En el Día de la Cultura Cubana la Mesa Redonda dedicó su emisión de este jueves a valorar el impacto en concepto de conocimientos y enriquecimiento espiritual, de las acciones culturales en las comunidades a partir de la amplia experiencia en este ámbito de tres reconocidos creadores y promotores culturales.  

Randy Alonso precisó que la Mesa Redonda también quería hablar de Cultura.

“Pero mirando sobre todo a esas esencias que están en la cultura comunitaria, base de la política cultural de la nación, y lo quiere hacer además con personas que durante muchos años han estado haciendo este trabajo: José Oriol González, Premio Nacional de Cultura Comunitaria y director del Grupo Teatro de los Elementos de Cienfuegos; el prestigioso promotor Ramón Silverio, director del proyecto El Mejunje, de Santa Clara y Carlos Alberto Cremata, Héroe del Trabajo de la República de Cuba y director del grupo de teatro infantil La Colmenita”.

Participó también, la directora de Políticas Culturales  del Ministerio de Cultura, Lissette Martínez Luzardo, quien enumeró las diversas acciones que se han desarrollado para celebrar la fecha que están dedicadas  a la cultura comunitaria y cómo se engarza este festejo con las esencias de la política cultural cubana.

“El lema que nosotros definimos este año para acompañar las jornadas por la Cultura Cubana fue precisamente la frase de don Fernando Ortiz: ‘La Cultura es la Patria’ y el lugar donde la Patria se siente más viva, donde se construye, es precisamente en la comunidad”, explicó la funcionaria.

Seguidamente dijo que por esta razón se había decidido por esta fecha intensificar las acciones de las instituciones culturales pero sobre todo  las que tuvieran como espacio los   barrios cubanos, muestra de lo cual fue el  audiovisual presentado al inicio del programa que recoge las imágenes de la presentación de un numeroso grupo de artistas e intelectuales, miembros de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y de la Asociación Hermanos Saíz, en comunidades pinareñas afectadas por el paso del huracán Ian, recientemente.

Expresó que esa es la expresión de las esencias  fundacionales de la política cultural de la nación  y recordó a  la maestra Alicia Alonso y su compañía  de ballet que convirtieron esta arte en algo popular con seguidores en todas las provincias, y la inmensa labor del Grupo Escambray  en las montañas.

Más adelante subrayó que este trabajo cultural comunitario no se realiza solo en las jornadas de celebración de la Cultura Cubana, ni solo ante las emergencias, sino que es una  faena  sistemática  y en la última etapa, por la convocatoria que ha hecho el presidente Díaz-Canel de “incorporarnos a la transformación integral de los barrios, se ha intensificado con un matiz diferente: ayudar a que esas comunidades se transformen por sí solas y esas expresiones culturales que las hacen genuinas y diferentes se consoliden allí”.

Añadió que  grandes referentes vivos del arte y la literatura cubanos como el Coro Nacional, el Conjunto Folklórico Nacional,  y el actor Osvaldo Doimeadiós, entre otros muchos, se han sumado a estas acciones en las comunidades.

“La diversidad, la riqueza y la defensa de la libertad de creación, no se puede lograr sin una vocación comunitaria, sin ese intercambio de nuestros artistas con el pueblo”, afirmó.

Martínez Luzardo ofreció entonces cifras ilustrativas de la intensificación de la labor cultural comunitaria: en el primer semestre del presente año se realizaron más de 7 mil talleres  de las diferentes manifestaciones artísticas en barrios  que se encuentran en transformación integral.

“Desde ese pedazo de la Patria que es justamente el barrio, nuestros artistas y los trabajadores de la Cultura se han sumado a ese gran sueño de construir una Patria mejor”, declaró.

Oriol González y   Teatro de los Elementos

A continuación Oriol González señaló “que el espíritu de celebrar por la cultura debe acompañarnos siempre”, y agregó “ Nunca se equivocó Fidel, lo primero que hay que salvar es la Cultura”. 

Después se refirió a la gran influencia del Grupo Teatro Escambray, que atesora en su trabajo, y evocó la significación de este en la transformación de las comunidades montañosas de esa zona, y cómo la agrupación incorporó al Teatro Cubano el debate de temas humanos y sociales.

“Siempre soñé con hacer una continuidad de esa experiencia (…) y creo que Teatro de los Elementos es un referente que sigue esos pasos, llevar el arte al campesino, al estudiante, a los soldados, a la gente que está en los lugares más intrincados”, reveló Oriol.

Ramón Silverio y El Mejunje

Le siguió en la palabra el popular promotor Ramón Silverio, de quien Randy consideró que todo su trabajo lo ha hecho “defendiendo una visión humanizadora de la Cultura, que iba más allá de defender a un grupo, sino una mirada más grande”.

Silverio narró que El Mejunje nació como un espacio que no marginaba, por lo que muchos grupos que lo eran en aquellos momentos, comenzaron a acercarse al lugar y le dieron un toque muy particular.

“El Código de familia vino a reafirmar y a dar voz a todos esos grupos y a todas mis luchas de más de 40 años a favor de estas comunidades”, declaró Silverio.

Con el paso del tiempo, advirtió, El Mejunje comenzó a salir de su espacio, y surgió la brigada Los Colines, que  se presenta en muchas comunidades rurales, al menos una vez al año.

“Yo tenía como premisa para la labor de esta brigada, lo que dejaba el circo de carpa en mí como niño del campo que era lo único que pasaba por aquel campo remoto donde yo vivía y siempre me quedaba con los deseos de que volviera (…) siempre quise que las personas nos esperaran luego de que pasáramos por  donde vivían”.

Abordó al instante, las experiencias del proyecto  de El Mejunje, Santa Clara por la vida, que surgió en la época pandémica y que también  ha brindado apoyo a las personas víctimas de desastres  como la explosión del hotel Saratoga, el incendio de la Base de Supertanqueros de Matanzas, y recientemente el paso del huracán Ian por Pinar del Río, ocasión en que se rompió el  récord de las donaciones  realizadas por los  habitantes de Santa Clara, que, reconoció, es una ciudad muy solidaria.

Carlos Alberto Cremata y La Colmenita

“La Colmenita tiene la suerte  de que los niños son los que llevan los mensajes y lo llevan desde la cultura, pero sobre todo desde la infancia y cuando el niño de las comunidades recibe este mensaje está viendo a su igual, por eso abona la tierra y a veces surgen cosas similares: Colmenitas silvestres”,indicó Cremata.

Destacó la multiplicación del grupo de teatro infantil  por varias provincias e instituciones del país,  con un alto nivel de actividad sistemática en diversos escenarios como comunidades desfavorecidas, en transformación,  de tránsito, entre otros asentamientos poblacionales, y también en hospitales psiquiátricos, centros psicopedagógicos, hogares de ancianos y de niños sin amparo familiar.

“Cada vez que termina una función nuestra, sobre todo en esos lugares donde están los seres más lindos que conocemos, los guajiros, los más puros y hermosos que puedan existir, es muy común que los abuelitos se nos acerquen y nos digan  , con lágrimas en los ojos, frases como “Que Dios los bendiga , que les de mucha vida, que les de salud”; estos son los abuelitos, te puedes imaginar a los niños, (…) quedan en shock, al igual que al descubrir a Chaplin en el documental de Octavio Cortázar, Por primera vez , y cuando terminamos siempre hay una gran felicidad”, relató Cremata.

El impacto de las comunidades en los creadores que llevan allí  su arte

Al respecto Oriol González  opinó:

“Creo que hay un juego de emociones muy profundo, uno como ser humano se estremece”, y recordó la hermosa labor de la Cruzada Teatral de Guantánamo, con Uri Rodríguez al frente, “que es otro líder y aunque no esté con nosotros merece todo el reconocimiento, y la Guerrilla de Teatreros de Granma”.

Mencionó con respeto y admiración las acciones de las Brigadas Covarrubias,   a actores como Mario Balmaseda,  que presentaron a lo largo de toda Cuba espectáculos  en diferentes parajes;  el Centro Dramático de Cienfuegos, que  montaba obras clásicas y las presentaba en los parques de los pueblos; a Alicia Alonso, que bailó arriba de la cama de un camión para los cortadores de caña…

“Somos un país de una tradición, de una historia de trabajo hacia la comunidad que viene inspirada quizás en el teatro mambí, en nuestros ancestros o en los areitos, yo qué se, pero hay una vocación del cubano de compartir la fiesta, el sentimiento y la cultura”, aseguró el director de Teatro de los Elementos.

Culminó la Mesa Redonda con la proyección del spot que promueve a partir de hoy las jornadas de conmemoración del centenario del natalicio de la Heroína Nacional Haydée Santamaria, luchadora del Movimiento 26 de julio y presidenta fundadora de la Casa de las Américas.