El pasado 7 de junio la cercanía del 94 aniversario de Roberto Fernández Retamar y la celebración del día del bibliotecario cubano, motivaron la presentación en la Casa de las Américas del primer tomo de Todo Retamar, nueva compilación a cargo de Ediciones Bachiller, editorial de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí.
En un panel donde más allá del título presentado, se reverenció la obra del poeta, estuvieron reunidos Omar Valiño, director de la Biblioteca Nacional, Laidi Fernández de Juan, hija y albacea de Retamar, Yamil Díaz Gómez, editor principal del volumen y Abel Prieto, actual presidente de la Casa de las Américas; presentados por las palabras de Jorge Fornet, director del Centro de Investigaciones Literarias de la Casa. Por demás, una selección de las poesías recitadas por Retamar y grabadas por la Casa de las Américas, acompañó cada intervención.
Todo Retamar pertenece a la colección Perfil Definitivo de Ediciones Bachiller y se nutre de las Obras Completas de Roberto Fernández Retamar, logradas entre el 2000 y el 2018 por la Editorial Letras Cubanas, como mismo indaga en los textos inéditos facilitados por Laidi Fernández de Juan y rescata para los lectores todo aquello aprobado por la voluntad de su autor.
El primero de la que será una serie de siete tomos, reúne los poemarios Décimas por un tomeguín y Poesía nuevamente reunida, junto a las traducciones que hiciera el poeta y una primera parte de su papelería. A modo de prólogo un análisis de la poética de Retamar, escrito por Jesús David Curbelo, acompaña la edición cuyo diseño, por demás, estuvo a cargo de Pepe Menéndez.
Durante el panel, que no en vano enlazaba la figura de Retamar con el elogio a la labor bibliotecológica, fue recordada la pasión con que el ávido lector y ensayista, construía, conservaba y disfrutaba las bibliotecas a su alrededor, las personales y las públicas, la literatura al fin. La biblioteca de la Casa lleva hoy su nombre, como afirmó Laidi Fernández de Juan, tal era su deseo, y a los estantes que la habitan donó en sus últimos años de vida las colecciones de libros que lo habían acompañado en las más disímiles circunstancias.
Laidi Fernández de Juan recuerda a su padre entre un bosque de letras, en busca de la luz necesaria para emprender la lectura, inquieto por algún título preciso en horas altas de la noche. En su afán, resistía al asma, al desbordamiento de los espacios de la casa, a las mudanzas o a los viajes, “más que un hábito de lectura –recuerda su hija- era una obsesión la suya, por mantenerse todo el tiempo absorbiendo lo que le brindara un libro, sin orden ni conciertos, sin horarios, sin convencionalismos”.
Por otra parte, Yamil Díaz Gómez, frente al tomo de 764 páginas seleccionó aquella en la que quedaron impresos los versos de “El otro”, un poema donde, tal y como reconoció el editor, se asentaban las bases de una ética inherente a la poesía revolucionaria y se abría una nueva etapa de la lírica cubana.
Retamar, aquel primero de enero de 1959 en que escribió a modo de poesía tales cuestionamientos, reconociéndose entre “los sobrevivientes”, como parte de un sujeto colectivo aunado por el triunfo revolucionario, supo captar las necesidades inmediatas de su época y convertirse en “heraldo de la nación”.
Asimismo, en calidad de amigo, de compañero de viajes, de lecturas y encuentros literarios, Abel Prieto recordó a su antecesor al recuperar más de una anécdota compartida por ambos y reconocer el referente como poeta y maestro que fue para él. “Se me hizo más evidente, gracias a tus versos, la meta suprema de la poesía: convertir una experiencia única, personal e intransferible en un salto colectivo hacia otra instancia del conocimiento, de las emociones, de la percepción del ser.”
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