Con la disolución definitiva del matrimonio entre Alicia y Fernando Alonso un estado de incertidumbre se produce dentro del ballet cubano. Desde la fundación del Ballet Alicia Alonso en 1948 la compañía, y más tarde la escuela, habían sido dirigidas por el maestro Fernando Alonso, quien se había convertido en la guía artística y técnica del ballet cubano y, después del triunfo de la Revolución en 1959, los éxitos alcanzados en los terrenos nacional e internacional habían sido acuñados por la alta calidad del maestro para afrontar la estética cubana y llevarla a convertirse en una escuela internacionalmente reconocida. Su rol en la dirección de ambas esferas sin dudas fue una suerte para que se concretara este fenómeno que irrumpió como fuera a través de los concursos y las giras internacionales de nuestros bailarines, maestros y coreógrafos.

Podría esperarse que esa ruptura se pudiera superar, pero resulta muy difícil imaginar que Alicia Alonso pudiera ser dirigida por Fernando y mucho peor compartir cartel con su nueva compañera, la joven bailarina Aida Villoch. Fue esta tensa situación la que llevó a la salida de esta bailarina de la compañía y, a continuación, la del maestro Fernando, quienes por algún tiempo quedaron sin trabajo.

Las autoridades cultrales del país tomaron cartas en el asunto, toda vez que la figura del maestro era todo un símbolo del ballet cubano. Desde 1967 se había fundado una compañía de ballet en Camagüey y para esa fecha necesitaba que el nivel artístico tuviera mayor vuelo: así se decidió que el maestro pasara a la provincia y dirigiera el Ballet de Camagüey. Fernando Alonso viajaría hacia esa misión, junto a su ahora esposa Aida Villoch, con la cual se había casado en 1975, y permanecería hasta 1992, cuando fue contratado para dirigir la Compañía Nacional de Danza en México, donde se trasladaría junto a su tercera esposa, la actriz camagüeyana Yolanda Correa.  

Ese mismo año también Alicia Alonso contraería matrimonio con el periodista, editor y crítico Pedro Simón, quien en 1998 sería Director del Museo Nacional de la Danza.

Alicia asumiría desde entonces (hasta su muerte en 2019) la Dirección general del Ballet Nacional de Cuba y continuaría igualmente como prima ballerina assoluta de la compañía nacional.