El pasado 13 de agosto, aniversario 94 del natalicio del Líder Histórico de la Revolución Cubana, tuvo lugar la presentación del libro Fidel en el Sur Avileño del historiador e investigador José Martín Suárez Alvarez.
Numeroso público se dio cita en el Museo Provincial coronel Simón Reyes Hernández, momento en que el autor expresó que constituía un sencillo homenaje a la vida y obra del Comandante en Jefe, con el objetivo de conservar en la memoria histórica las visitas que realizara al actual municipio de Venezuela y que lo motivó a escribirlo el desconocimiento que sobre tales acontecimientos muestran las nuevas generaciones e incluso muchas personas que rebasan tales límites de edad, según pudo comprobar en los trabajos investigativos de campo.
Significativa fue también la presencia de la compañera Miriam Rojas Pardo, quien recibiera el 9 de abril de 1966, cuando se desempeñaba como guía de los pioneros de la escuela Senén Mariño de Jagüeyal, un pañuelo firmado por Fidel que conserva con celo y amor y visiblemente emocionada narró detalles de aquel momento inolvidable para ella y exhibió a los presentes la reliquia histórica.
De forma sintética, se abordan en el libro las cuatro visitas del Comandante, momentos imperecederos donde se aprecia su vinculación con las masas, su constante preocupación y ocupación por el mejoramiento del nivel de vida del pueblo y los trabajadores.
Se destacan dos momentos trascendentales: la inauguración de la Comunidad Manuel Sanguily el 11 de septiembre de 1960, primera en edificarse en la antigua provincia de Camagüey para dar cumplimiento a lo prometido en El Programa del Moncada y su visita al centro de acopio Imías, ubicado en el poblado de Jagüeyal, también primero en instalarse en la señalada provincia y que revolucionaba el proceso de la cosecha cañera en Cuba. En un sitio cercano se reunió con los macheteros y pudo comprobar, en diálogo franco y abierto con ellos, las bondades del nuevo sistema tecnológico que revolucionaría la cosecha cañera en Cuba, experiencia que comenzó a generalizarse en el país con vistas al plan perspectivo azucarero hasta 1970.
Significó el autor que Fidel, erguido entre tupidos cañaverales, tan verdes como su legendario uniforme, miró con optimismo al futuro con una calidad insuperable de trabajo práctico inmediato, combinación a la que en buena parte se debe el por qué de su estatura política como líder y estadista revolucionario; o el inmenso cariño que por él y sus previsoras ideas, siempre materializadas con actos, sintieron y sienten los hombres que un día José Martí llamara « (…) los mejores entre nosotros: los obreros.»
Antes del inicio de la presentación a la que asistieron además dirigentes del Partido, Gobierno e instituciones, miembros de la UNEAC, de la UNIHC y público en general, los presentes disfrutaron de la excelente actuación de niños de la Casa de la decima Raúl Rondón, los que deleitaron con música campesina y sentidas improvisaciones dedicadas a Fidel en su nuevo cumpleaños.
Al finalizar el público desfiló por la sala transitoria del Museo donde se exhiben obsequios que fueron otorgados al Jefe de la Revolución en sus visitas a diversos países del mundo e incluso de provincias de Cuba, incluida la de Ciego de Ávila, valioso tesoro patrimonial enviado por la Oficina del Historiador de la Habana a través del inolvidable Eusebio Leal Spengler con el único objetivo, según deseo expreso de Fidel, de servir a la educación y la cultura del pueblo y no para resaltar su figura.
Fue una memorable jornada de homenaje al revolucionario que fue, más que «soñador de realidades, realizador de sueños.»
24 de Agosto de 2020 a las 11:27
Una hermosa forma de recordar la presencia del Comandante. En todos los lugares que visitó su presencia fue significativa, su historia trasciende en anecdotas, en genraciones que compartieron su mismo tiempo; y es importante dar a conocer esa memoria reciente de la patria. #FidelPorSiempre
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