Y hay que poner asunto a lo que dice, porque Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo. […] Firme es su pensamiento y armonioso, como las líneas de su cráneo. Su palabra es sedosa, como la de la energía constante, y de una elegancia artística que le viene de su esmerado ajuste con la idea cauta y sobria. […] No deja frase rota, ni usa voz impura,… Con el pensamiento la servirá, más aún que con el valor. Le son naturales el vigor y la grandeza. […]”.
En el año del aniversario 175 del natalicio del Titán de Bronce lo recordamos como el hombre de acción y pensamiento, consciente de la importancia de la unidad de los cubanos para el éxito de la obra revolucionaria.
En 1888 Antonio Maceo informa a José Martí de su disposición a contribuir a la “guerra necesaria” que empezaría en 1895. En una carta enviada a Máximo Gómez el 19 de diciembre de 1884, lanza un llamado a la unión de todas las fuerzas patrióticas:
“(…) hoy como ayer pienso que debemos los cubanos todos, sin distinciones sociales de ningún género, deponer ante el altar de la patria esclava y cada día más infortunada, nuestras disensiones todas y cuantos gérmenes de discordia hayan podido malévolamente sembrar en nuestros corazones los enemigos de nuestra noble causa”.
A partir de este pensamiento de Maceo, Martí resulta impresionado por su inteligencia y expresa un criterio sobre él que ha trascendido los tiempos:
“Y hay que poner asunto a lo que dice, porque Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo. […] Firme es su pensamiento y armonioso, como las líneas de su cráneo. Su palabra es sedosa, como la de la energía constante, y de una elegancia artística que le viene de su esmerado ajuste con la idea cauta y sobria. […] No deja frase rota, ni usa voz impura,… Con el pensamiento la servirá, más aún que con el valor. Le son naturales el vigor y la grandeza. […]”.
Esta valoración de Martí fue publicada en el Periódico Patria, fundado por él en la ciudad de Nueva York. En ella se denota como el Apóstol supo calibrar la profundidad del razonamiento de Maceo y lo caracteriza como líder militar, pensador, y hombre culto. La frase en si enmarca varias aristas de la naturaleza del Titán de Bronce. Primeramente habla de su fortaleza y firmeza de pensamiento y la compara con la física, aspecto del que ya muchas personas daban fe, y que pudiera parecer que era su único o más alto atributo.
El líder del Partido Revolucionario, hombre de pensamiento y con grandes cualidades organizativas y de convencimiento, pudo constatar que el jefe militar se había dado cuenta de la necesidad de anteponer la patria a los intereses personales, individuales además, los cuales deberían quedar en planos secundarios y que se debían aunar los esfuerzos en función de la revolución, si se pretendía que esta tuviera éxito. En efecto, todo parece indicar que los principales errores cometidos durante la guerra de los 10 años, en relación a la unida y la homogeneidad de criterios y acciones en función de un objetivo común, estaban siendo develados en estas pocas palabras. Nadie mejor que el General Antonio para reflexionar sobre este tópico, cuando fue precisamente él el promotor de la Protesta de Baragua, acción dignificante para los Mambises después de 10 años de lucha independentista y de emancipación.
En otros documentos históricos también se ve reflejado su criterio en pos de la unidad necesaria, como por ejemplo la carta que envía al General en jefe Máximo Gómez el 9 de mayo de 1896 donde escribe "No me cansaré de repetir que de la actividad de todos, depende el éxito de la obra revolucionaria”.
Tantos años han transcurrido, y el pensamiento de Maceo tiene una actualidad sin límites, toda vez que nuestro presidente actual Miguel Díaz Canel ha llamado a todos los cubanos a pensar juntos como país, a la hora de tomar decisiones y de comportarnos como ciudadanos responsables. La situación de Cuba frente a las campañas difamatorias y de extorción de nuestro principal enemigo, la necesidad de desarrollarnos con nuestros propios esfuerzos y recursos, y puntualmente en este momento en la lucha contra la Pandemia de la Covid-19, son algunos de los aspectos que reclaman este comportamiento que ya desde el siglo antepasado este patriota había declarado como necesario para el futuro de nuestro país.
Sobre este aspecto intelectual que caracteriza a Antonio Maceo, también podemos percatarnos de su inteligencia como estratega militar, pues no solo tenía dotes de mando, sino también capacidad intelectual tanto para organizar un combate como una campaña. La magnitud de la que protagonizó junto al Generalísimo Máximo Gómez desde Oriente hasta Occidente, es uno de los ejemplos más conocido por todos. Y con esta acción estratégica nos encontramos ante un razonamiento tan lógico, que en la etapa insurreccional dirigida por el comandante En Jefe Fidel Castro fue necesario reproducirla para terminar de asestarle a la dictadura de Fulgencio Batista el “puntillazo final”, Cuestión esta que resulto exitosa para la revolución. Otros éxitos militares a través de la vida de Maceo, también avalan este criterio.
Como pensador no podemos dejar de mencionar otro aspecto en el cual se expresó, en su tiempo, con una profunda visión futurista. Se trata de su convicción antiimperialista y concretamente la percepción que tenía del riesgo que representaban los Estados Unidos, como potencia imperialista emergente, para el futuro de una Cuba libre e independiente. No nos es ajeno el carácter antiimperialista de la revolución cubana. Tampoco desconocemos quienes estuvieron detrás de los gobiernos títeres de la república mediatizada, y quienes han estado todos estos años de revolución detrás de cada una de las acciones políticas, militares, de inteligencia, diplomáticas, etc. Dedicadas a intentar desmoronar la revolución; Los Estados Unidos de América.
Realmente Martí emitió un criterio muy acertado acerca de las cualidades de Maceo como hombre de acción pero también de pensamiento. Muchas personas de su tiempo y hasta del nuestro, solamente han podido percatarse del físico del general, de su fortaleza en este sentido y de sus dotes de mando como militar, llegando incluso a referirse a él como un hombre sin cultura. Cuando analizamos a profundidad, nos percatamos de su verdadera naturaleza, precisamente sobre su cultura nos habla Martí en la referida frase
Un hombre que habla pausadamente, expresando con claridad sus ideas de forma coherente y armoniosa, nos hace pensar en la cultura que posee esa persona.
Se conoce que a pesar de no poder cursar estudios por su ascendencia africana, sus padres se ocuparon de su educación y la de los demás hijos, le ofrecieron cursos privados, después de las jornadas de trabajo agrícola en la propiedad de Las Delicias. Le inculcaron los valores morales y patrióticos que lo seguirían toda su vida. Su padrino de nacimiento y matrimonio el Lic. Asensio de Asensio, lo ayudó a integrarse en algunos círculos sociales, particularmente en la Logia Oriente, entonces reservados a la gente acaudalada lo cual también tributó a su cultura general.
El Dr. Eusebio Leal, historiador de La Habana refirió acerca de él……“Ensimismado en las lecturas de los grandes poetas y literatos de su tiempo, Maceo adquirió la cultura que no entregaba ni la universidad ni la escuela, sino la propia voluntad. Además de la prensa, eran sus lecturas favoritas las obras de Víctor Hugo, los poetas cubanos, sobre todo José María Heredia, que tanto le impresionaba creía en la necesidad de la cultura y la información para poder mandar y dirigir”……….
Sirvan estas líneas para rendir homenaje al Mayor General Antonio Maceo Grajales, quien arribó el pasado 14 de junio al aniversario 175 de su natalicio, hombre intachable, revolucionario cabal, patriota incansable.
Anexo 1
Fragmento de artículo "Antonio Maceo" escrito por José Martí el 6 de octubre de 1893, ubicado en Sala 4, Panel 14 del Museo Casa Natal Antonio Maceo de Santiago de Cuba.
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