Una bitácora sobre investigaciones e historias personales deviene la exposición El gran jardín de la destacada fotógrafa y artista de la plástica Lissette Solórzano, inaugurada en la galería Villa Manuela, de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, Uneac.
La muestra, conformada por diez piezas, integra un proyecto en pleno desarrollo y responde a una estética que refleja la intimidad sensitiva y recuerdos de la artista.
“Dos fenómenos que me marcaron mucho, que fue la Covid, que en mí fue muy fuerte, y la emigración. Entonces con esos dos elementos yo empecé a investigar, a hacer imágenes y a darle un sentido a todo lo que yo iba sintiendo”, comentó la artista.
Las diez instantáneas que conforman la muestra de Lissette Solórzano remiten a experiencias desoladoras, pero en la ellas se ofrecen caminos, senderos que superan la angustia existencial, mediante una analogía entre el viaje interior y personal y el exterior y colectivo.
“No podían ser imágenes en blanco y negro ni un documento fiel como yo siempre lo había hecho hasta ahora pero seguía siendo un documento que he transformado en unos neopaisajes, o sea son mis propios paisajes. He mezclado, he fusionado las imágenes para crear cada una e interpretarlas”, apuntó.
Considerada una de las fotógrafas documentales cubanas más destacadas, su contribución trasciende el campo de la fotografía contemporánea e incluye estudios sobre curaduría y diseño.
En la exposición El gran Jardín, la artista cambia sus recursos discursivos y la construcción conceptual de su fotografía, sin abandonar su estilo de relatar con imágenes ni el mecanismo crítico que acompaña su obra.
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