Escena en una calle de Santiago de Cuba. Pintura de Winslow Homer de 1885.
MADRE AMÉRICA
Las dos primeras villas bautizadas en América con el nombre de Santiago Apóstol, en homenaje al santo guerrero patrón de España, se fundaron en las Antillas Mayores a fines del siglo XV y principios del XVI, al inicio de la conquista europea del continente. Este fue el tema de mi intervención en el XIX Congreso de Americanistas, celebrado en Santiago de Compostela, España, del 14 al 16 de junio pasados, y en el que pude participar en forma presencial.
En 1495 Cristóbal Colón levantó en la isla que denominó La Hispaniola el fuerte Santi-Ago, como se escribía en la época, nombre que por cierto también dio entonces a la isla de Jamaica. En los alrededores de la rústica fortaleza, situada en una colina en la parte septentrional del río Yaque del Norte, surgió de manera espontánea un poblado español. Una década después, el gobernador Nicolás de Ovando ordenó su traslado a las riberas del río Jacagua, tierras más fértiles.
El segundo asentamiento centraba su actividad económica en lavaderos para buscar oro, donde eran forzados a trabajar los aborígenes. Por su parte, Santiago de Cuba surgió el 25 de julio de 1515, por las fiestas en honor de ese mismo santo, y fue la última de las siete villas creadas en la Mayor de las Antillas por los conquistadores españoles, encabezados por Diego Velázquez.
La primera de estas dos ciudades americanas con el nombre de Santiago, ubicada en Jacagua, fue destruida por un terremoto en 1562, que obligó a llevarla de nuevo a la ribera del rio Yaque. De ese desaparecido asentamiento sólo se conservan las ruinas de algunas columnas y de muros a ras de tierra, así como varios pozos del acueducto original. Fue en su tercera ubicación, en el valle del Cibao, donde está en la actualidad, cuando comenzó a llamarse Santiago de los Caballeros, pues esta denominación no aparece en ninguna documentación anterior.
Este título fue otorgado a la villa dominicana por Felipe II junto a las de Santiago en Guatemala (hoy Antigua Guatemala), Mérida en Venezuela y Colima en México, calificativo que más tarde se abandonó en todas ellas, quedando sólo como apelativo de la ciudad dominicana. Santiago de los Caballeros, es una ciudad mediterránea, la segunda mayor de la República Dominicana, tanto en importancia como extensión, capital de la provincia de Santiago y está ubicada en la región norcentral del país, conocida como el valle del Cibao, en terrenos colindantes al río Yaque del Norte y su desarrollo como urbe estuvo asociado al cultivo del tabaco.
La primogénita villa cubana con el nombre de Santiago –a fines del siglo XVII se fundaría otro poblado cerca de La Habana denominado Santiago de las Vegas- fue creada por instrucciones de Diego Colón, Virrey de Santo Domingo desde 1509. Según escribió Diego Velázquez, encargado de conquistar a la grande isla vecina, en carta de relación al monarca fechada el 1 de agosto de 1515, la villa de Santiago se fundó en la costa sur, en una espaciosa bahía visitada diez años antes por Colón. En la misiva, Velázquez relata que el lugar estaba muy bien situado para la navegación, en particular con Santo Domingo, y sería la capital cubana hasta mediados del siglo XVI. Hoy es, como su ciudad tocaya, la segunda de Cuba, tanto en tamaño como en población.
La villa, de donde saldría Hernán Cortés a la conquista de México en 1518, nació en una zona alta y seca, donde sigue estando su centro. En sus proximidades existía un asentamiento taino, en la desembocadura del rio Parada, cuyas habitantes fueron obligados, como en Santiago de los Caballeros, a trabajar para los conquistadores en lavaderos de oro. Aunque los españoles denominaron Fernandina a la mayor isla de las Antillas, en honor al monarca, el nombre no pegó y siguió usándose el utilizado por los pueblos originarios (Cuba), como aparece desde los documentos más antiguos que se conservan como apellido de la ciudad, que lleva desde entonces.
A lo largo de su historia, tanto en Santiago de los Caballeros como en Santiago de Cuba han ocurrido importantes acontecimientos históricos. Ambas ciudades resistieron ataques piratas, sufrieron terremotos, incendios y huracanes, vivieron enfrentamientos armados y fueron, en determinados momentos, capitales de sus respectivos países: Santiago de los Caballeros en 1863 y Santiago de Cuba dos veces, durante la toma de La Habana por los ingleses (1762), y por pocas horas al triunfo de la Revolución Cubana, en la que tuvo un papel tan destacado que le valió el título de ciudad heroica.
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