Fundada como un Departamento Cultural del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) el 6 de febrero de 1960, la Cinemateca de Cuba se ha mantenido en estos sesenta y un años siendo un baluarte imprescindible del patrimonio fílmico de la nación cubana. Antes de la fundación de la Cinemateca de Cuba en 1960, se tiene constancia de varios cineclubes, algunos muy activos. Incluso uno de ellos se llamó Cinemateca de Cuba, que fue el Cineclub de la Habana, fundado por Germán Puig en 1951, donde exhibían películas y las comentaban. Sus actividades en ocasiones alcanzaban gran notoriedad en la prensa de la época, pero no contaba con un verdadero archivo fílmico, ni con fondos que sirviera de estudio a generaciones futuras, característica esencial que define a una Cinemateca.
Triunfada la Revolución Cubana en 1959, se redacta la primera ley revolucionaria en el marco cultura. Nace así el ICAIC y un años más tarde, Alfredo Guevara junto a Héctor García Mesa fundan la Cinemateca de Cuba, con el propósito de localizar, adquirir, clasificar, restaurar, conservar, entre otras actividades todo el material necesario para el conocimiento y posterior estudio del cine desde sus orígenes hasta nuestros días.
La labor que realizo Héctor García Mesa durante los treinta años al frente de su dirección, hizo que en 1961 la Cinemateca de Cuba fuera aceptada como miembro provisional de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) y que poco después se hizo miembro permanente en 1963. También fue admitida como miembro permanente de la Unión de Cinematecas de América Latina (UCAL) en 1967.
Durante los años que vinieron después del albor fundacional, la Cinemateca comenzó a expandir su programación a todos los rincones el país. A diferencia de otras en el mundo no se ciñe a la capital del país, sino que es museo itinerante del cine que recorre las distintas capitales de provincias del país y municipios de interés.
Comenzó a así a surgir un público cinematecario por antonomasia, que marcó un antes y un después en la cultura cinéfila del país, convirtiendo a la Cinemateca en un símbolo de conocimiento y cultura para las diferentes generaciones que pasaban por esa sala del Cine Arte ICAIC, actual Cine Charles Chaplin. Los ciclos de películas presentados por la Cinemateca recorrían la historia del cine con clásicos del neorrealismo, cine Latinoamericano, cine británico, cine soviético, cine francés, húngaro, brasileño, norteamericano entre otros. En un artículo publicado el 9 de noviembre del pasado año en la web de CubaDebate por Susana Tesoro titulado “La Habana que hay en mí: La Cinemateca”, cuenta la experiencia muy personal de las vivencias de los jóvenes de entonces.
“La Cinemateca se convirtió en un punto de cita de la juventud cada vez más interesada en el buen cine. Existía entre los asiduos una frase con la que se daban cita a la salida de los trabajos o la escuela: “Nos vemos en la Cinemateca”.”
La Cinemateca de Cuba ha logrado reunir a lo largo de todos estos años una importante colección de libros, revistas, catálogos, fotografías y desde luego una importante recopilación de películas que incluye no pocas obras representativas de los más destacados directores de cine tales como S. Eisenstein, Chaplin, Ford, Buñuel, Godard, De Sica, Bergman, Pudovkin, Antonioni, Visconti, Hitchcock. Kurosawa, entro otros. También conserva un importante patrimonio del cartel de Cine Cubano y bocetos de diseñadores como Muñoz Bachs, Ñico, Azcuy, Morante, Reboiro entre otros.
Desde hace aproximadamente cinco años la Cinemateca ha reactivado un convenio existente entre el Archivo de la Academia de Arte y Ciencia Cinematográficas de Hollywood y gracias a ellos hasta la fecha han sido restaurados cuatro clásicos de Tomás Gutiérrez Alea (Titón) de largometrajes de ficción y un documental. Los sobrevivientes (1979), Una pelea cubana contra los demonios (1971), La muerte de un burócrata (1966) y el más reciente que fue La última cena (1976) filme que se puedo disfrutar durante la 42 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano y el documental el Arte del Tabaco (1974).
La Cinemateca, bajo la dirección de Luciano Castillo, ha creado alianzas con otras instituciones para la restauración de otros clásicos del cine cubano. Con la colaboración de Film Foundation que lidera Martin Scorsese, gracias a este proyecto ya se han restaurados dos filmes Lucía (1968) de Humberto Solas y Memorias del Subdesarrollo (1968) de Tomas Gutiérrez Alea.
También la Universidad de Toronto ha establecido alianzas con nuestra institución para digitalizar la filmografía de Sara Gómez, que se ha convertido en cineasta de culto y junto con la Cineteca de Bologna restaurar toda esa obra. Suscrito por un convenio con el ICAIC y una firma alemana en este momento se está procesando su único largometraje de ficción De cierta manera (1974).
La Cinemateca de Cuba se proyecta al futuro desde su nueva sede estableciendo alianza con otras instituciones y tratando de formar un personal técnico capacitado en nuestro país para hacer los procesos de restauración aquí en Cuba. Además, se trabaja en investigaciones con destinos a libros por varios especialistas de nuestra institución.
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