El II Taller Internacional del Programa de Estudios sobre Afroamérica Juegos de libertad: Prácticas de descolonización del universo infantil cerró su ciclo de actividades en Casa de las Américas con una experiencia brindada por el grupo Palabras al Viento, dirigido por Fermín López Hernández, que trajo para los niños presentes en la Sala Che Guevara su espectáculo Fábulas cubanas, inspirado en las historias del libro Akeké y la jutía del escritor cubano Miguel Barnet.

La compañía ha sido merecedora del reconocimiento Juglar de Honor de la UNEAC, ha trabajado en proyectos unipersonales con los espectáculos Por qué las lechuzas son así y Mágicamente Berta protagonizados por Yeriber Pérez Peña y Blanca Isabel Pérez, respectivamente. En otras ocasiones han recreado obras narrativas de gran relevancia como la novela La Tregua de Mario Benedetti o el cuento de los hermanos Grimm, Los músicos de Bremen.

Volver a los cuentos de Barnet armoniza con el debate traído a colación en el taller. Buscadas en la tradición popular cubana, esencialmente transcultural, las fábulas que Barnet lleva al relato escrito mantienen el tono de la oralidad y rememoran la relación entre el cuentista y el oyente.

Palabras al Viento trajo, a su vez, otro modo de entender dicha relación desde los códigos de la teatralidad, asumiendo la vuelta a la narración oral como una experiencia de conocimiento y sensibilización con las raíces culturales de nuestros pueblos. Entre algunas de las fábulas incluidas en el espectáculo, podemos mencionar “El majá y el camaleón”, “¿Por qué las guineas tienen manchas blancas?”, “El camaleón y el perro”, “Las aves celebran el cumpleaños del rey”, “Los bueyes y la mula” y “La fiesta de los murciélagos”, entre otros. No faltaron la poesía, la música, el baile y la revalorización del lenguaje popular. Desde leyendas afrocubanas hasta décimas campesinas, los integrantes de Palabras al viento supieron trasladar con maestría una parte de nuestra cultura a los niños presentes en la sala.

Zuleica Romay, directora del Programa de Estudios sobre Afroamérica, remarcó al inicio de la actividad que despedir el “Taller Juegos de Libertad” con una actividad dedicada a las infancias era un ejercicio de coherencia. La teoría no basta, es necesario llevarla a la práctica: extender el pensamiento decolonial y antirracista a las aulas, los teatros, los museos, las bibliotecas, las casas… Convertir el cambio de paradigma en un ejercicio lúdico, donde el saber transmitido debe ser dulce además de útil, como remarcaba la sentencia horaciana. El espectáculo de Palabras al Viento logró su cometido: las moralejas siempre iban acompañadas de la risa de los niños, ninguna historia estaba completa sin transformar la sala Che Guevara en una fiesta.