Cuba es una nación con un vasto patrimonio musical que trasciende por su riqueza expresiva y sonora. La rumba, el punto guajiro, el son, el danzón y el changüí, constituyen expresiones músico-danzarias declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación Cubana, siendo las dos primeras manifestaciones inscritas en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Además, los instrumentos musicales: tres y órgano oriental también figuran como patrimonio cultural de la nación, por lo que son ejemplos del acervo organológico del país.
La categoría de Patrimonio Cultural de la Nación se implementa en Cuba en el año 2007 a raíz de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial celebrada en el 2003 en París, sede de la UNESCO, de la cual Cuba forma parte como estado miembro. Las directrices operativas de dicha Convención, devenida en manual de procedimientos metodológicos, establece en el Capítulo 1 en el acápite 1.5 sobre la elaboración de expedientes multinacionales: se alienta a los Estados Partes a presentar conjuntamente candidaturas multinacionales a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, cuando un elemento se encuentre en el territorio de varios Estados Partes. Cuando dos o más países comparten una misma manifestación, quiere decir que han desarrollado a través del tiempo y la historia el elemento, puesto que se ha asumido por lo que representa para esas naciones y porque las comunidades e individuos de estas se han identificado con dicha manifestación.
El bolero es un género nacido en Cuba durante la segunda mitad del siglo XIX que forma parte del llamado complejo de la canción, que trascendió las fronteras del país especialmente en México, donde fue acogido como resultado de los sistemáticos intercambios sociomusicales entre ambos países, donde los artistas cubanos y mexicanos realizaban aportes interpretativos y compositivos al género. Mientras que el bolero cubano se fusionaba con otras variantes genéricas como el son y el cha cha chá, el bolero en México adoptó características propias al combinarse con estilos del país como la ranchera.
Tales vínculos propiciaron la decisión de realizar un expediente conjunto entre ambas naciones con el propósito de incluir el bolero en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, ya que, previamente estaba declarado patrimonio en ambas naciones. Este proceso de candidatura pretende visibilizar los valores del bolero como PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL y destacar los elementos que contribuyen a la cohesión colectiva, mediante su práctica en comunidades, grupos e individuos portadores. A través de estas acciones, se generan procesos de reconocimiento desde la cooperación de las comunidades existentes en ambos países. Se favorece la riqueza de estilos y variantes del bolero para desatacarlo, no sólo desde su impacto lucrativo y comercial, que empobrece su potencial, sino en la gran dimensión cultural. Genera nuevos espacios de promulgación y diálogo que involucra a intérpretes, músicos, compositores y transmisores de diferentes grupos de edades.
La aspiración de que el bolero sea inscrito en la Lista Representativa de la Unesco, es un deseo manifiesto entre los portadores de la manifestación, instituciones culturales y ONG de los dos países hermanos, quienes validan la candidatura binacional y se comprometen a su salvaguardia, mediante el trabajo conjunto con esta manifestación que forma parte del patrimonio vivo de ambas naciones.
Varias son las instituciones que han contribuido al proceso de candidatura en ambos países. Cuba reconoce el trabajo del El Instituto de Fomento del Bolero en México y los excelentes portadores de la manifestación bolerística en este país, así como también estamos conscientes de la existencia en otras partes del mundo, razón por la cual siempre estamos abiertos al diálogo y cooperación desde el respeto a la diversidad cultural.
Sin dudas, constituye un logro y una nueva experiencia para Cuba, la elaboración y presentación de este expediente ante la UNESCO, que confirma y reafirma la multiplicidad y heterogeneidad de la música cubana y su impacto mundial.
Deje un comentario