La Feria Internacional del Libro de La Habana siempre ha dedicado especial atención a las colecciones para niños, incluso ahora con editoriales cuyo objeto social fundamental no incluía esa modalidad, y es loable tanta variedad y belleza encaminadas a fomentar el hábito de la lectura desde las edades más tempranas.

Desde hace algunos años, Selvi Ediciones se presenta en nuestras Ferias con volúmenes muy demandados, y cada vez va abriendo más su catálogo editorial hacia temas diversos, entre los que sobresale la literatura para niños escrita por autores cubanos, recogida en libros con diseños a cargo de artistas nuestros, de gran creatividad y cuidada impresión, en diferentes formatos y precios.

He sido testigo, en las presentaciones de esos libros, de la inmensa alegría de escritores que parecen niños y de niños que, por sus comentarios, parecen escritores: una fiesta de la imaginación y un acontecimiento que libera el espíritu y divierte el alma, siempre con una enseñanza no explícita, alejada de cualquier didactismo estéril, sin ñoñerías ni adusta gravedad al abordar cualquier tema, por espinoso que parezca, como corresponde al buen arte, que tributa al conocimiento y contribuye a la construcción de esa sensibilidad tan necesaria a los seres humanos.

Poco a poco, los mejores autores cubanos de literatura para niños se han ido sumando a las colecciones y selecciones de Selvi, que reúnen cuentos y poemas de escritores de varias generaciones, estilos y estéticas, procedentes de casi todas las provincias de la Isla, aliados a diseñadores e ilustradores que dan riendas sueltas a su imaginación sin traicionar el espíritu de la letra escrita.

Este año, entre los libros de cuentos en pequeño formato, podemos encontrar narraciones de creadores muy conocidos como El pavo real y la guinea, de Miguel Barnet; Plim, de Nelson Simón; La novia del Ratoncito Pérez, de Enrique Pérez Díaz, o Los cuentos del cazador, de Jesús Lozada. De la misma manera, se han incorporado títulos de escritores que ya se establecen en nuestras letras como Los chismes de Manolo, de Eldys Baratute; El gallo que presumía de Don Juan, de José Raúl Fraguela; Regalo, de Héctor Luis Leyva Cedeño, o Ronda de frijolillos de Niurki Pérez.

Selvi Ediciones no olvida la aceptación que tiene en nuestro país la poesía —no pocas veces se ha afirmado que somos un pueblo de poetas y músicos—, e incluyó en su participación en la Feria  cuatro cuadernos de escritores ya probados por su eficacia en el difícil manejo del verso dirigido a los más pequeños: En un jarrón de la China, de Hevelin Calzada; Memoria del parque, de José Raúl Fraguela; Del bolsillo roto del rey, de Miguel Pérez Valdés, y ¿Qué noticias trae la prisa?, de Rafael González.   

Muy demandados son los libros de gran formato, con pasatiempos a base de pegatinas o «cuquitas», concebidos para todos los gustos y bajo un evidente sabor cubano que contribuye a identificar o recordar costumbres y tradiciones, populares y hasta literarias: de Mirna Figueredo, Los pico y los no pico; de Olga Marta Pérez, La hoja de duende; de Alberto Peraza, Palabra de mago; de Eldys Baratute, Juaniquita Vallover; de Jesús Lozada, El caballo de los siete colores, y de Enrique Pérez Díaz, Ara y Ari en el acuario.

Este año se dio continuidad a una colección muy exitosa inaugurada en la pasada Feria: El Reino de la Fantasía, que agrupa narraciones en torno a temas de gran tradición en la literatura infantil universal, bajo la perspectiva de los autores cubanos. Si en 2018 hubo hadas y magos, para esta ocasión llegaron sirenas y piratas. Entre estos últimos, el pescador Pirolo convertido en pirata; un memorioso corsario francés; Paticojo, Manirroto y Ojiponchado en su buque fantasma; la extraña presencia de gatos en una nave filibustera, los eternos tesoros escondidos y hasta un pueblo pirata. Algunos de los autores ya mencionados forman parte de este elenco, y a ellos se suman Omar Felipe Mauri, Elaine Vilar y Olga Montes Barrios.

Entre las leyendas de sirenas escogidas en esta nueva entrega de El Reino de la Fantasía, hay varias historias sobre el canto de esos seres mitológicos, los sueños con ellos, un tritón, una narración «detectivesca», un peculiar homenaje a Hans Christian Andersen, y hasta Zambilé, una rara sirena posible escrita en verso. Más autoras se unen al convite: Marcia Jiménez Arcia y la gran Nersys Felipe, gloria de las letras cubanas, unidas a otros y otras ya citados. Tantas historias de hadas y magos, y ahora de sirenas y piratas, constituyen un aporte significativo a la literatura para niños, al revitalizar personajes o criaturas identificados en cualquier lugar del mundo, con propuestas de indiscutible cubanía. ¿Quiénes serán los próximos en la colección?

Selvi Ediciones ha contado para su producción con un reparto de jóvenes diseñadores e ilustradores como Dieker Bernal, Anabel Medina, Iranidis (Iris) Fundora, Yari Delgado, Marla Albo y Pablo Montes de Oca, artistas con personalidad propia e identificable virtuosismo. Todos los escritores han explicitado que sus relatos y poemas se enriquecen con el trabajo de estos creadores al servicio del libro, capaces de proponer una lectura paralela que multiplica la visión del autor e invita a la imaginación infantil a crear otras. Aunque ya resulta redundante elogiar la calidad de la impresión y el acabado de estos títulos, no queda más remedio que volver sobre ello, pues constituye el soporte material que merece esta suma de excelencias, cuidada por experimentados editores.

Ahora que la Feria inicia su recorrido por toda la Isla, nuevos lectores ya deben de estar esperando a Selvi Ediciones con su vagón de maravillas.