En exclusiva con Prensa Latina, el joven creador Haziel Scull, especialista del centro Vitrina de Valonia, perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, nos cuenta sobre la importancia o la representación histórica de esta manifestación artística tan demandada por la industria cultural y la multimedialidad.
“Esta expresión que también es artística, tiene una historia que puede considerarse lineal, y que puede ser vista como una escuela en sí, con características propias, maneras de ser hacer y de ver”, expresó al referirse a la identidad de los diseñadores cubanos.
Sobre los puntos en común de la propia historieta en la mayor de las Antillas, el diseñador enfatizó en que las décadas del 70, 80 y 90 del siglo anterior tuvieron en cada uno de los artistas puntos en común en la misma línea cronológica .
“Lo tenemos desde la primera publicación de Elpidio Valdés de Juan Padrón, y que también se evidenció en el Festival Iberoamericano, el más importante que se ha hecho en Cuba del tema”, dijo el historietista .
Al referirse a los puntos de contacto entre las creaciones antillanas “podemos hablar de la manera cubana de dibujar , que es evidente en personajes de diferentes autores: el Capitán Plin, de Jorge Oliver, Elpidio Valdés, de Juan Padrón, otros de Ángel Velazco, o en personajes clásicos, tales como Cecilín y Coti, Matojo, todos ellos tienen formas gráficas similares”.
A su vez el creador hizo un bosquejo sobre “la política editorial del país, que es lineal, vertical, hay una institucionalidad que promueve desde el punto de vista político e ideológico una manera de hacer, un discurso narrativo que debe ser consecuente en general con la política cultural, ese es otro elemento”, significó.
Para Schull los medios en Cuba “también responden a esta interconexión, más allá de que los personajes tengan universos diferentes, todos tienen desde el punto de vista psicológico y tipológico, similares maneras de visualizarlos entre ellos”, aclaró.
A pesar de haber caído el comic cubano en un stand by, “gracias a la invasión del manga proveniente de Japón, y la escuela norteamericana, si hay un resurgir, lo muestra la propia creación de Vitrina de Valodia, con una excelente biblioteca especializada, además de esta realización del Arte Comic que le da un respiro a esa identidad de los creadores nacionales”.
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