El 5 de enero de 1728 nació la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana, fundada por los frailes Dominicos pertenecientes a la Orden de Predicadores, en el antiguo monasterio de San Juan de Letrán.
Con ella nació la primera universidad de Cuba y una de las más antiguas de América que, en su devenir, ha sido centro de instrucción, formación y combate por la cultura y las ideas, recinto meritoriamente participativo en la historia sociopolítica del país a lo largo de sus ya 288 años de existencia.
Como parte de sus actividades conmemorativas de la fecha, fueron entregados los títulos de Profesor de Mérito y Profesor Consultante a un grupo de educadores destacados en su ya muy larga trayectoria en el alto centro docente.
La impresionante solemnidad del Aula Magna de la universidad habanera cobró importantes claridades y matices para la ocasión. Entre los homenajeados y homenajeadas, fue reconocida, como Profesora de Mérito, la múltiple Paquita, cuyo nombre oficial es Francisca López Civeira, en un acto de verdadera justicia pedagógica y revolucionaria.
Mientras se leían las numerosas razones que durante más de 45 años le hicieron merecedora de tan importante reconocimiento, recorrí con la mirada aquel recinto varias veces, y pude imaginar a Mella, a Villena, a Marinello, a Raúl Valdés Vivó, a Ricardo Alarcón, a José Antonio, a Fidel… y a tantos otros que durante la república neocolonial dieron formidables batallas, entre muchas otras, contra el imperialismo norteamericano, la incultura, los intentos de manipulación…, como parte de un proceso histórico a cuyo estudio y divulgación consagra su vida la profesora Paquita para que se mantengan vivos y actuantes en nuestra historia patria, donde aún tienen mucho por hacer.
El Dr. Cobreiro, Rector de la Universidad habanera, al, inició sus palabras de conclusión del acto, relatando lo que para él constituyó “una lección de virtud” que recibiera de Paquita: en una oportunidad la dirección del MES le solicitó que liberara a Paquita de todas sus tareas para que se dedicara a la culminación de la preparación de un libro que debía salir de forma inminente. Relata el Rector que, al conversar con la profesora, su respuesta fue clara y terminante:
Puede liberarme temporalmente de todas las tareas, menos de mis clases, no dejaré a mis alumnos ni siquiera temporalmente.
La integralidad de Paquita como una persona que ha consagrado su vida a la enseñanza, la más noble de las profesiones, sin menoscabo de su labor como revolucionaria dedicada a fundamentar las raíces históricas de nuestro proceso revolucionario en todos los terrenos, la hacen merecedora de tan importante reconocimiento.
Desde los tiempos lejanos de la década del 60, cuando en su condición de estudiante de historia se integró a las nacientes milicias universitarias, a la FEU, a la UJC… hasta hoy, cuando comparte su labor docente con el trabajo investigativo, la redacción de libros, las clases en la Universidad para Todos, la vicepresidencia de la UNHIC y acude a cuanto centro le pide una conferencia u otro tipo de trabajo que coadyuve al conocimiento y la divulgación de la historia en una entrega permanente, cuando puede constatarse cuántos cubanos la conocen y la escuchan, no hay dudas acerca de la legitimidad y validez de tal reconocimiento que alegra y enorgullece a quienes la hemos conocido y compartido con ella a lo largo de nuestras vidas.
Paquita, quien es también una fiel martiana, ha sabido honrar las enseñanzas del Héroe Nacional cuando afirmó: “…para ser maestro de otros es necesario saber servir”. (1)
Felicidades Paquita, muchas gracias.
Nota
(1) Martí, José: “Mario Fortuny”, The Sun, N.Y., 27 de marzo de 1881, t. 28, p.127.
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