Más allá de lo merecido del gesto que, como se expresó, vino a saldar una vieja deuda de Casa de las Américas con la cineasta estadounidense Estela Bravo, la entrega de la Medalla Haydee Santamaría a la octogenaria documentalista el pasado 4 de julio contuvo, además de emotividad, una fuerte carga simbólica, al colocarse sobre el pecho de la homenajeada la imagen de una mujer que, como ella, puso todo su empeño en la integración del continente americano a partir de los vínculos culturales.
La fecha del Día de la Independencia de los Estados Unidos de América, tampoco fue fortuita. Coincidió con la de la primera acción pública que realizara Casa de las Américas hace 60 años, bajo la presidencia de su fundadora, la Heroína del Moncada, quien aprobó para tan significativa oportunidad la actuación de dos artistas de la nación norteña: el barítono William Warfield y el pianista David Garvey, muy reconocidos por aquel entonces en el panorama musical de ese país.
Deslindar entre los genuinos valores y cultura de un pueblo, y la prepotencia y sin razón de sus gobernantes, ha sido uno de los principios sostenidos por la institución y una de las fortalezas que le han permitido arribar a las seis décadas de existencia con el vigor de los primeros tiempos y un prestigio acrecentado.
Lo consecuente de la labor de Casa de las Américas en su propósito de brindar cobija y espacio para el diálogo a los creadores e intelectuales de esta parte del mundo, es un hecho inobjetable que cobra expresión en el programa conmemorativo por este nuevo aniversario, no solo con la justa entrega de la alta distinción a un grupo de personalidades, entre ellas la destacada documentalista.
De manos del ministro de cultura, Alpidio Alonso, recibió la condecoración Haydée Santamaría la realizadora audiovisual estadounidense Estela Bravo, en acto celebrado este 4 de julio en la sala Che Guevara de la Casa de las Américas.
Aparece dentro de él la celebración del 15 al 17 de octubre próximo del V Coloquio Internacional sobre Latinos en los Estados Unidos, el cual necesariamente dedicará uno de sus segmentos a analizar la situación que atraviesan en estos momentos los emigrantes, ante el endurecimiento de las políticas que en su contra viene adoptando Washington.
El arribo este año de la Revista Conjunto a los diez lustros de ininterrumpidas publicaciones, en pos de promover lo más valioso y, en ocasiones, menos difundido de la escena latinoamericana; enrumbará las miradas hacia esta expresión del arte, dentro de los festejos por el aniversario 60 de la Casa…
Exposiciones con obras de artistas argentinos y del arte popular del continente, en particular el huichol, también han sido pensadas para el cumpleaños de la sexagenaria institución; asimismo celebrado en distintas partes de esta América nuestra.
En el primer semestre de 2019 varias universidades y Ferias del Libro de la región dedicaron espacio para la reflexión sobre la trascendencia de la labor que ha venido desplegando; en tanto que otras prevén sumárseles antes de que concluya el año.
Sobresale entre ellas el evento que organiza para el mes de diciembre la estadounidense Universidad de Yale, al que se han unido otros centros de altos estudios de ese país que sostienen intercambios académicos con la institución cubana desde hace más de dos décadas.
Esencialmente martiana, como su fundadora, Casa de las Américas ha sido en verdad el hogar del arte y la cultura de los pueblos de esta parte del mundo; la depositaria de las obras de muchos de sus creadores perseguidos en tiempos de dictadura; aliento para la resistencia.
La historia de profesionalismo y solidaridad que ha acumulado en estos 60 años la convierten en patrimonio de Latinoamérica; en un símbolo perfectamente representado en el relieve de esa Medalla con la que, al honrar, también se enaltece.
Deje un comentario