El Festival de Arte Popular "Mercedes Sosa", fundado y promovido por la Fundación Mercedes Sosa, hizo historia al celebrarse por primera vez fuera de Argentina en su decimotercera edición con un emotivo concierto en la Casa de las Américas. Este encuentro conmemoró los cincuenta años del memorable concierto de la cantora argentina a la institución, y coincidió además con el cumpleaños del trovador cubano Silvio Rodríguez.
El escenario de la sala Che Guevara reunió en esta ocasión al trovador y poeta Pancho Cabral, así como a los destacados cantautores cubanos Augusto Blanca, Heidi Igualada, Santa Massiel y Ana Irma Pereyó, quienes rindieron homenaje a la rica herencia musical latinoamericana.
Hace medio siglo ya se habían reunido, al amparo del Árbol de la Vida, Noel Nicola, Sara González, Amaury Pérez, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, entre otros, con el afamado cantor Carlos Puebla y Mercedes Sosa; en un encuentro icónico para el rumbo de la canción popular de nuestras regiones por su sentir y motivación.
La jornada de este viernes, en la que también participó Aracely Matus, nieta de Mercedes Sosa y consagrada cantautora, reveló la fuerza viva de esos compositores e intérpretes dispuestos a cantarles al pueblo, al obrero y a las profundas raíces culturales que nos unen.
La voz de Mercedes Sosa, en un llamado eterno al campesino, resonó entre el público de la sala Che Guevara a través de videos documentales que dieron testimonio de sus conciertos en las zonas rurales y las montañas fronterizas entre Argentina y Bolivia: “adonde nadie antes había ido a cantar”, como relatara su nieta posteriormente.
En su honor y comprometidas con la canción popular, la trova y la creación de una poesía genuina, las nuevas generaciones se vieron representadas en la voz de la pianista y cantautora Ana Irma Pereyó, quien interpretó canciones de su autoría, y de la trovadora villaclareña Yeni Turiño. De igual forma, en una nueva visita a la Casa, Santa Massiel transmitió al público la energía y complicidad de sus letras.
La lírica reflexiva y los acordes de la guitarra protagonizaron el tributo de Heidi Igualada a la trova, mientras que con el merecido homenaje a autores como Vicente Feliú o el propio Silvio Rodríguez, Augusto Blanca cerró las interpretaciones de los cantautores cubanos en este festival.
El también guitarrista y escritor argentino Pancho Cabral, entre coplas y anécdotas, trasladó al público a los sitios más intrincados del país sudamericano y recordó en su canto la inspiración que representa Nuestra América, viva detrás de cada tonada.
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