El 2020 se ha destacado, entre muchas cosas, por ser un año de retos para la cultura cubana que, en medio del enfrentamiento a la pandemia provocada por el nuevo coronavirus tuvo que encontrar otras rutas para evitar ocurriera un apagón cultural.
La COVID-19 sacudió las costumbres y rutinas de todo el país y la actividad cultural no estuvo exenta.
Antes de que se informara de los primeros contagios de la enfermedad en Cuba, ya se habían desarrollado algunos de los principales eventos artísticos de principios de año: la edición 25 del Festival Internacional Jazz Plaza, la 29 entrega de la Feria Internacional del Libro de La Habana y el V Festival de La Salsa.
Mas, a partir de marzo, el Ministerio de Cultura se vio obligado a adoptar medidas organizativas de carácter general para enfrentar lo que se avecinaba, y entre ellas estuvo el paso de gran parte de los trabajadores del sector a la modalidad de teletrabajo y trabajo a distancia; y la suspensión de eventos que implicaran grandes aglomeraciones, junto al cierre de instituciones (cines, casas de cultura, teatros), sin dejar desprotegidos económicamente a sus artistas.
En ese entorno de incertidumbre muchas entidades culturales se unieron para apoyar al país, y se mantuvieron activos algunos centros de Artex, de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM) y del Fondo Cubano de Bienes Culturales ofreciendo servicios gastronómicos o contribuyendo en la elaboración de mascarillas sanitarias u otros menesteres.
Cuando parecía que el arte tendría una pausa en la vida de todos, los artistas hallaron vías para llegar a su público y acompañarlo espiritualmente durante estos tiempos difíciles.
Apoyados por enlaces nacidos con instituciones, surgieron iniciativas promovidas desde las redes y la televisión como el proyecto de conciertos online Estamos Contigo, una invaluable compañía musical para el pueblo que aún se mantiene en la cartelera semanal del Canal Clave y otros medios radiales y virtuales.
Otros artistas, de forma espontánea, pusieron su gran capacidad de convocatoria en función de incentivar el autocuidado, la higiene y la responsabilidad, a la par de incidir en el bienestar emocional de la audiencia, valiéndose del uso, cada vez con mayor fuerza, de las redes sociales y plataformas virtuales como Facebook, YouTube e Instagram, a través de las cuales realizaron conciertos, lecturas de poesía, exposiciones de artes plásticas, publicaron videos caseros, convocaron a concursos de dibujo, composición de canciones y poemas, y regalaron el aplauso a los médicos, a las nueve de la noche de cada día, con hermosos performances desde los portales y balcones de sus casas.
Bajo las duras circunstancias del SARS-COV-2, muchos foros se cancelaron o pospusieron. El Festival Havana World Music (HWM) y su concurso Primera Base; así como el Festival Internacional Fiesta del Tambor Guillermo Barreto In Memoriam 2020 fueron algunos de los afectados.
El virus dañó también la preparación del Festival Internacional de Cine de Gibara, que organizó en su lugar InAcción! Muestra Online de Microcine en Aislamiento, un certamen que proyectó por las redes sociales del evento una veintena de cortometrajes provenientes de diversas latitudes.
Mientras, las Romerías de Mayo cambiaron sus habituales escenarios en plazas, parques y salas de teatro en la provincia de Holguín, por galerías virtuales, conciertos y debates virtuales, bajo el lema Vívelas en casa, porque no hay mañana sin hoy.
El Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, por su parte, cambió su formato y se dividió en dos partes, una primera que se desarrolló en su habitual fecha de diciembre, de carácter expositivo y académico; y otra que se ocupará en marzo de 2021 de lo referente al concurso cinematográfico.
Aunque el Cubadisco se pospuso para 2021, la producción fonográfica en Cuba se mantuvo en la medida de lo posible y los sellos cubanos mantuvieron la promoción de lo mejor de la música cubana vía Internet, desde proyectos de presentaciones en YouTube o encuentros de los músicos con el público desde sus páginas de Facebook, sobre todo encabezados por la EGREM y Bis Music.
A la par del recrudecimiento del bloqueo económico y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos, fue un año de sensibles pérdidas para el universo cultural de la Isla, que lamentó el fallecimiento de grandes figuras como el doctor Eusebio Leal Spengler, historiador de La Habana; el reconocido historietista y realizador Juan Padrón; la gran vedette de Cuba Rosita Fornés; el crítico y director de cine Enrique Colina; el artista plástico Pedro de Oraá, las actrices Broselianda Hernández y Nilda Collado, así como la cantante Farah María.
A pesar de ello, no se dejó de reconocer la gran trayectoria profesional de artistas que han llenado de orgullo al arte cubano, de ahí que se entregaran los merecidos premios nacionales de Artes Plásticas a Rafael Zarza; de Cine a Senel Paz y a Paco Prats (fallecido también este año); de Música a los maestros Edesio Alejandro y Huberal Herrera; de Literatura a Eugenio Hernández Espinosa; de Teatro a Rubén Darío Salazar y a Zenén Calero; de Danza a Johannes García; y de Humor a Juana Bacallao y Arístides Hernández "Ares", entre otros.
Deje un comentario