El 8 de marzo en Cuba es un día de fiesta. Las celebraciones, actividades y agasajos por el Dia Internacional de la Mujer se suceden en todo el país. Pero la fecha no siempre transitó por senderos expeditos.

Corría el año 1931 y en el Centro Obrero de Cuba un grupo de entusiastas mujeres se aprestaba a celebrar allí el primer Ocho de marzo cubano, en medio de una agitación diferente, pues el país sufría la sangrienta dictadura de Gerardo Machado.

 El Centro Obrero había facilitado su local, en la calle Revillagigedo  número Ocho; y mientras en la calle centenares de policías al acecho observaban los acontecimientos y esperaban el momento de entrar en acción, las mujeres convocadas iban llenando el espacioso salón, adornado para la ocasión.

Trabajadoras de algunos talleres y fábricas capitalinas decidieron celebrar la fecha de una manera diferente a la habitual en el orbe. Se engalanaron algunos establecimientos y se efectuaron mítines y otras actividades; la principal, en la sede del Centro Obrero de Cuba, engalanado con banderas cubanas y flores.

 A muchas se les impidió el acceso, negándoles la posibilidad de ser protagonistas de un hecho singular. Luchadoras destacadas como Rosario Guillaume, para quien ese día constituía la materialización de un sueño deseado, presidieron la reunión. Charito dirigente del Sindicato de la Aguja en La Habana, habló de derechos a conquistar, de seguridad y empleo  y denunció la discriminación que padecían las mujeres. Mientras Panchita Batet, al frente del Sindicato Textil, llamó a la necesaria unidad de la clase obrera y las fuerzas femeninas.

El asalto policial al local de Revillagigedo número ocho obligó a las mujeres participantes en aquel primer Dia Internacional de la Mujer celebrado en Cuba, a dar por finalizada la celebración. Pero el mensaje de  aquellas sencillas mujeres fue claro y anunciador de un día más promisorio para las cubanas, años después.

En 1939, las actividades por el Dia Internacional de la mujer se efectuaron en los salones de la Sociedad Cubana de la Cruz Roja, donde, entre otras delegadas intervino Nila ortega y la fecha se recordó también en otras partes del país.

En los años 50, el Dia Internacional de la Mujer solo pudo celebrarse un par de veces, la ultima, dos días antes del golpe del 10 de marzo. Con el triunfo de la Revolución, las festividades por el Ocho de marzo Mujer lograron todo su esplendor. La jornada devino fecha de júbilo pleno por los logros y el protagonismo alcanzado por las cubanas, mujeres conscientes de su rol en la sociedad.