El célebre cineasta japonés Akira Kurosawa, el “emperador del cine”, expresó en una oportunidad que de un buen guión puede resultar una mala película, pero de un mal guión nunca podrá generarse una buena película.
Precisamente, sobre esta columna vertebral de toda obra cinematográfica conversó con Cubacine el director de la Cinemateca de Cuba, Luciano Castillo, quien fue jurado en la modalidad Escritura de guión de proyectos de largometrajes de ficción y documental de la primera convocatoria del Fondo de Fomento del Cine Cubano (FFCC).
¿En qué consistió su labor como jurado de Escritura…?
Como jurado de Escritura del FFCC, en su primera edición, me correspondió la valoración, junto con otros compañeros, de casi 40 proyectos. En los mismos se aprecia como rasgo distintivo que la mayoría de sus autores son conocidos, fundamentalmente, a través de obras presentadas en la Muestra Joven ICAIC, y otros desarrollan una amplia labor en canales televisivos del interior del país. Ello nos da una idea del interés suscitado por esta convocatoria.
¿Cómo fue el proceso de selección de los textos (guiones)?
Tras el análisis individual de cada una de ellos y proponer una puntuación, todos los miembros del jurado nos reunimos con el fin de aunar criterios en torno al resultado cuantitativo del cómputo, así como en relación con el nivel de calidad y posibilidades de cada uno de los de mayor rango, con particular énfasis en su originalidad y en cuánto puede contribuir su realización al séptimo arte cubano inmediato.
¿Cuáles son los beneficios para los ganadores en esta categoría?
En el caso de la categoría que me correspondió evaluar, posibilita a sus ganadores el financiamiento para la realización de investigaciones requeridas por la persona que aplicó con destino a la escritura final de un guión.
¿Qué importancia le confiere a un buen guión?
De nada sirve contar con muchos recursos económicos, un equipo de realización integrado por profesionales de primera magnitud y los mejores intérpretes, si no existe un buen guión como imprescindible punto de partida. Los ejemplos son incontables y no faltan en el contexto de nuestro cine, incluso en los sobrevalorados años 60.
Recientemente tuve la posibilidad de revisar cronológicamente la producción de cine de ficción en ese período y son escasos aquellos filmes en los cuales se les concedió al guión su importancia capital por estar sus realizadores más atentos a pretensiones “nuevaoleras” e influjos “antonionescos”.
Las excepciones son aquellas películas que han trascendido por méritos propios, entre estos, la solidez de sus propuestas dramatúrgicas vertidas en los guiones.
El Fondo de Fomento abre un nuevo escenario de oportunidades para los realizadores, ¿cómo valora dicha posibilidad?
El Fondo de Fomento, pese a los empecinados en desacreditarlo con penosa y estéril obstinación, no solo significa la apertura de un nuevo escenario de oportunidades para los realizadores, sino una posibilidad inimaginable pocos años atrás de concretar proyectos que de otro modo serían imposibles de realizar. Y es que sus categorías están muy bien precisadas y concebidas para contribuir a ese fin mayor.
A mi juicio, representa una enorme puerta, abierta de par en par, al novísimo cine cubano, por un conjunto de propuestas promisorias, pletóricas de inquietudes sobre la realidad contemporánea, algunas insólitas en nuestro contexto.
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