971, murió un 15 de abril, Miguel Matamoros. Su canción Lágrimas Negras, fue entonada con verdadera cubanía. El trío Matamoros es Patrimonio de la Cultura cubana y siempre nos acompañará, como se mantendrán prestigiando nuestra memoria, los creadores Amelia Peláez y  René Portocarrero, orgullo de la Artes Visuales, en Cuba y en Nuestra América, fallecieron también en abril, pero en años diferentes, 1968 y 1985,  respectivamente.

Estos son solo algunos recuerdos que he querido señalar. La Historia de nuestra Cultura,  está lleno de ellos.

Los fallecimientos en 1616, de Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de la Vega, no los podemos olvidar,  sobre todo,  porque la UNESCO declara el 23 de abril, Día Internacional del Libro. La lengua Española en Cuba y en Latinoamérica es bien reconocida, un idioma que honraron dos poetisas cubanas de gran trascendencia en nuestra Isla, Dulce María Loynaz, que falleció un 27 de abril de 1997 y  nuestra querida Fina García Marruz, que nace un 28 de abril en 1923,  próxima a cumplir sus maravillosos 97 años de fructífera vida.

Cuando pensaba en estas cosas, me vino a la mente aquella noticia que desde París nos llegó la muerte de Alejo Carpentier, destacado novelista y escritor cubano,  precisamente,  un  24 de abril, un día siguiente al anteriormente señalado, pero de 1980. En París, también  había fallecido un 15 de abril de 1938,  César Vallejo, ese poeta peruano tan amado en la Isla y en todo el continente. 

En abril de 1819 nació el Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, y otros dos  cubanos , Enrique José Varona, filósofo y educador en 1849  y el Canciller de la Dignidad,  Raúl Roa, en 1917.

Otras figuras imprescindibles de la Cultura cubana e hispanoamericana nos abandonaron en el mes de abril, el escritor venezolano Rómulo Gallegos, y nuestra Rita Montaner,  “La Única”.

La fundación de La Casa de las Américas, una institución emblemática de Cuba y Nuestra América, fue un 28 de abril del primer año del triunfo de la Revolución. Haydée Santamaría llevó el peso de la Casa desde sus inicios, hasta su muerte en 1980. La Heroína del Moncada,  puso en práctica lo que siempre inspiró nuestra lucha, sencillamente la unión de nuestros pueblos de América y el propósito martiano de “Ser cultos para ser libres”.

Quiero terminar estas líneas, en este abril histórico, para saludar a los médicos cubanos que han marchado a distintos países del mundo a combatir con su innegable profesionalidad, el virus Covid 19, que azota en estos momentos a la humanidad toda.  El ejército de batas blancas demuestra una vez más al mundo,  su alto sentido de solidaridad humana que los distingue y echa abajo las viles calumnias, que sobre ellos han difundido los enemigos de nuestra Patria socialista, libre y revolucionaria.

Cuba salva y sigue adelante!!