Muere el 5 de marzo multifacético artista Edesio Alejandro.

Se extrañará al músico, compositor, productor musical y singular creador de bandas sonoras, que con su pelo largo y vestuario blanco en los últimos años, constituyó un referente dentro de la cultura de esta Isla: Edesio Alejandro, de los pocos que llegó a cautivar a diferentes públicos desde la base de una experimentación sonora-cultural que, definitivamente, trascenderá a su época.

En algún momento nos refirió que su música era la combinación del sonido del barrio y los conocimientos atesorados de la Academia. Y así se le vio experimentar con la música electroacústica, regodearse en los sonidos más auténticos de la trova” y dejar la huella en temas de presentación de telenovelas cubanas que mucho se recuerdan por esa voz ronca que, unida al sonido del grupo Moncada, dijo cuan veraz es la idea de vivir cuando Hoy es siempre todavía.

La banda sonora del ya clásico cinematográfico Clandestinos ganó la lectura personal del creador de los hechos vividos en la Cuba de los 50. De hecho la música se convirtió en un personaje más dentro de la trama. Sus incidentales, perfectamente convenidos con las características de las historias vividas, inciden poderosamente en que el filme sea un hecho artístico de tamaña estatura.

De reconocida sencillez, Edesio además de gestar una carrera propia destacable desde los medios masivos de comunicación dejó un legado de enseñanza sobre la base del respecto a las raíces. Por eso al verle cantar junto a Adriano sobresalía ese necesario compromiso por preservar los haceres de generaciones aun desconocidas por los jóvenes que llegan a la escena cultural. Él logró al interpretar El reloj de Pastora, por ejemplo, detener el tiempo en una contemporaneidad sonora reconocible en Cuba y allende los mares.

En este instante se le recuerda como jurado del concurso de composición e interpretación Adolfo Guzmán de 2019, junto a los Premios Nacionales de la Música Beatriz Márquez y Adalberto Álvarez, el cantautor Israel Rojas y la musicóloga e investigadora Yianela Pñerez. En este concurso que durante semanas atrapó la atención del televidente, fue una de las más claras oportunidades que tuvo de regalar pequeñas conferencias en cada consejo al concursante. Para la ocasión Edesio privilegió el acto de la canción como un acto de vivencia mayor, al ser dicha e interpretada más allá de las condiciones vocales las que, por supuesto, son de incuestionable importancia a la hora de emitir un criterio.

Con Edesio Alejandro hoy la música cubana pierde a un universal del pentagrama de casa, que no se contentó con convertirse en alguien reconocido dentro de diferentes mercados de escucha; también hurgó en las definiciones más auténticas en pos de lograr un sonido singular y distintivo para los diferentes públicos.

Gracias a Edesio por esa particular manera de articular anécdotas cuyas enseñanzas todas se dirigían al buen ser humano que ha de estar detrás de cada proyecto de invención. Gracias por ese buen gusto a la hora de elevar las raíces más populares y refrendar eso que damos decimos a gritos, identidad, incluso, a veces sin saber a ciencias ciertas qué es y qué significa.

Llegue a tu hijo e inseparable esposa, compañera de sueños, aventuras y afanes por vivir plenamente a pesar de las adversidades, todo el sentimiento de un pueblo que bailó, aun sin multitudes, el Blen Blen, y vivió a través de la banda sonora de Suite Habana lo vulnerable de la existencia y la necesidad de asirse al menor empeño para poder salir adelante, como lo demostraste tú, héroe de la vida, a quien hoy despedimos con un “Hasta siempre”.