Fotos: Cortesía del proyecto.

Un nuevo acercamiento al tema de la violencia basada en género atrapa el interés de los televidentes en las noches dominicales del canal Cubavisión. Gatos, máscaras y sombras es la más reciente serie de la reconocida directora Elena Palacios.

Visibilizar, desmitificar conceptos preestablecidos es la finalidad primera de este dramatizado que de acuerdo con opiniones de Palacios: “Es un tema necesario que, desde mi punto de vista, merece permanencia en la pantalla, a través de diferentes formas, programas, historias y amplitud de ángulos; porque las violencias son tan complejas como diversas”.

Problemática que transversaliza diferentes ámbitos de la sociedad cubana actual, cohesiona un elenco en que consagrados y noveles muestran lo cruento de ciertas realidades desde una mesura discursiva que bien le agradecemos a Palacios y al actor Roque Moreno, que se estrena en esta oportunidad en la Dirección de Casting.

“Con esta serie encontré una nueva pasión y otras herramientas como actor en el acto de ayudar a mis colegas durante la serie”. Así se expresa Moreno, a propósito de esta nueva condición profesional, un reto profesional y humano que asumió por la credibilidad que le significa tanto Elena Palacios al mando del proyecto, como la propia dinámica de las historias que se cuentan.

Lo cierto es que, en tal sentido, se aprecia un detenimiento en los diferentes matices dados muchas veces a nivel extraverbal y también en la elipsis narrativa en el acto de abordar los diferentes conflictos, con absoluta naturalidad.

Asumir la belleza en el tratamiento fotográfico, la atención a parlamentos cortos y no abordados desde la sentencia, todo lo contrario, sino enfatizando en la fluidez argumental; el cuidadoso tratamiento de las transgresiones y las relaciones tempo-espaciales se unen al atinado trabajo de la luz y el color, aun cuando a veces en pos de intensificar los momentos más desgarradores se borra la imagen de tal modo que aun con el propósito de intensificar lo dramático, se pierde un tanto, en ocasiones, el cómo de la acción, que sin morbo alguno puede ser tan importante como el qué. A pesar de ello, la sinergia entre los elementos conceptuales y formales ha logrado con bastante éxito una eficaz lectura de las historias. Conmovedoras, sí; hasta el momento, unas más logradas que otras, también; pero como resultado, hasta lo visto, destaca una alta factura de realización que cohesiona todas las narraciones.

Temáticas como las diferencias culturales, los derechos de los adultos mayores, el abuso sexual, el celo profesional en la pareja, el rechazo intrafamiliar a una mujer transgénero, el miedo a denunciar los comportamientos violentos, son algunos de los argumentos representados en esta serie compuesta por 6 historias diferentes entrelazadas en 12 capítulos. Una mujer, siquiatra por demás, que atiende desde su especialidad a las protagonistas de las historias, se convierte en hilo conductor de ese gran espejo que representa la sociedad cubana actual. El personaje, asumido por la experimentada Daysi Quintana da pie a recorrer un universo de contradicciones y relaciones límites en que es la mujer, la mayoría de las veces, el eslabón perdido o la punta más vulnerable del fenómeno.

Dicho y entendido así, el dramatizado busca la complicidad del televidente y lo logra. Para ello, en algunos capítulos deja el final abierto, en otros prima el suspense como efectiva respuesta. Aun restan historias por conocer; pero lo cierto es que hasta las hoy vistas dejan un sabor en materia estética y un gran signo de interrogación ante la duda de hasta cuándo hechos como estos tendrán que ser revisitados, porque las causas siguen ahí.

Por el momento las gracias a su directora y equipo realizador íntegro; el aplauso a los actores, entre los que destacan Luis Alberto García, Ary Fonseca, Rosalí Suen, Sailín Carbonell, Yudexy De La Torre, Giselle Sobrino, Jorge Luis de Cabo, Laura Moras, que han plasmado esas historias, detrás de las cuales hay seres con voces que incluso silenciadas, de igual manera agradecen y aplauden el resultado en pantalla.