Cada 1ro de junio diversas naciones del mundo celebran el Día Internacional de la Infancia desde que en 1956 la Asamblea General de las Naciones Unidas lo instituyera. Para ese día, la ONU acordó que cada país debería promover actividades que involucrasen de manera directa a los más pequeños de cada casa.
A través de multiples acciones, las diversas naciones del orbe se suman a la celebraciones, como una acción de respeto y amor por los más pequeños. La celebración es ocasión para recordar a la ciudadanía que los niños son el colectivo más vulnerable y por tanto que más sufre las crisis y los problemas del mundo. Este día internacional recuerda que todos los niños tienen derecho a la salud, la educación y la protección, independientemente del lugar del mundo en el que haya nacido.
Dedicar un día internacional a la infancia también sirve para hacer un llamado sobre las necesidades de los más pequeños y para reconocer la labor de las personas que cada día trabajan para que los niños y niñas tengan un futuro mejor.
En nuestro país, diversas y variadas son las acciones que cada año tienen lugar para celebrar la fecha y reconocer a las nuevas generaciones. Actividades culturales y recreativas llegan en el primer día de junio a barrios y escuelas para agazajar a los niños en su día, pero ante la situación epidemiológica que ha estado nuestro país, las celebraciones no han tenido lugar como tradicionalmente se hace; esta ves a través de medios de comunicación y plataformas digitales el reconocimiento y las felicitaciones han sido posibles a todos los niños.
Según estudios demográficos realizados en nuestro país, existen en la Isla varias regiones rurales en las que no se han producido muertes de niños ni maternas en los últimos 20 años. La mortalidad infantil nacional fue en 2002, por ejemplo, de 6,5 por ciento, 10 veces menos de las registradas en el país hace cuatro décadas, entonces con una población mucho menor.
Cuba presta atención especial a través de múltiples programas y proyectos al bienestar de la niñez y la salud de la infancia; más que un deber es una abligación que nuestros niños crezcan y se desarrollen en un ambiente armónico, con derechos y deberes, donde la cultura aporta grandemente a su formación como hombre y mujeres de bien del futuro.
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