“Este paso significa uno de los más trascendentales en la historia de nuestro país; significa el momento histórico en que las fuerzas unificadoras fueron superiores a las fuerzas que dispersaban y dividían; significa el momento histórico en que todo un pueblo revolucionario se unió estrechamente, en que el sentido del deber prevaleció sobre todo, en que el espíritu colectivo triunfó sobre todos los individualismos, en que los intereses de la Patria prevalecieron ampliamente y definitivamente sobre todo interés individual o de grupos; significa haber alcanzado el grado más alto de unión y de organización con la más moderna, la más científica, a la vez que la más revolucionaria y humana de las concepciones políticas”.
Así expuso el Líder de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz durante el acto de Constitución del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (CC-PCC), el tres de octubre de 1965.
Hecho indiscutiblemente histórico para Cuba, lo que profundizaría aún más en el proceso de unidad y desarrollo de todas las fuerzas revolucionarias representativas de lo más sacrificado, digno y heroico del pueblo.
“No hay episodio heroico en la historia de nuestra Patria en los últimos años que no esté ahí representado; no hay sacrificio, no hay combate, no hay proeza –lo mismo militar que civil–, heroica o creadora que no esté representada; no hay sector revolucionario social que no esté representado”, puntualizaba.
Asimismo, Fidel se refirió a los diferentes acuerdos adoptados de la primera reunión del Comité Central y se detuvo en dos de ellos. El primero, relacionado con el periódico oficial del partido. En lugar de los dos periódicos que se venían editando, Hoy y Revolución, se acordó concentrar los recursos humanos y materiales, en un solo órgano que llevaría el nombre de Granma, “símbolo de nuestra concepción revolucionaria y de nuestro camino”.
En relación con el segundo de esos acuerdos, el cambio de nombre del partido, destacaba el máximo Líder cubano: “Primero fuimos Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) en los primeros pasos de la unión de las fuerzas revolucionarias con sus aspectos positivos y negativos. Después fuimos Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC), que significaba un progreso extraordinario, un extraordinario avance en la creación de nuestro aparato político. Esfuerzo de tres años en que, de la cantera inagotable del pueblo, se extrajeron incontables valores surgidos de entre las filas de nuestros trabajadores, para llegar a ser hoy lo que somos en cantidad, pero siempre todo lo que somos en calidad”.
Seguidamente, Fidel enfatizó en el nuevo rumbo que tomaría a partir de ese entonces la fuerza revolucionaria popular partiendo de que “como hemos llegado ya a un grado tal en que de una vez por todas y para siempre ha de desaparecer todo tipo de matiz y todo tipo de origen que distinga a unos revolucionarios de otros. Y hemos llegado ya al punto afortunado de la historia de nuestro proceso revolucionario en que podamos decir que sólo hay un tipo de revolucionario, y puesto que es necesario que el nombre de nuestro partido diga no lo que fuimos ayer, sino lo que somos hoy, y lo que seremos mañana. ¿Cuál es, a juicio de ustedes, el nombre que debe tener nuestro partido? Partido Comunista de Cuba”.
Creación de una organización que tuvo sus máximos precursores en figuras como Carlos Baliño, Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena y, en fechas más recientes, en luchadores del proletariado obrero y campesino como Lázaro Peña, Blas Roca y Juan Marinello, entre otros, nutrientes del pensamiento y la acción hacia cambios sociales más profundos, desprovistos de regímenes nacionales dictatoriales supeditados a las exigencias del vecino norteño.
Más adelante en aquel inolvidable discurso Fidel hizo referencia al vocablo comunista o gobierno comunista en el que enfatizaban los imperialistas, al igual que lo habían hecho también con la palabra mambí en otra época histórica para Cuba:
“(…) La emplearon contra nuestros libertadores como una ofensa, y así también intentan emplear la palabra comunista como una ofensa y esta es, para nosotros, una honra (…) El Partido Comunista de Cuba es fruto de la Revolución, su vehículo por excelencia y la garantía de su continuidad histórica”.
Asimismo, en esa oportunidad, Fidel da lectura a la Carta de despedida del Guerrillero Heroico Comandante Ernesto Che Guevara.
“(…) Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos. Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor; aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos... y dejo un pueblo que me admitió como su hijo: eso lacera una parte de mi espíritu”.
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