Carlos Enríquez como lo viera su primera esposa Alice Neel en 1926 (técnica aceite sobre lona)
“Carlos Enríquez es un artista difícil de ceñir por sus múltiples contribuciones a la plástica cubana. No obstante, es evidente que existen tres líneas de trabajo que fueron de su especial atención: el criollismo, a partir de una exploración profunda y sincera sobre las alegrías y tristezas del guajiro cubano y los mitos que rodean su vida; una segunda orientación, de compromiso social, profundamente poderoso y emotivo, y un tercer sesgo, igualmente intenso, que corresponde a su obra erótica, la cual exploró en todas sus variantes, desde lo grotesco, en extremo provocador, hasta las sutilezas y ambigüedades del amor sexual. Capítulo aparte son sus magníficos retratos, que recorren de un extremo a otro su prolífica creación artística”.
Roberto Cobas Amate
Curador de la exposición
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