Bob Gruen regresó a la Fototeca de Cuba. Luego de 16 años de su primera visita, uno de los más reconocidos artistas del lente en el ámbito musical volvió para cubrir de estrellas las paredes de la Galería María Eugenia Haya. Y no de las que en las noches rutilan en el cielo, sino de las inmortales que no cesan de arrancar destellos a golpes de rock and roll.
Más de medio siglo en la historia del género recoge en cuarenta fotos esta retrospectiva, entre cuyas más antiguas imágenes aparece la de uno de sus poetas, Bob Dylan, tomada en el temprano 1965; para concluir con la de Lady Gaga en los albores de su fama, en 2010.
Enmarcadas por una y otra, no podían faltar la icónica de John Lennon, posando con los brazos cruzados y la camiseta de New York City; Chuck Berry, Elvis Presley, Tina Turner, Bruce Springsteen, Madonna. O la de agrupaciones como Queen, Who, Led Zeppelin, Kiss y todo lo que ha movido a varias generaciones de melómanos en los más diversos confines.
Más no son únicamente la fama de los sujetos de las fotos, ni lo popular del género, los que hacen valer por sí solos esta muestra. Está en ella la calidad artística de su autor, expresada en una depurada técnica que se trasluce en la composición y el uso del color.
Distante en su ética profesional de la impertinente actitud del “paparazzi”, el artista neoyorkino ha sabido lograr con su constancia un voluminoso portafolio actualmente en desarrollo, el cual documenta ese importante segmento de la música popular a escala universal.
Oportuna para esta fecha del año es la propuesta de la Fototeca de Cuba, abierta al público hasta mediados de enero próximo. Quien visite la galería, saldrá de ella cargado de amables recuerdos y, de seguro, también con alguna melodía que no le abandonará por toda la Plaza Vieja.
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