Tú lo dijiste Guevara, lo dijiste hace casi cincuenta y nueve años. Dijiste que es muy difícil resolver los problemas actuales de nuestro continente y del mundo en general. Te escuchamos, leímos tus palabras dirigidas al pueblo argentino, las volvemos a leer cincuenta y nueve años después y, ¿sabes? todavía no somos capaces, desgraciadamente es así.
Todavía las rencillas personales, las divisiones internas acaban con la fuerza del movimiento revolucionario.
Todavía hoy, tantos años después, no somos capaces de unir nuestras fuerzas, de darnos cuenta de la fuerza que realmente tienen, de usar esa fuerza para cambiar la realidad.
Sí, nos movemos, hay actividad, es cierto, es cierto, hay pueblos y hay movimientos sociales; podría hablarte del movimiento sin tierra en Brasil, por ejemplo; podría hablarte de los movimientos revolucionarios que han existido a lo largo de estos cincuenta y nueve años en nuestro continente. Podría hablarte de un Chile que llegó al poder, que logró cambios importantes pero, nuevamente, el imperio fue más fuerte q nosotros: derrotó a nuestra gente. Podría contarte muchas cosas que han pasado en estos años. Yo crecí viendo lo que pasaba a mi alrededor desde esta islita del Caribe que tampoco es ajena a esos movimientos y a esos conflictos, que también tiene problemas pero que mantiene esa sociedad socialista aún con todas las presiones del enemigo tan poderoso que vive a noventa millas de nosotros. Sí, tenemos problemas, muchos problemas, pero no nos rendimos y no nos rendimos porque aprendimos que la unidad del pueblo es fundamental para seguir adelante y tenemos esa unidad.
Desgraciadamente, otros pueblos de nuestro continente han visto la luz, han podido hacer cambios importantes pero, de una u otra forma, se han diluido. Se han perdido. Sin embargo resiste Venezuela, la Venezuela de Chávez, la Venezuela de Maduro, todavía hoy resiste a pesar de un bloqueo inmenso, de presiones extraordinarias por todas partes del mundo. El pueblo se ha dado cuenta que sí se puede y sigue adelante.
Hablemos de nuestra Argentina, tu Argentina, tu pueblo, ese pueblo que aprendí a conocer a través de movimientos como "Un mundo mejor es posible", que me permitió conocer desde adentro la tierra que te dió la vida, que me permitió estar con mapuches, con guaraníes, con hombres y mujeres lindísimos que hay en ese pueblo, algunos de ellos formados como médicos en esta islita del Caribe; pero otros que se han formado y se han creado como seres humanos extraordinarios allí dentro de tu propia tierra.
Tengo el placer de trabajar con un grupo de hombres y mujeres extraordinarios, podría contarte miles de anécdotas que he vivido con ellos, pero sigue sin ser suficiente. Nos quedamos siempre atrás, el enemigo logra vencernos, rompe nuestra unidad, utiliza la mentira, el engaño para dividirnos y desgraciadamente nosotros caemos en esas manipulaciones. Da pena, da tristeza porque sabes que en tu tierra desaparecieron treinta mil jóvenes: hombres y mujeres fueron desaparecidos porque representaban lo mejor de la sociedad, lo más limpio, lo más puro y por eso los desaparecieron. Y esos hombres y mujeres parieron a sus propias madres y crearon un movimiento social muy importante que son las Madres de Plaza de Mayo. Pero, fíjate, también ese movimiento se divide.
Estuve con trabajadores que llegaron a tomar las fábricas que fueron desahuciadas por el capitalismo. Esos obreros tomaron el poder, tomaron el control e hicieron funcionar sus fábricas, pero el movimiento se dividió, perdieron fuerza y se diluyó.
Es trágico, este problema que vivimos cuando no nos damos cuenta que solamente en la unidad del pueblo está realmente la fuerza, la fuerza que tenemos que usar para poder cambiar esa realidad, para poder hacer realidad está carta de hace cincuenta y nueve años.
Sí, hay que seguir trabajando, no podemos ser vencidos y aunque uno solo de nosotros levante la voz, tendrá que ser suficiente para comenzar nuevamente el camino. Hay que continuar la marcha, no hay otra. Hay que buscar un mundo mejor. Esta pandemia que hemos vivido en los últimos años lo demuestra: solamente un sistema justo socialmente, que hable del ser humano, que sostenga la naturaleza, que la proteja, tiene posibilidades en el futuro pero tenemos que buscar la fuerza, el respeto entre todos nosotros y la unidad suficiente para poder avanzar, para seguir al frente.
Sí, papá, todavía falta mucho por hacer, pero seguimos en combate.
¡Hasta la Victoria Siempre!
1 de Junio de 2021 a las 09:14
Sabias sus palabras, la admiro mucho
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