Teoría y praxis museológica desde la OHCH


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Cuaderno de Bitácora, Portada. Oficina del Historiador de La Ciudad, La Habana, 2012.

El Blog Cubarte publica temas de la clase Historia del coleccionismo y los museos de la Facultad de Artes de la Conservación del Patrimonio Cultural de la Universidad de las Artes (ISA).

En el artículo anterior se subrayó la necesidad de entender el origen y desarrollo del coleccionismo y los museos en La Habana Vieja en estrechos vínculos con la defensa del patrimonio cultural en el territorio durante el primer cuarto del siglo XX, proceso que encuentra en la Oficina del Historiador de la Ciudad, fundada por Emilio Roig, una de sus más importantes protagonistas. El sistema institucional de carácter municipal resulta expresión de esos años, de “la necesidad y el deseo que existen en toda la nación de defender y robustecer la personalidad y autonomía municipales” (1). Peculiaridad no solo de Cuba, sino también los países latinoamericanos y europeos.

La teoría de la intermunicipalidad propuesta por Roy de Lugo Viña manifiesta en el Segundo Congreso Nacional de Municipios, entre los días 10 y 12 de septiembre de 1928 en La Habana, resulta vital para entender uno de los principios legados por Roig a la estrategia del manejo y gestión del patrimonio cultural en La Habana Vieja: el carácter participativo de la población. En su intervención, bajo el título “La cultura cívica”, se refiere el historiador a los alcaldes y concejales y los califica como “los que por su inmediato contacto con el pueblo mejor deben conocer los problemas de su localidad”, y concluye: “La voz, pues, de alcaldes y concejales hay que considerarla como la voz popular por antonomasia”. (2)

Hasta 1959 contó Cuba con comisiones nacionales de declaratorias de protección para sus bienes patrimoniales, organismo que tendrá continuidad en la creación de la Comisión Nacional de Monumentos por resolución del entonces Consejo Nacional de Cultura en 1963 (3). En el Cuaderno de Bitácora, publicación homenaje por el XXX Aniversario de la Inclusión de La Habana Vieja y su Sistema de Fortificaciones en la Lista del Patrimonio Mundial, Eusebio Leal apunta:

Resulta fundamental recordar ahora que aquella Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, fundada en 1938 por el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring, era un despacho autónomo del Gobierno de la ciudad, que sobrevivió en medio de los avatares, por la salvaguarda del patrimonio cultural de la capital, y de la nación, en un escenario verdaderamente hostil. (4)

A la declaratoria del Centro Histórico de La Habana como Monumento Nacional en 1978 le acompañó la designación de la Oficina del Historiador de la Ciudad por la más alta autoridad del país, como coordinadora en el estudios y proyección hacia la rehabilitación del patrimonio edificado en las labores de salvaguarda a partir de 1981, posición se afianzó con la inscripción de La Habana Vieja y su sistema de fortificaciones en la Lista del Patrimonio Mundial el 14 de diciembre de 1982, a la que acompañó, en 1083, el reconocimiento y apoyo financiero internacional a la obra de la Oficina el lanzamiento de una campaña internacional para la salvaguarda de la Plaza Vieja por parte del director general de la UNESCO y, en 1992, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional, fue creada la Escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos, con el objetivo de formar jóvenes en oficios tradicionales.

Podría plantearse que hasta este momento La Habana Vieja sostuvo estrecha interrelación con el área que atendía el Patrimonio Cultural dentro del Ministerio de Cultura, al que respondió dando cumplimiento a la Ley no. 1 y el Decreto 118/83; la Ley no. 2 y el Decreto 55 y la Resolución no. 3/89 que declaraba todos los bienes que se encuentran en las colecciones de los museos de la red nacional como parte del Patrimonio Cultural de la Nación.

En 1993, cuando el período especial auguraba detener el proyecto de rehabilitación de La Habana Vieja. El Decreto Ley no. 143 “Sobre la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana”, dictado por el Consejo de Estado de la República de Cuba el 30 de octubre de 1993, otorgó a la Oficina del Historiador autonomía de gestión y decisión para la restauración. En este documento, mediante el artículo 6, inciso a y ch:

[…] se establece que la Oficina del Historiador de la Ciudad tendrá como funciones principales preservar la memoria material y espiritual de la capital de la República, divulgándola y honrándola por todos los medios de difusión naturales y técnicos científicos y fiscalizar las actividades que, con relación a los bienes que integran la zona priorizada para la conservación, lleven a cabo las entidades enclavadas en este. (5)

A partir de entonces se implementó en La Habana Vieja “un modelo sostenible de restauración, preservación y recreación cultural que desbordó el patrimonio construido, para abarcar la mejora de vida de sus habitantes y el uso social del legado cultural. Destáquese en ese enunciado la recreación cultural, porque a ello responderá un sistema de instituciones que podrá en valor de uso el legado cultural, entre las que estarán los museos.

El modelo de gestión adoptado, refiere el Cuaderno de Bitácora, requirió una estructura institucional capaz de garantizar la integralidad del proceso y la articulación entre los diferentes actores, y en relación con la museología cita: “Se fortalecieron entidades existentes, vinculadas a la gestión museográfica y la restauración de bienes muebles e inmuebles” Pero sería a partir de 1994, con la creación de la oficina del Plan Maestro, que se define la política de desarrollo local, “con énfasis en el desarrollo urbano, y especialmente, en la dimensión cultural, medioambiental y socioeconómica”.

Cuaderno de Bitácora. Oficina del Historiador de La Ciudad, La Habana, 2012.

A partir de entonces La Habana Vieja devino espacio de debate y reflexión en la rehabilitación de centros históricos. Eventos como los Encuentros Internacionales de Manejo y Gestión de Centros Históricos, citas que colocan en el centro de discusión las problemáticas generadas por cada tiempo histórico concreto trajeron consigo significativos aportes en tanto al tiempo que La Habana reafirmaba sus iniciativas, delegados y conferencistas especializados en la recuperación de Centros Históricos en contextos similares o diferentes al de La Habana, declaraban sus experiencias, como Sylvio Mutal o Mónica Moreira.

Sylvio Mutal, de Estambul, Turquía, quien se desempeña como Consultor Internacional en Patrimonio y Desarrollo Humano Sostenible y Gestión y Manejo de Ciudades Históricas resaltaba en una de las citas organizadas por el Plan Maestro la inversión de “millones de dólares” obtenidos mediante proyectos turísticos inmobiliarios, de hotelería “en adaptaciones de edificios y monumentos históricos como oficinas, hoteles y servicios turísticos, museos o auditorios” (6); al tiempo que comentaba:

Lo que distingue a La Habana de otras experiencias similares es que la autoridad central ha sabido procurarse fondos conjuntos privados y públicos mediante actividades turísticas y sus servicios asociados. Esta capacidad de “dolarización” de algunos servicios y la reinversión de los ingresos en la restauración llevada a cabo por la OHC, es digna de felicitación al igual que las experiencias de reutilización adaptadas y los proyectos de desarrollo social y económico sostenible. (7)

Patricia Rodríguez Alomá, Directora del Plan Maestro para la Rehabilitación Integral de La Habana Vieja, anunciaba en una ocasión: “Se puede afirmar que La Habana Vieja es un laboratorio donde se ensaya una nueva visión del manejo de áreas antiguas” (8), mientras Mónica Moreira, Consultora para varios Planes de Centros Históricos en Ecuador y Bolivia, consideraba: “independientemente de los distintos puntos de partida para analizar y gestionar estas áreas se trabaja con el ideal de un Centro Histórico que, además de conservado, sea vivo, tradicional, simbólico, sustentable, accesible, habitable y habitado”. (9)

El desarrollo del sistema institucional en el ámbito cultural, y dentro de ellos, la red de museos de La Habana Vieja, estuvo marcado por esa experimentación. En el texto Una experiencia singular, valoraciones sobre el modelo de gestión integral de La Habana Vieja, patrimonio Cultural de la Humanidad, publicación conjunta entre la UNESCO y la Oficina del Historiador de la Ciudad en el 2006, se dedica un acápite a la recuperación socioeconómica y sociocultural destacando la combinación de “la recuperación física, social y económica del Centro histórico, cuyo eje transversal de desarrollo es la cultura” (10), tesis que explica la estrategia de conservar los valores patrimoniales tangibles e intangibles junto a las características tipológicas de la arquitectura y la heterogeneidad funcional y social de La Habana Vieja; una especie de sendero que condujo a rescatar el carácter poli funcional que distinguió históricamente a La Habana Vieja, ahora, mediante la concentración de ofertas culturales, un lugar idóneo para el auge de la actividad turística.

Cuando en 1995 se crea el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, adscripto al Ministerio de Cultura, La Habana Vieja había recorrido un camino en el que la praxis dialogaba con los horizontes culturales en auge en el universo del patrimonio cultural y dentro de ellos, desde la experiencia local, instrumentaba todo lo relacionado con los bienes muebles. Tener en cuenta las coordenadas específicas que rige la museología en La Habana Vieja, bajo la dirección de la Oficina del Historiador de la Ciudad, es atender a los postulados de Henri Riviére cuando en 1981 indica:

La museología es una ciencia aplicada, la ciencia del museo. Estudia su historia y su rol social en la sociedad; las formas específicas de investigación y de conservación física, de presentación, de animación y discusión; de organización y de funcionamiento; de arquitectura nueva o musealizada; los sitios recibidos o elegidos; la tipología, la deontología. (11)

Al amparo del Decreto Ley no. 143, la Oficina del Historiador de la Ciudad se dio a la tarea de organizar un sistema propio que permitiera conocer y controlar los bienes museables “de manera inteligente y responsable” declarando como concepto de la institución museal:

Los museos son instituciones depositarias de colecciones de valor cimero, por sí o por su significado trascendental, para la humanidad, el país, la región o la comunidad. Por tal razón se inscriben en el patrimonio de la nación, que les encomienda la responsabilidad de captar bienes tangibles para el enriquecimiento del testimonio cultural atesorado, y la de custodiarlos, preservarlos, estudiarlos, exponerlos y explicarlos, con el fin de posibilitar la comprensión y el disfrute de este patrimonio. (12)

Como resultado, la Dirección de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador implementó un sistema documental y digital y control de bienes museales con su metodología, reglamentos, planillas y modelos correspondientes, sistema que tras ser aplicado durante 10 años en el Museo de La Ciudad y su red de instalaciones museables de manera satisfactoria, fue sometido a la crítica del Viceministro de Cultura que atiende el patrimonio, los vicepresidente del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural que atienden el Registro Nacional de Bienes Culturales y la Economía, su jefe de Seguridad y Protección, otros representantes del mismo Consejo Nacional y, de la Aduana de la República de Cuba y del Ministerio del Interior.

Con la aprobación del sistema de documentación y control de bienes museales, los museos de La Habana Vieja contaron con un Sistema de Registro y Control de bienes Museales para su puesta en vigor en todas las dependencias de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana mediante resolución no. 3 del 2006. (13)

En dicho documento constituye un pilar importante, además del ya enunciado concepto de museo, la dualidad de patrimonio material e inmaterial en los bienes muebles, criterio que marcará la relación pasado-presente en la gestión del patrimonio cultural de la Habana Vieja. Refiere el citado folleto en su primera página:

Generalmente los bienes tangibles requieren de información y aspectos intangibles para que se comprenda su valor. Los bienes intangibles, por su parte, requieren de expresiones contemporáneas, materiales o no, para hacerlos comprensibles. La exposición y explicación del patrimonio resulta, pues, una actividad cultural compleja, cuyo éxito depende del satisfactorio cumplimiento de cada una de las tareas y, en consecuencia, del nivel de comprensión y participación del público en ella. (14)

Obsérvese que, para la Dirección del Patrimonio Cultural, la socialización solo es medible a partir del consumo cultural que de la actividad haga el público participante.

¿Qué distingue el Sistema de Registro y Control de Bienes Museales aprobado en el año 2006? Primero, a partir de contar con un único centro de adquisición de bienes muebles, el Museo de La Ciudad, los fondos de las instituciones, como reza en el modelo de inventario, se inscriben únicamente en dos modalidades: permanente o en depósito. Los permanentes serían aquellos que, por adquisición, donación o traspaso indudable, se inscriben como bienes pertenecientes al museo. En el caso del depósito, se refiere a bienes depositados por un tiempo límite o indefinidamente bajo la custodia del museo, pero cuyo propietario determina el uso que se le puede dar.

Otro rasgo que caracteriza a la museología en La Habana Vieja es la existencia de un Gabinete de Restauración y Conservación como centro en el que se reúne el personal especializado en esa actividad y, del mismo modo, la concentración de diseñadores y arquitectos en acción de la museografía desde el Plan Maestro. La integración de los museos a un proyecto sociocultural en función de la gestión patrimonial del Centro Histórico demanda de su personal un trabajo de mayor interrelación y dinamismo.

Eusebio Leal, en el ámbito del 493 Aniversario de La Ciudad, apunta que lo más importante es la experiencia adquirida y subraya: “Inmerso en una realidad concreta, el proceso restaurador destaca precisamente por su singularidad y complejidad, por la cantidad de elementos que se ha tener en cuenta”. (15)

 

Notas:

(1) Mediante el decreto del Alcalde Raúl G. Menocal del 3 de octubre de 1944, la Comisión de Monumentos, Edificios y Lugares Históricos y Artísticos Habaneros queda proclamada Junta de Patronos del Museo de la Ciudad fundado por Emilio Roig. Apud.: Marcos Antonio Tamames Henderson: “La red de museos en aniversario. ¿Conmemoración o recapitulación? (II): Monumentos nacionales y locales”, Cubarte, La Habana, 5 de febrero de 2016.

(2) Emilio Roig: “La cultura cívica”, en Veinte años de actividades del Historiador de la ciudad de La Habana (1935-1955), vol. 1, p. 26, Oficina del Historiador de La Ciudad, Municipio de La Habana, La Habana, 1955.

(3) Martha Arjona Pérez: “Homenaje”, en Recuento, p. 87, Consejo Nacional de Patrimonio, La Habana, 2003, pp. 84-88.

(4) V.: Plan Maestro para la Rehabilitación Integral de La Habana Vieja: Cuaderno de Bitácora, p.10, Oficina del Historiador de La Ciudad, La Habana, 2012.

(5) Apud. Raida Mara Suárez Portal: Sistema de Registro y Control de bienes museales, p. 7, Oficina del Historiador de la Ciudad, La Habana Vieja, [s/a].

(6) Sylvio Mutal: “El futuro de las ciudades históricas”, p. 52, en Manejo y Gestión de Centros Históricos, Ed. Boloña, La Habana, 2006, pp.35-70.

(7) Ibídem.

(8) Patricia Rodríguez Alomá: “Modelo de gestión para el Centro Histórico de La Habana”, p. 149, en Manejo y Gestión de Centros Históricos, Ed. Boloña, La Habana, 2006, pp. 141-153. 

(9) Mónica Moreira: “La sostenibilidad económica de los centros históricos”, p. 165, en Manejo y Gestión de Centros Históricos, Ed. Boloña, La Habana, 2006, pp. 165-173.

(10) Apud., Plan Maestro: “Rehabilitación del Centro Histórico”, p. 51, Opus Habana, 10(2):50-64, La Habana, noviembre 2006 - enero 2007.

(11) André Desvallèes y Francois Mairesse: ¿Qué es la museología?, http://www.icom.museum/profesional-standards/key-concepts-of-museoloegy/ acceso, 23 de julio de 2015. 

(12) Raida Mara Suárez Portal: Sistema de Registro y Control de bienes museales, p. 5, Oficina del Historiador de la Ciudad, La Habana Vieja, [s/a].

(13) V.: Resolución 3/2006, enRaida Mara Suárez Portal: Sistema de registro y control de bienes museables, pp. 7-8, Oficina del Historiador de la Ciudad, La Habana Vieja, [s/a].

(14) Raida Mara Suárez Portal: Ob. cit., p. 5.

(15) Eusebio Leal: “Reflexiones en el 493 año de la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana”. V.: “Cuidemos lo que la Nación hace”, Programa Cultural, Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, La Habana, noviembre. 2012, p. 4.

 


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