La sala Manuel Galich de Casa de las Américas acogió el pasado 5 de noviembre el primer taller «Trinchera Gráfica. Experiencias de trabajo colectivo para una nueva gráfica política», impartido por el cartelista mexicano Luis Cario, en representación de la Comunidad Utopix, como parte de las actividades del V Encuentro de pensamiento y creación joven en Las Américas, Casa Tomada 2024.
El encuentro abordó tres líneas fundamentales: el análisis de la influencia de la gráfica cubana; las experiencias de trabajo popular y de base realizado por Utopix a partir de la gráfica y con la gráfica como acto comunicativo y político; hasta un resumen del trabajo de la comunidad.
Luis Cario, también miembro del grupo Tiempos Modernos y creador del proyecto de gráfica y memoria «Hasta la Gráfica Siempre», inició el taller con el análisis del primer cartel de la Revolución Cubana, realizado por Eladio Rivadulla en 1959 luego de conocer la salida de Fulgencio Batista del país. Un cartel serigráfico, a dos tintas, basado en una fotografía del Comandante Fidel Castro en la Sierra.
Asimismo, destacó la necesidad de comenzar con el análisis de esa obra por constituir parte fundamental del juego de tránsito del propio desarrollo de la gráfica en Cuba, con el aprendizaje técnico e histórico previo basado en la publicidad, lo comercial y la reproducción del capital, para ser utilizado entonces en un contenido distinto, un contenido propio en la Revolución.
Durante el encuentro también se hizo referencia a cómo es trabajada en la fotografía y la gráfica la figura de la mujer, antes y después del triunfo revolucionario, pues existe una clara contraposición entre las representaciones de los distintos periodos, al pasar de representar a la mujer como objeto de belleza, a mostrar a la mujer militante, partícipe de las luchas sociales y presente en los distintos espacios.
Luis Cario, desde una análisis bajo el título «Un grito en la pared del tercer mundo. La construcción de una narrativa gráfica tercermundista» defiende el trabajo de la revista TriContinental como una herencia política, gráfica, estética y comunicacional.
De igual modo reconoce la influencia e importancia de esta revista en el contexto cultural y político, ya que permitía enunciar de una manera distinta y soberana lo que era el llamado «tercer mundo» para hacerlo un sinónimo de Revolución; así como recogía los movimientos sociales y revoluciones, que a su vez servían para crear signos e identificar en un mismo sitio una comunión, que es la pertenencia de un tercer mundo y la continuidad de su lucha política histórica.
Por otra parte, Cario también explicó que desde la Comunidad Utopix y el grupo mexicano Tiempos modernos se realizan varios procesos de inserción en territorios, trabajos con el movimiento obrero y estudiantil. Así como desde la gráfica se comunican políticamente hechos concretos.
Ambas comunidades buscan que los hechos tengan una respaldo desde la comunicación gráfica, también vinculando a la producción editorial, donde se mezclan los textos políticos y fragmentos de discursos con las gráficas para poder presentar lo editorial desde un aparato gráfico y lograr que los públicos puedan relacionarse con pensamientos y textos que tal vez, en otras circunstancias, no leerían.
Entre otros proyectos, también se presentó el Calendario Memoria y Lucha como una herramienta de memoria política que aspira a la exposición; y Logotopia, una idea para intervenir en comunidades y romper la lógica comercial, para que desde la mezcla de la semiótica y las técnicas de los diseñadores, con la comunidad y sus imaginarios, desde la construcción colectiva y la metodología asamblearia se logre un logo que los represente e identifique, alejado de la idea de las marcas comerciales.
En el taller también se presentó parte de lo que se convertiría en una exposición en la Sala Manuel Galich de la Casa: una muestra que recoge, con el trabajo de diferentes artistas de Utopix, una línea temporal de resistencias en América Latina, revoluciones y movimientos insurgentes desde 1500 hasta el siglo XX.
Promotor del rescate de la memoria de las luchas, el diseñador autodidacta confesó que en las comunidades de las que es miembro no llegaron a la política desde su trabajo en el cartel, sucedió a la inversa: «No hacíamos carteles y luego nos interesaba la política, sino que hacíamos política y teníamos una necesidad de comunicar, y así llegamos a la gráfica, por esa necesidad de comunicar las ideas políticas».
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