Una prolífera carrera como caricaturista, ilustrador y guionista acompañó a quien dio vida a emblemáticos personajes llenos de cubanía y humor. Juan Padrón cuenta entre los realizadores cuya obra es indispensable para entender la historieta cubana. Historias publicadas en diversos periódicos y publicaciones de varios países y que marcaron la memoria de plurales generaciones.
Sus primeros dibujos se publicaron en la revista Mella (1960), luego colaboró con diferentes revistas y suplementos humorísticos, pero el camino a la gloria lo recorrió sobre la historieta cinematográfica, mientras trabajaba en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic).
Destacándose como uno de los realizadores más exitosos del dibujo animado en este país, varias generaciones han crecido con sus personajes, vistos en la pantalla chica y luego llevados al celuloide. Elpidio Valdés, Vampiros en La Habana, y los Filminutos, son símbolo de referencia e identidad. Primero por la importancia de las temáticas que aborda en cada uno de los animados, y luego porque llevó a un público muy sensible parte de la lucha independentista de Cuba del siglo XIX, e hizo que la popular historieta infantil revolucionara la percepción de los adultos. Publicado en 1979, Elpidio Valdés llevó a su creador a investigar archivos sobre las guerras, la vestimenta de la época, las campañas, el armamento, las tácticas militares y hasta la comida en los campamentos, en la que frases y situaciones forman parte indisoluble de la identidad cubana.
La buena factura y la aceptada construcción de personajes que representan lo que fuimos y somos como nación, hizo que la crítica y el público en general coincidieran en la aceptación por los trabajos que mostraron otra forma de amar y aprender de nuestra historia, a conocer de nuestras convicciones y luchas.
Otros personajes también revitalizaron su acervo, como los vampiros que toman "Vampisol", disfrutan de la playa y son amantes del jazz. El filme Vampiros en La Habana (1985), coproducción del Icaic, la Televisión Española y la alemana Durkiok, es hoy una de las cintas de animación más reconocidas.
Sobre la película, Padrón refirió en entrevista hace algunos años:
“Cuando la terminé los expertos dijeron que no era lo que esperaban de mí, que era muy vernácula, confusa y ruidosa…en una revista salió una crítica que trataba muy mal a la película... luego rompió el récord de taquilla y la gente la comentaba entusiasmada…
Al considerado padre de la animación cinematográfica cubana, distinguido con el Premio Nacional de Humor (2004) y el de Cine (2008), entre otros galardones; al que publicó historietas y textos de investigación, nuestro digno homenaje y agradecimiento por el legado que nos revela nuestra historia, de tantas maneras divertidas.
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